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Los fabricantes japoneses no se dan por vencidos con el hidrógeno y los combustibles sintéticos

Instalación de Audi donde se produjeron sus primeros litros de gasolina sintética.

Víctor Celaya

Mientras la Unión Europea ha concentrado casi todos sus esfuerzos para descarbonizar el transporte en la electrificación, en otras partes del mundo todavía se exploran vías diferentes para alcanzar idéntico objetivo. Una de ellas, de la que te hemos hablado por extenso en esta misma web, corresponde a los combustibles sintéticos, carentes de emisiones a la atmósfera, que podrían salvar a millones de vehículos en todo el Viejo Continente una vez se ha aprobado la prohibición de vender ningún coche nuevo equipado con motor de combustión a partir de 2035.

Al mismo tiempo que países como Alemania e Italia están presionando a las altas magistraturas comunitarias para que hagan una excepción con estos carburantes del futuro, un puñado de fabricantes japoneses se ha unido para remar en la misma dirección. El hidrógeno, los combustibles sintéticos a base de energía de fuentes renovables y el combustible de bioetanol son los campos en que se disponen a centrar su trabajo.

El pasado 1 de julio se constituyó la asociación formada por Eneos Corporation, Suzuki Motor Corporation, Subaru Corporation, Daihatsu Motor Co. Ltd., Toyota Motor Corporation y Toyota Tsusho Corporation con el fin de ahondar en la investigación en biomasa para carburantes de automoción de nueva generación.

La alianza persigue ofrecer opciones energéticas diversas para cubrir las necesidades de distintos clientes y regiones, siempre con el objetivo último de lograr la neutralidad en carbono. Tanto el hidrógeno como los carburantes sintéticos y el combustible de bioetanol, que puede reducir las emisiones de CO2 a través de la fotosíntesis en las plantas, son soluciones cuya eficacia ha confirmado el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). 

No obstante, resulta esencial salvar los obstáculos y buscar una solución respecto a la reducción de emisiones de dióxido de carbono y la implantación social en todo el proceso de fabricación, además de la obtención de materias primas para cualquiera de esos combustibles.

La asociación promueve la investigación tecnológica sobre el uso de la biomasa, así como la producción eficiente de combustible de bioetanol para automóviles mediante la circulación optimizada de hidrógeno, oxígeno y CO2 durante la producción.

Concretamente, pretende aprovechar la alta concentración de oxígeno generado como subproducto durante la producción de hidrógeno, así como el CO2 que se produce durante la producción de combustible de bioetanol.

No competir con la alimentación

Además, las compañías japonesas reunidas en el proyecto quieren que este combustible de bioetanol de segunda generación no compita con las necesidades de alimentación de gran parte de la población mundial, y por eso diseñarán, instalarán y explotarán instalaciones de producción, detectarán problemas durante el proceso y explorarán soluciones para mejorar la eficiencia.

También se analizarán los problemas asociados al uso de combustible de bioetanol obtenido para automóviles y otro tipo de vehículos, y se estudiarán posibles escenarios futuros para calcular tanto los volúmenes de producción de materias primas como los de producción de combustible.

Por último, la asociación desarrollará un sistema que defina métodos idóneos de cultivo para maximizar la producción y optimizar los componentes de la cosecha para asegurar la disponibilidad de materias primas con destino a los combustibles de bioetanol, además de intentar mejorar la productividad de las cosechas mediante estudios de la composición del suelo y otros métodos.

Casi simultáneamente al anuncio de la alianza de los seis fabricantes japoneses, Toyota daba a conocer que sus modelos Land Cruiser y Hilux con motor diésel fabricados a partir del primer trimestre de 2023 serán compatibles con el innovador gasóleo HVO100, procedente de fuentes 100% renovables, como aceite de cocina reciclado. De este modo, ya serán tres los vehículos de la firma, con el Proace, que pueden emplear ese carburante considerado ecológico.

El HVO100 (Hydrotreated Vegetable Oil, o aceite vegetal hidrotratado) cumple la norma de calidad europea EN 15940 de gasóleo parafínico y tiene un índice de cetano superior (c80) al del gasóleo estándar, así como un contenido inferior de azufre e hidrocarburos aromáticos. Está hecho de aceite vegetal, normalmente de palma o de colza, pero también de residuos reciclados, como el referido aceite de cocina usado.

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