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Las pegatinas de San Almeida que reclaman dotaciones públicas en lugar de un monasterio de 1,9 millones en Usera

Una de las pegatinas colocadas junto a la parcela cedida por el Ayuntamiento de Madrid a la iglesia en Usera

Diego Casado

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“San José Luis Martínez Almeida, el único santo que no escucha nuestras plegarias”, rezan unas pegatinas colocadas alrededor de uno de los solares más polémicos de esta legislatura en Usera. Se trata del situado junto a la parada de Metro de Almendrales, un lugar sobre el que los vecinos reclamaban servicios públicos y que el Ayuntamiento de Madrid acaba de entregar a la Iglesia Católica durante los próximos 75 años.

Las pegatinas resumen algunas de las reivindicaciones vecinales más recientes: mejor limpieza, arreglo de zonas verdes, recuperación del teatro de Almendrales, mejor accesibilidad, más vivienda pública... “son las cosas que necesita Usera y que no han hecho en estos tres años y medio”, explica Álvaro Vidal, concejal del PSOE en el distrito. Su partido es el que las ha colocado, para denunciar la entrega de este suelo público a una entidad privada cuando existen otras prioridades: “Usera necesita muchas más cosas antes que ceder una parcela gratis para construir un monasterio, enfrente además de otra iglesia”, denuncia.

A Vidal le sorprende y le indigna la rapidez con la que han cedido una parcela a la Comunidad del Cordero, entidad adjudicataria de la parcela situada en los números 17 y 19 de la avenida de Córdoba (Usera), a un paso del Metro, en un lugar privilegiado. Las religiosas solo ha tenido que abonar 655,86 euros por la publicación del anuncio en el boletín regional. La parcela está valorada en 101.320,40 euros.

La Comunidad del Cordero tiene previsto levantar en estos terrenos un monasterio de 2.733,82 metros cuadrados, según los documentos que figuran en el expediente municipal. Estará dividido en dos plantas, con porche y claustro. Le costará hacerlo 1.973.485,11 euros y asegura que será financiado con las aportaciones de sus feligreses.

La de Usera es una de las tres parcelas enajenadas por el Ayuntamiento de Madrid para la Iglesia y la que más oposición vecinal registró. Habitantes de la zona se movilizaron a través de una recogida de firmas que alcanzó los 1.800 apoyos. En su lugar proponían construir “un instituto público, algo que beneficiaría a toda la comunidad indistintamente de sus creencias”. O también instalaciones deportivas “como un gimnasio o una piscina cubierta”.

El PSOE aclara que el problema principal de esta cesión no es el tipo de entidad destinataria -la Iglesia- sino que se enajene suelo público en favor de un privado de forma gratuita y por el máximo periodo que permite la ley. “Me da igual que se lo cedan a la Iglesia o a El Corte Inglés, se está regalando el suelo que es de todos a un particular con intereses particulares”, asegura Vidal.

La adjudicación se produjo por concurso público, aunque como estaba hecha a medida de las entidades demandantes, no hubo ninguna otra candidatura de Iglesias, Confesiones y/o Entidades religiosas sin ánimo de lucro inscritas en el Registro de Entidades Religiosas. Una vez efectuada la adjudicación, el cesionario dispone de varios meses para presentar el proyecto constructivo y después otros dos años para ejecutarlo. La duración de la concesión será de setenta y cinco años, plazo que comenzará a contar a partir de la formalización.

El Ayuntamiento de Madrid ha dejado bien atadas las cesiones por si se produjera un cambio de gobierno en 2023: entre las cláusulas previstas se encuentra la de “ ser indemnizado de los daños y perjuicios materiales efectivamente sufridos” si otra futura corporación intenta un “rescate o modificación de la concesión demanial”. Además, permite al concesionario “ceder a un tercero la totalidad de los derechos y obligaciones” y subrogarse “previa y expresa autorización del órgano competente”.

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