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La trampa de los híbridos enchufables: ¿son tan 'eco' como nos venden?

Un informe alerta de vacíos legales que favorecen a los híbridos enchufables.

Pedro Urteaga

Mucho se habla y se ha publicado de las sombras de unos vehículos, los híbridos enchufables (PHEV), que cuando irrumpieron en escena parecían incluso la panacea en lo que a movilidad sostenible se refiere. Sabemos que son más caros, que pesan más y, sobre todo, que cuando sus dueños no los utilizan adecuadamente, es decir, cuando no los cargan conectándolos a la red, su verdadero potencial (el eléctrico) sencillamente se esfuma. Dado que muchos de estos modelos son grandes y pesados SUV, el resultado es el de unos tanques que consumen y contaminan mucho más que un coche cualquiera de gasolina o diésel, como hemos publicado aquí.

Pero ahí no acaba la cosa. Según la organización Transport & Environment (T&E), que cobija a varias ONG que trabajan en el campo del transporte y el medio ambiente a nivel europeo, los híbridos plug in desempeñan un papel destacado en un complejo entramado con el que los fabricantes aprovechan los resquicios legales que han dejado abiertos las autoridades europeas.

El año pasado, el Parlamento Europeo y los jefes de Estado de la Unión acordaron reducir las emisiones de los turismos y las furgonetas nuevos en un 15% en 2025 y en un 37,5% en 2030, todo ello sobre la base de los niveles de 2021. La norma incluyó una salvedad: las marcas que, voluntariamente, vendieran más del 15%-35% de vehículos de cero y bajas emisiones en el periodo comprendido entre 2025 y 2030, podrían ver reducidos hasta en un 5% sus objetivos de reducción de CO2.

Esta posibilidad abre la puerta, señalan desde T&E, para que los fabricantes tomen el camino más sencillo, el que les brindan lo que aquellos no dudan en calificar como coches eléctricos falsos, o sea, los PHEV. La organización advierte que, de no taponarse los vacíos legales existentes, Europa asistirá a la invasión de cerca 11 millones de estos vehículos “de cumplimiento”, “a menudo grandes SUV con un alcance eléctrico muy limitado y altas emisiones de CO2” en su uso real. La oleada llegaría a razón de casi 1,7 millones de fake electric cars cada año a partir de 2025 y otros cuatro millones en 2030.

Para impedir que las marcas opten por este atajo y “jueguen con el sistema”, en palabras de Julia Poliscanova, responsable de Vehículos Limpios y Ecomovilidad en T&E, la plataforma propone que los incentivos de que disfrutan los híbridos enchufables en varios países europeos, como España, se restrinjan a los de largo alcance eléctrico. Ve con buenos ojos, por ejemplo, los 80 kilómetros que sugirió hace poco el ministro alemán de Economía y Energía, Peter Altmaier, y urge sobre todo a los gobiernos nacionales a promover con mayor decisión los vehículos 100% eléctricos, incluyendo los de pila de combustible.

Yendo más al detalle, propugna no solo ampliar el rango máximo de funcionamiento eléctrico de los PHEV, sino también rebajar los límites de CO2 de aquellos modelos de menor rendimiento, y además vincular de algún modo el uso de este tipo de vehículos a unos requisitos mínimos de carga de la batería, de manera que no puedan emplearse como coches de combustión al uso durante largos periodos de tiempo, como han demostrado que ocurre diversos estudios realizados en Holanda y Gran Bretaña.

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