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Vox amenaza con retrasar la negociación de los presupuestos en la Comunidad de Madrid mientras PP y Ciudadanos le urgen a que haya acuerdo

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la portavoz de Vox en la Asamblea, Rocío Monasterio y el vicepresidente regional, Ignacio Aguado.

Fátima Caballero

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La Comunidad de Madrid sigue sin presupuestos. Y a juzgar por cómo van las negociaciones entre el Gobierno bipartito de PP y Ciudadanos con Vox –necesario para obtener la mayoría absoluta– la situación puede alargarse más de lo deseado por los socios de coalición. Mientras el Ejecutivo que preside Isabel Díaz Ayuso urge a la formación de extrema derecha a cerrar ya un acuerdo después de haber prorrogado de nuevo las cuentas de 2019 –las últimas de Ángel Garrido como presidente, hoy en las filas de Ciudadanos–, la formación de Santiago Abascal amenaza con alargar las negociaciones. Las cuentas de 2021 siguen en el aire a pesar de la crisis sanitaria y económica.

La portavoz de Vox, Rocío Monasterio, ya tiene en sus manos el borrador de las cuentas que ha preparado el Gobierno regional, aún secreto para medios de comunicación, ciudadanos y el resto de la oposición. La presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y su vicepresidente, Ignacio Aguado, han pedido en reiteradas ocasiones que el acuerdo no se demore y el pacto llegue “cuanto antes” para poder iniciar la reconstrucción tras la emergencia sanitaria. “Cada día que pasa sin tener presupuestos es un día perdido para ayudar a miles de familias y a miles de empresas, necesitamos lanzar el salvavidas cuanto antes para que la situación de vulnerabilidad no sea irreversible”, dijo Aguado el pasado miércoles durante la rueda de prensa de Consejo de Gobierno. También la presidenta lo pidió durante el Pleno regional de los jueves.

Pero lejos de que vaya a ser algo rápido, o un simple trámite como desean en el Ejecutivo de Ayuso, Monasterio ha asegurado que su formación está estudiando en detalle el proyecto que se les ha facilitado y ya tiene 240 preguntas anotadas sobre cuestiones que consideran que no están bien explicadas o que no está justificado suficientemente su gasto. “Tardaremos un tiempo en analizarlo porque a Vox le gusta estudiar las cosas en profundidad y con rigor, y esperamos que la próxima vez que nos tengamos que reunir sea en un restaurante abierto a partir de las 21 horas”, aseguró recientemente Monasterio. Fuentes del partido de extrema derecha aseguran, además, que no se sentarán a negociar hasta que no se retrase el cierre de la hostelería.

Vox quiere reducir el número de consejeros

Una de las exigencias de la formación ultraconservadora pasa por reducir el número de consejerías que forma el Gobierno regional que se incrementó de nueve a trece con el bipartito, el primero de la historia de la Comunidad de Madrid. Este lunes, la Mesa de la Asamblea regional –formada por PP, Ciudadanos, PSOE y Vox– no admitía una proposición de ley del partido de Abascal en esta dirección. El grupo que lidera Monasterio quería que por ley solo pueda haber ocho consejerías, además de la presidencia y “uno o varios vicepresidentes”, estos últimos diputados de la Asamblea. La proposición también recogía una reducción de diputados, motivo por el cual la propuesta no ha entrado en consideración, explican fuentes de la Cámara regional.

Para reducir el número de diputados, habría que reformar el estatuto de autonomía, precisan estas mismas fuentes, y para ello es necesario que la propuesta vaya firmada por un tercio de los parlamentarios. “En este caso solo firmaba la diputada Rocío Monasterio, la proposición no se ajusta a la legalidad al incluir la reducción de diputados”, señalan.

Desde Ciudadanos interpretan esta proposición de ley para reducir consejerías como un modo de “presión” para los presupuestos. Los de Ignacio Aguado son conscientes de que recortar cargos del Gobierno será una de las exigencias para contar con el apoyo de Vox a las cuentas y ya han hecho sus quinielas de qué consejeros caerán en la crisis de Gobierno. El temor en el Ejecutivo está en si la formación de extrema derecha irá más allá y pedirá cuestiones más peliagudas como tocar las subvenciones a cuestiones como igualdad o LGTBi, o rescatará el llamado Pin parental para que los padres puedan vetar contenidos de enseñanza del currículo oficial.

Vox se ha anticipado a las negociaciones, además, en otra cuestión que el Gobierno regional pensaba aprobar con los de Abascal como parte del pacto de los presupuestos. El partido que lidera Monasterio en Madrid ha registrado otra proposición de ley que será debatida en las próximas semanas en la Asamblea autonómica para deducir algunos impuestos del tramo autonómico. En concreto, una deducción para las personas que tengan a su cargo a ascendientes mayores de 65 años o con discapacidad, la bonificación del 100% de los gastos por intereses de los préstamos concedidos para cursar grados universitarios, másteres y doctorados tanto para centros públicos como privados, y una deducción por la compra de vivienda para menores de 35 años.

Ese anteproyecto de ley que ahora Vox ha rescatado había sido impulsado por PP y Ciudadanos hace ahora un año. Los de Monasterio presentaron entonces una enmienda a la totalidad e impidió su aprobación, alegando que el Gobierno regional había incumplido el acuerdo al que habían llegado en privado con el consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, que contemplaba reducir gastos para sufragar las nuevas deducciones.

La coalición que lidera Ayuso quería rescatar este proyecto como una forma de suplir otra de las exigencias de Vox: la reducción de impuestos. Pero desde la formación ultraconservadora aseguran que estas deducciones van “al margen” de las negociaciones porque es un acuerdo al que ya llegaron hace un año. Monasterio ha manifestado en diferentes ocasiones que su apuesta pasa por reducir el IRPF, una promesa de la presidenta en campaña que se tuvo que quedar en un cajón debido a la situación de las cuentas madrileñas. La idea de Ayuso pasaba por hacer estas rebajas fiscales en año preelectoral, como ya habían hecho sus antecesores en el cargo.

En el Gobierno regional no ocultan el nerviosismo por que las negociaciones puedan alargarse hasta el punto de que no haya nuevos presupuestos hasta verano, lo que complicaría su ejecución. Estas deben ser las cuentas que empiecen a abordar la reconstrucción tras un año de crisis sanitaria que ha derivado en una económica. También tienen que ser los presupuestos que opten a la financiación de los fondos europeos. La urgencia no es poca, aunque fueron los socios de Gobierno los que esperaron hasta finales de enero para sellar la paz interna que les permitiera abrir las negociaciones al resto de formaciones. Y ahora desde Vox aseguran que no tienen “ninguna prisa”.

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