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El Ayuntamiento de Madrid rechaza las mejores ofertas por tres terrazas de Pintor Rosales y renuncia a 7,4 millones

Quiosco-terraza de Pintor Rosales 1, el pasado jueves.

Diego Casado

Madrid —

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El futuro de los quioscos-terraza situados en el paseo del Pintor Rosales acaba de cerrarse este mes de diciembre. La Junta de Moncloa adjudicó hace unos días las concesiones para explotar los puestos situados en los números 1, 9 y 11 durante quince años, que podrían prorrogar por lustros hasta el próximo cuarto de siglo.

Los tres concursos han seguido un patrón similar, casi calcado, al de la explotación del nuevo Café Cervantes de Plaza España: el Ayuntamiento de Madrid ha descartado las ofertas que más canon le ofrecían a cambio de privatizar estas instalaciones públicas para escoger otras con las que recibirá menos ingresos. Los documentos de las tres operaciones a las que ha tenido acceso Somos Madrid indican que el consistorio dejará de ingresar 7,4 millones por esta causa a lo largo del periodo máximo de concesión, sin contar los incrementos por la inflación.

En los tres casos la Junta de Moncloa rechazó otras tantas ofertas de la empresa Sukalde, compañía que gestiona hasta ahora dos quioscos municipales en el paseo y que había duplicado o triplicado en algunos casos el canon ofrecido para el Ayuntamiento por el grupo ganador. También sucedió lo mismo con otra compañía, Señorío de Rosales, que se presentó a todos los concursos con idéntica estrategia, elevados cánones y también cosechó el rechazo del consistorio a su propuesta económica.

En concreto, Sukalde llegó a ofrecer 163.559,05 euros de canon anual para la Junta de Moncloa por explotar el quiosco-terraza de Pintor Rosales 11, frente a los 51.945,81 euros de la unión de empresas que se acabó llevando el concurso, Mesa Cero Chefs y Mamá Campo. Señorío de Rosales había planteado aportar, por su parte, 155.559,05 euros, que también fueron descartados.

¿Por qué la Junta de Moncloa rechazó ambas ofertas y se quedó con una que ofrecía menos de la tercera parte de canon? Porque las consideró “desproporcionadas”, según un informe consultado por este periódico. El concurso había fijado un canon para la licitación de solo 17.315,27 euros y las propuestas descartadas superaban con creces estas cifras. La Junta admitió ofertas al alza, pero limitando el máximo al triple del canon calculado para esta explotación. Es decir, los 51.945,81 euros que ofreció la empresa ganadora.

El informe municipal que rechaza las ofertas más cuantiosas explica que pidió aclaraciones sobre el elevado canon propuesto a Sukalde y Señorío de Rosales, pero que solo la primera ofreció respuesta. Las explicaciones, basadas en su experiencia de facturación en el mismo quiosco-terraza del número 11 a concurso y también en el del número 1, que explotaba hasta ahora, no convencieron a la Junta de Moncloa. Sukalde calculaba casi un millón de euros de facturación durante el primer año de explotación, lo que no casaba con los importes netos de la cifra de negocio de sus actuales explotaciones certificados por la Agencia Tributaria. El texto municipal también plantea dudas en cuanto a los gastos de personal y a la justificación de los gastos de explotación.

Tres concursos idénticos

El caso de la licitación en el quiosco-terraza de Pintor Rosales 11 es el mismo que el de las adjudicaciones de otras dos instalaciones en los números 1 y 9. En ambas hubo mejores ofertas de Sukalde y Señorío de Rosales que fueron rechazadas. La explotación del número 1 la ganó también Mesa Cero Chefs y la del número 9 se la llevó la empresa Pintor Rosales 1911, ambas con cánones más elevados que los propuestos por el Ayuntamiento pero muy inferiores a las ofertas máximas.

El canon municipal era la variable más importante del concurso, ya que permitía obtener el 30% de los puntos. En el caso de que hubieran sido aceptadas las ofertas más altas, es muy probable que hubieran obtenido la adjudicación. El resto de las calificaciones dependían de productos extra ofrecidos, los premios recibidos por las empresas a concurso, a las que se sumaban la propuesta gastronómica y otros criterios valorables por los funcionarios municipales.

Los tres informes que descartan las ofertas más elevadas están firmados por Daniel López Gálvez, quien fue director de la Agencia para el Empleo del Ayuntamiento de Madrid hasta que fue enviado a la Junta de Moncloa después de un escándalo asociado a unos cursos de formación financiados con fondos públicos. La firma de este funcionario municipal también aparece en la valoración que descartó la mejor propuesta económica para el Café Cervantes.

¿Por qué la Junta de Moncloa fijó un canon tan poco ambicioso en estas licitaciones? Fuentes del sector que han participado en concursos públicos por quioscos del Ayuntamiento de Madrid se sorprenden de los cálculos “a la baja” en el canon que debería recibir el Ayuntamiento y de que se limite el máximo de lo que ingresa el consistorio. Además, explican que en los concursos que han tenido lugar recientemente en el Parque del Retiro las pujas por los cánones fueron mucho más elevadas. Por último, concluyen que las empresas que se han llevado los concursos pueden tener facturaciones reales mucho más elevadas que el canon que pagarán al consistorio.

Sin límites a acumular concesiones municipales

La decisión de la Junta de Moncloa en estos tres concursos se une a la de la reciente puja por la nueva cafetería de Plaza España, en la que también se descartó a la empresa con más experiencia en la zona, renunciando a 3,5 millones en ingresos. En total, el distrito dejará de percibir durante los próximos 25 años casi 11 millones de euros que podrían haber llegado a las arcas públicas en concepto de canon si hubiera elegido las ofertas más elevadas.

El mismo organismo municipal que decidió limitar el máximo del canon no añadió otras cláusulas para impedir que una misma empresa acumule varias concesiones del Ayuntamiento de Madrid, como sí se ha hecho por ejemplo en Distrito Centro. En el caso de Moncloa-Aravaca, una cláusula así hubiera impedido que la empresa Casa Remigio ganara el concurso del citado Café Cervantes de Plaza España o el también reciente de la Dehesa de la Villa porque ya maneja otras diez concesiones municipales.

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