Alonso Cano en Conde Duque
El granadino, compañero de generación de Velázquez, fue pintor de cámara en la corte de Felipe IV, aunque donde ha dejado un legado más importante es en el arte sacro (catedrales de Sevilla, Granada, Getafe...). Sus imágenes talladas e incluso sus proyectos arquitectónicos están también entre lo mejorcito del XVII español.
La oscuridad del barroco está presente en su obra -generación obliga – pero el color emerge también de la mano de la influencia italiana. Todo un maestro del que nos quedamos con ganas de conocer más con la exposición, porque la sala de las Bóvedas, de ambiente y luz adecuada para un autor barroco, sin embargo da para lo que da, para exposiciones poco ambiciosas como ésta. Encima sólo una de las tres salas está dedicada enteramente a la obra del artista.
En la primera estancia encontramos una exposición bibliográfica perteneciente a la familia Gómez -Moreno
(de cuya colección particular sale la muestra) e información sobre la misma saga. En la segunda hay unas cuantas obras estimables de discípulos de Alonso Cano y unos paneles sobre la portada de la catedral de Granada.
En la tercera y última sala encontramos por fin cuatro obras del artista, dos óleos y dos esculturas; que no se desanime el lector por los párrafos anteriores, merecen la pena. Impresiona especialmente el cuadro Circuncisión del niño Jesús, un óleo pequeñísimo en blanco y negro, y la talla policromada de San Diego de Alcalá.
Una exposición que sabe a poco, para abrir boca con la obra de un artista que pide a gritos una gran exposición.
Dónde: sala de las Bóvedas en el Centro Cultural Conde Duque
Cuándo:hasta el 30 de agosto
Cuánto: entrada libre
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