La agrupación vecinal de protesta SOS Malasaña protagonizó el martes el inicio de las Fiestas del Dos de Mayo , en las que aceptó dar el pregón anunciador de una celebración que arrancó este martes con música y multitud de propuestas infantiles y que se extenderá hasta el domingo 5 de mayo.
El largo pregón de SOS Malasaña no se encargó de anunciar las más de 200 actividades programadas por vecinos, asociaciones y comerciantes , sino que se centró exclusivamente en denunciar los problemas del barrio como el ruido, la suciedad, el botellón o los “desahucios invisibles”.
“A nuestro barrio también lo está matando la especulación inmobiliaria: la invasión de apartamentos turísticos , la escalada de precios que expulsa a aquellos que ya no pueden pagar esos alquileres desproporcionados y un nuevo tipo de desahucios invisibles que sustituye a vecinos por turistas”, explicaron los portavoces de este movimiento vecinal surgido el pasado otoño.
“En este tsunami que asola Malasaña desaparecen también los comercios tradicionales y de proximidad, sustituidos por franquicias y negocios destinados a los turistas. Todo ello está provocando además una escalada abusiva de precios en todos los terrenos”, indicaron.
A continuación, reproducimos en vídeo parte del pregón y el texto completo leído por SOS Malasaña:
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Queridos vecinos y vecinas. Hoy, un año más, se inauguran las fiestas del 2 de mayo, las fiestas de Malasaña, nuestro barrio, que se organizan desde hace 11 años por la plataforma Maravillas, integrada por diferentes asociaciones y colectivos. En esta ocasión nos toca dar el pregón a SOS Malasaña, vecinos en peligro de extinción . Somos un movimiento que nació hace unos meses para luchar por la supervivencia de los vecinos y de nuestro barrio. Malasaña, Maravillas, Conde Duque, Universidad, denominaciones diversas para un barrio diverso, históricamente tolerante, multicultural, en el que no tienen cabida las actitudes intransigentes, el racismo o la xenofobia. En este barrio rechazamos sin ambages las ideologías que promueven el odio. NUESTRA HISTORIA Como recordaba nuestro querido vecino Moncho Alpuente, que en paz descanse, en los años 70 Franco quiso demoler Malasaña para crear una Gran Vía Diagonal. Los planes del dictador tropezaron con una oposición férrea de los vecinos. Los habitantes del barrio se opusieron con fuerza y ganaron para impedir que, en aras del progreso, cayeran bajo la piqueta media docena de monumentos nacionales. Sin embargo, los verdugos, con nuevas y sofisticadas técnicas, quitaron la universidad, derribaron el mercado más antiguo de Madrid y prohibieron las fiestas del Dos de Mayo. LA HISTORIA SE REPITE Y ahora, de nuevo, en el siglo XXI, nuestro barrio y nuestra forma de vida vuelven a estar amenazadas. Y nosotros, sus vecinos, nos hemos convertido en una especie en peligro de extinción. Son otras formas y métodos, pero fruto de los mismos intereses inconfesables. Ha sido la crisis económica, la globalización, la nueva economía digital y una codicia desenfrenada, lo que pone en cuestión nuestros derechos y los de la ciudad. LOS VECINOS Y SOS MALASAÑA La situación es tan grave que centenares de vecinos de todas las edades y procedencias nos hemos sumado a este movimiento de protesta y resistencia. Todos, hayamos nacido en Madrid o en cualquier otra de parte de España o del mundo, hemos reaccionado para reclamar el derecho a ejercer nuestros derechos fundamentales como vecinos y ciudadanos. El derecho a vivir en una ciudad, en un barrio en el que se respete su carácter residencial, su historia y su vida, frente a la mercantilización depredadora que nos amenza. Aquellos que nos visitan o nos escuchan y no son de aquí se preguntaran que qué nos ha pasado. Malasaña es un barrio de éxito. Aparece en todas la guías del mundo y destaca en las redes sociales y los medios de comunicación. En ese escaparate virtual sólo hay glamour. Sin embargo se olvidan de la cara b, se olvidan de que Malasaña se muere de éxito y nosotros, sus vecinos, con ella. UN PARQUE TEMÁTICO Ese éxito nos expulsa de nuestras casas y de nuestras calles y nos convierte en extraños en nuestro propio barrio, que, cada día más, es un parque temático de ocio y turismo y no un lugar para vivir. Nadie repara en que este parque temático, que crece sin límites, lo hace a costa de nuestros derechos que menguan al mismo ritmo. El OCIO NOCTURNO El monocultivo de un ocio nocturno descontrolado se extiende como una mancha de aceite. En los últimos años, han proliferado todo tipo de bares disfrazados de clubes privados, barras de degustación, terrazas y afters alegales o directamente ilegales, que no respetan las normas y que son ya una de las señas de identidad de nuestras calles. Este estado de cosas también afecta a los hosteleros de toda la vida. Aquellos que cumplen la legislación, que tienen sus licencias en orden y que se ven sometidos a una competencia desleal de quienes aterrizan en el barrio sin cumplir las más mínimas reglas de respeto a la legalidad y a la convivencia. BOTELLÓN Además, cada semana tenemos que soportar una invasión de miles y miles de personas que acuden atraídos por un botellón descontrolado que se expande por todo el barrio. El alcohol es el centro de todo. Se vende y se consume en la calle masivamente hasta altas horas de la madrugada. A pesar de las restricciones legales hay suministros las 24 horas al día en supuestas tiendas de comestibles. También se habilitan pisos para el suministro masivo. RUIDO Y SUCIEDAD Los resultados son el incremento desproporcionado del ruido que se extiende hasta la madrugada y hace imposible el descanso; la suciedad crónica que se cuela en nuestros portales; los orines y el olor pestilente que desprenden en muchos rincones y calles es el aroma que impregna nuestras vidas en nombre de no se sabe qué modernidad. La basura invade las calles y convivimos con las pintadas en las fachadas y puertas de nuestras viviendas, lo que es un verdadero atentado contra el patrimonio ya que nuestros edificios son centenarios y están protegidos en su mayor parte. DESAHUCIOS INVISIBLES A nuestro barrio también lo está matando la especulación inmobiliaria: la invasión de apartamentos turísticos, la escalada de precios que expulsa a aquellos que ya no pueden pagar esos alquileres desproporcionados y un nuevo tipo de desahucios invisibles que sustituye a vecinos por turistas. El resultado no puede ser más pernicioso. El ruido insoportable de las calles y el ocio nocturno se ha colado en el interior de nuestros edificios. Las fiestas, el trajín de maletas, la saturación y el uso abusivo de las zonas comunes deterioran la convivencia y la seguridad (viviendas de 30 m2 alojan hasta a diez personas). En este parque temático todo vale y todo está permitido, siempre a costa de la convivencia, de la legalidad, de las señas de identidad del barrio y del alma de la propia ciudad. En este tsunami que asola Malasaña desaparecen también los comercios tradicionales y de proximidad, sustituidos por franquicias y negocios destinados a los turistas. Todo ello está provocando además una escalada abusiva de precios en todos los terrenos. Nuestro barrio es tratado cada día más como un espacio comercial, no un lugar donde vive la gente. Desvirtuando así el carácter residencial que siempre ha tenido. MALASAÑA SIN ALMA, UN NO-LUGAR En un futuro no muy lejano, como ha ocurrido en otras ciudades, Malasaña, barrio histórico de Madrid, una ciudad centenaria, dejará de ser un lugar para vivir y se convertirá en un no-lugar, un decorado sin alma porque sus vecinos habremos desparecido. Solo quedará un escaparate para disfrute de gente de paso, de turistas de aluvión. LA LUCHA VECINAL El centro de Madrid y nuestro barrio en particular están en una situación de emergencia. Sin embargo, hasta ahora las instituciones y los partidos han sido incapaces de dar una respuesta acorde con esta situación que hemos descrito. Por eso, ante las próximas elecciones al ayuntamiento y la CCAA, vamos a proponer un pacto por el centro de Madrid, por los derechos de sus habitantes, por la defensa de la ciudad y de sus señas de identidad a todos los partidos. Un estatuto que declare a los vecinos "especie protegida" y reconozca nuestro derecho a vivir aquí en nuestro barrio en el centro de Madrid. Un estatuto que también proteja nuestro hábitat, el ecosistema urbano del casco histórico de Madrid de las misma forma en que se hace con los parques naturales. Sólo así podremos defendernos de los depredadores de la economía y de un mercado voraz que no respeta nuestros derechos y cada vez se salta más las reglas y los derechos fundamentales de las personas. Necesitamos un pacto por Madrid y por sus vecinos. Y ahora para acabar MANUAL DE LOS VECINOS Y LA ASOCIACION DE HOSTELEROS DE MALASAÑA PARA LOS VISITANTES DE LAS FIESTAS DEL 2 DE MAYO La AHM que fue soporte de la movida madrileña y puso a este barrio en la cumbre del arte, os anima a que disfrutéis de las fiestas, apoyéis el negocio local, bares y salas. Y sobre todo qué qué no deis la Lata ni las consumáis. "Somos un barrio hospitalario y tolerante. Lo demostramos sobradamente cada semana. Pero en esta ocasión y como estamos en fiestas queremos daros la bienvenida a todos los que nos vais a visitar estos días. Pero eso sí, queremos pediros que respetéis nuestros derechos de vecinos y ciudadanos, que respetéis el barrio, sus calles, sus edificios y piedras centenarias. Por eso os pedimos sobre todo a aquellos que a veces olvidan que en Malasaña vive gente: No nos grites, no nos orines, no pintes nuestras puertas, ni nuestras casas y no tires basura, ni ensucies nuestras calles. Respetad nuestros árboles, los escasos espacios ajardinados que tenemos y las zonas infantiles; No invadas las aceras con vehículos que impiden el paso sobre todo a las personas mayores, a aquellas que tienen problemas de movilidad, van en silla de ruedas o con un carrito de niño o de la compra. Os pedimos también que os solidaricéis con nosotros, con esta especie en peligro de extinción que somos hoy los vecinos de Malasaña y cuando lleguéis a este territorio, respetad su frágil hábitat para que no desaparezcamos y la vida sea posible con todos los derechos. Aprovechamos esta ocasión para reconocer y agradecer el esfuerzo de los diferentes colectivos que hacen posible las fiestas; vecinos, comercios, artistas, voluntarios... Vivan las fiestas del 2 de mayo
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