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Las obras de la L11 de Metro avanzan entre dudas legales y sin que Ayuso desvele si ejecutará las talas de árboles

Manifestación contra la tala de árboles en Arganzuela el pasado jueves

Diego Casado

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Una valla azul rodea desde esta semana varias acacias de grandes dimensiones en el paseo de las Delicias, junto a Palos de la Frontera. Sirve para delimitar los trabajos previos para la construcción en este lugar de una de las nuevas estaciones de la línea 11 de Metro, pero ha alarmado a vecinos y comerciantes de este lugar y de la calle Áncora. Porque saben que allí van a desaparecer decenas de árboles por unas obras que durarán varios años.

Que las vallas aparecieran al día siguiente de las elecciones generales del 23-J ha provocado el aumento de las sospechas entre los habitantes de la zona, que temen que con la llegada de agosto la Comunidad de Madrid pueda aprovechar el periodo vacacional para acometer las talas. Este vídeo grabado por un vecino resume bien su sentimiento actual.

Lejos de frenarse por las vacaciones, la movilización vecinal sigue muy activa y este jueves volvió a convocar una nutrida manifestación entre la calle Áncora y los Jardines de Palestina, dos de las zonas donde más árboles serán talados. Los habitantes de la zona están muy organizados y salen a la calle todos los jueves, además de haber montado una ruta de tapas entre los bares y restaurantes que se verán afectados. Está previsto que las protestas continúen durante todo el mes de agosto.

Mientras tanto, la Comunidad de Madrid guarda silencio sobre lo que pasará con los árboles amenazados. La postura oficial no se ha movido desde febrero, cuando frenó los trabajos que afectaban a la arboleda histórica de Arganzuela ante las protestas masivas de los madrileños. Así que oficialmente continúa buscando la forma de reducir el número de talas, sin dar más detalles. Y no parece que vaya a talar los árboles en verano.

Desde entonces ha cambiado el consejero de Transportes, ya que David Pérez abandonó el cargo para ser concejal en el Ayuntamiento de Madrid y Ayuso designó a Jorge Rodrigo para sustituirlo. Su equipo ya está trabajando en otras partes de las obras de Metro, como en la zona de Atocha, donde se desmontará el monumento a las víctimas del 11-M. Pero el tema de los árboles sigue siendo un tabú de cara a la comunicación hacia el exterior.

El frente judicial y las dudas legales

Lo que sigue avanzando son las acciones judiciales que preparan los colectivos vecinales para frenar las talas. El colectivo Yo Defiendo Este Árbol interpuso un recurso judicial contra el Ayuntamiento de Madrid por conceder la autorización para las talas el pasado 25 de octubre. Después del contencioso-administrativo contra el Director General de Gestión del Agua y Zonas Verdes, el Ayuntamiento aseguró que el permiso ya había “caducado” por no haber sido empleado dentro del margen legal.

Pero la autorización de tala no es lo único que falta al expediente, según los habitantes que intentan salvar los árboles y Más Madrid, partido que respalda las reclamaciones vecinales. Su concejal de Movilidad, Álvaro Fernández Heredia, puso en duda la legalidad de la actuación, a través de varias publicaciones esta semana en Twitter.

Fernández Heredia asegura que las actuaciones sobre la arboleda histórica de Madrid Río necesitan de un plan especial que la Comunidad de Madrid no ha tramitado. Lo afirma porque este lugar está catalogado con un nivel de protección 2 y porque las normas urbanísticas de la capital no permiten construcciones bajo tierra ni que afecten al arbolado.

Por otro lado también denuncia que la modificación del estudio informativo de línea 11, que metió la estación de Madrid Río en medio del parque en lugar de bajo la calzada de Yeserías, necesitaba de un nuevo periodo de información pública.

Además, las críticas también llegan desde el lado socialista: el Gobierno nacional también ha reclamado a la Comunidad de Madrid la necesidad de un nuevo estudio de impacto ambiental, como requirió hace unos días la vicepresidenta Teresa Ribera. Lo hizo desde la propia arboleda de Arganzuela, a la que acudió para que los vecinos le informaran sobre los efectos del proyecto original para la ampliación de Metro.

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