La población sénior valora el transporte público y descree del coche eléctrico y compartido
La última entrega del conocido Observatorio Cetelem pone de manifiesto grandes diferencias entre la población sénior y la más joven en numerosos aspectos relacionados con la movilidad sostenible, en particular las relacionadas con las nuevas formas de desplazarse y con el coche eléctrico. En el trabajo titulado Los sénior ante la movilidad urbana sostenible se analizan las tendencias sobre esa materia del público entre 55 y 75 años, así como las diferencias respecto a la media nacional.
Por ejemplo, el 31% de este grupo de edad se ha planteado el cambio de su vehículo privado de combustión por el uso de algún medio de transporte sostenible, frente al 42% del total de los españoles y al 64% de los jóvenes. El transporte público sería la opción que más estarían dispuestos a utilizar en su día a día, con un 68% que representa 10 puntos más que la población general. En segundo lugar quedaría la bicicleta, que elegiría el 24%, nueve puntos menos que el total, seguida del coche o la moto eléctricos, por los que apuesta en 21%, cuatro puntos menos.
Solo el 5% de los sénior de nuestro país estaría dispuesto a hacer uso del patinete eléctrico, porcentaje que asciende al 32% entre los jóvenes, para los que esta opción es la tercera de su lista, y que entre la población general atrae al 13%.
El estudio indica que las personas de entre 55 y 75 años no tienen demasiada fe en el futuro del coche eléctrico. El 69% de ellas dice no creer en él, cifra que contrasta con el 66% de los jóvenes que sí le conceden crédito, y con el 47% del conjunto de los españoles. En parecido porcentaje, los sénior no creen que los poderes públicos se esfuercen lo suficiente para apoyar el sector del automóvil eléctrico, algo en lo que prácticamente coinciden con el total de los españoles (67%) y de los jóvenes (61%).
Sí hay diferencias notables en los aspectos relacionados con la recarga. Para el 61% de esta franja de edad, la instalación de puntos de recarga rápida en la vía pública es indispensable, mientras que únicamente un 32% de los jóvenes y un 51% de los españoles lo considera así. En cuanto a la recarga doméstica, el 71% de los sénior no estaría interesado en instalar un punto de carga en su hogar, por un 57% de los jóvenes y un 40% de la población general que sí querría.
La principal razón para rechazar el punto de carga es que no disponen de vivienda unifamiliar ni de plaza de garaje propia para la instalación (60%, frente al 48% del total de los españoles) y que el coste de la instalación es muy alto (28%, frente al 35% del conjunto de los ciudadanos).
Tampoco le entusiasma a la gente de mayor edad una solución como el coche compartido. El 88% de los encuestados no ha usado ningún servicio de carsharing, carpooling o suscripción en los últimos 12 meses, por un 41% de jóvenes que sí lo ha utilizado. El 72% no estaría dispuesto a dejar de tener coche en propiedad para sustituirlo por el uso de servicios de ese tipo, frente al 30% del total de los españoles y al 45% de los jóvenes, que sí estarían por la labor.
Solo un 39% de los sénior cree que el carsharing sea más económico que tener un vehículo en propiedad, porcentaje que contrasta con el de los jóvenes (un 57%). Del mismo modo, únicamente el 40% cree que el recurso a este tipo de servicios en lugar de un coche particular sea la mejor solución de futuro para el medio ambiente, frente al 57% de los jóvenes.
Distintivos ambientales
Para acelerar la renovación del parque actual de vehículos, las personas sénior creen que las medidas más efectivas serían los incentivos fiscales a la compra de modelos eléctricos o híbridos (30% frente al 28% del total) y las mejoras en la infraestructura de carga para coches eléctricos (21% vs. 18%).
El 59% de los conductores de edad considera también que el distintivo medioambiental afecta bastante o mucho a su día a día, frente al 61% de la media total de España y al 74% de los jóvenes. Sin embargo, el 60% afirma que no cambiaría de coche por ello, por un 61% de los jóvenes que sí lo haría (el 45% en el caso de todos los españoles). Eso sí, el 67% asegura que el próximo coche que compren será 0 emisiones, un porcentaje muy similar al de los jóvenes y al total de los españoles (65%).
El 66% de los sénior considera importante o muy importante la movilidad urbana sostenible en su día a día, frente al 63% de la media del país, y el 77% concede la misma relevancia a la inversión de las instituciones públicas en medios de transporte ecológicos, cuatro puntos más que la media total.
Las acciones de las ciudades para regular y mejorar la movilidad urbana sostenible son igualmente importantes o muy importantes para el 68% de esta franja de población, mismo porcentaje que el promedio. El 50% ha percibido cambios al respecto en su ciudad en los últimos dos años, siendo la mayor accesibilidad a transportes alternativos el más apreciado por el 42% del total. Le sigue la mejora en los carriles bici, con un 34%.
Por último, el 41% de los sénior cree que en el futuro utilizaremos más el transporte sostenible en las ciudades para evitar aglomeraciones, por un 46% de la población española que es de la misma opinión.