El oso y el madroño cambia de sitio por las obras en la Puerta del Sol

La próxima vez que quedes en El oso y el madroño será en un lugar distinto al que lo has hecho hasta ahora. Desde este viernes, la escultura más famosa de Madrid se encuentra en otro sitio. Pero no hay que preocuparse porque el cambio ha sido pequeño: solo se ha movido unos 10 metros hacia el centro de la plaza, informan fuentes del área de Obras.

Más de una decena de obreros que trabajan en la remodelación de la Puerta del Sol se afanaban esta mañana en el traslado y en encajar bien la peana en su nueva ubicación. El vuelo del plantígrado y su árbol, que ya estaba planificado, se ha ejecutado con grúa, sujetando la escultura y su peana mientras se fijaba al suelo.

El motivo del traslado es la alineación de esta figura con el resto de elementos de la reforma, que estarán dispuestos siguiendo un arco en paralelo a las edificaciones en la zona norte de la plaza. Bajo esta misma lógica con la que se ejecuta la reforma de Sol en los próximos días también se trasladará la réplica de la Mariblanca.

Hace unos días también se bajó de su pedestal la estatua de Carlos III, que desde entonces descansa envuelta esperando poder subirse a su nuevo emplazamiento, una fuente alineada con la entrada de Metro y el acceso al Cercanías.

La que estrena este viernes es la cuarta ubicación para El oso y el madroño. La escultura diseñada por Antonio Navarro se instaló en la plaza en el año 1967, entre la calle Alcalá y la carrera de San Jerónimo. En 1986 viajó hasta el inicio de la calle del Carmen y, en 2009, volvió a su emplazamiento original.

La estatua, que cuenta con un pedestal de granito de la sierra madrileña, tiene un peso aproximado de 20 toneladas, mide cuatro metros y está elaborada en piedra y bronce.