Renault e-Plein Air, un ‘cuatro latas’ eléctrico y para disfrutar a cielo abierto
La popularización del vehículo eléctrico se está produciendo paralelamente a un curioso fenómeno por el cual numerosos modelos históricos resucitan de forma temporal en versión 100% de baterías, sin rastro de los motores de explosión que montaban en origen. Estos revivals eléctricos son en ocasiones producto de iniciativas particulares, como la de un grupo de estudiantes de Secundaria de un colegio de Madrid que ha reconvertido un Seat 600, otras veces los crean pequeñas empresas especializadas y, por último, son los propios fabricantes los que se meten en faena al objeto de homenajear a un vehículo legendario, como hizo Citroën con el e-Mehari, o con ocasión de algún evento.
Este último es el caso de Renault, que ha aprovechado la celebración de la décima edición del encuentro 4L International para mostrar un prototipo que rinde tributo a su popular cuatro latas en versión descapotable, denominada Plein-Air. Con respecto a ésta, que llegó al mercado en la primavera de 1968, el e-Plein Air, como se denomina el nuevo concept car, mantiene la carrocería sin puertas de estilo netamente playero y pierde los asientos traseros, cuyo lugar es ocupado por las baterías y, encima de ellas y a la vista, por una coqueta cesta blanca de pícnic atada con correas.
Dado que se trata de un mero ejercicio de diseño que no parece llamado a la producción en serie, la marca del rombo ni siquiera se ha molestado en pensar en la capota, que en el modelo original descansaba sobre la zaga del coche, cuando estaba plegada, al estilo de como lo hacía en el Volkswagen Beetle en su característica mochila. La forma de proceder de Renault ha sido muy distinta a la de Citroën, que decidió producir en serie el e-Mehari y basarse para ello en un automóvil moderno, el Cactus, en tanto que el Plein Air se basa directamente en un modelo veterano, y desarrollado por cierto para uso preferentemente militar.
En el interior del prototipo se han conservado otros elementos del primer Plein Air como el salpicadero, el volante y hasta la palanca de cambios, que -recordemos- suponía un problema de seguridad en caso de colisión en todos los 4L. Los asientos, por el contrario, son nuevos, al igual que la moderna instrumentación digital, y están tapizados en cuero de dos colores, blanco y azul celeste.
La obra es resultado del trabajo conjunto de las divisiones de clásicos y de diseño del fabricante, Renault Classic y Renault Design, y ha contado con la colaboración de Melun Rétro Passion, especialista en piezas de repuesto y componentes en general de modelos clásicos de marcas francesas entre las que se cuentan Peugeot y Alpine, además de la propia Renault.
El tren motriz del Twizy
Sobre el tren motriz del e-Plein Air, solo se ha dado a conocer que utiliza el del Twizy, el cuadriciclo totalmente eléctrico de Renault, pero no se especifica en cuál de sus dos variantes, pues una de ellas incorpora un motor eléctrico de 5 caballos, con el que alcanza los 45 km/h de velocidad máxima, y la otra llega a los 17 caballos y a los 80 km/h de punta. Teniendo en cuenta que el Twizy pesa 450 kilos y que el cuatro latas no bajaba de los 600, se puede suponer que la firma francesa escogería la variante más potente en el caso improbable de que decidiera llevar el coche a producción.
El Renault 4 Plein Air original se vendió en Francia, Alemania, Reino Unido, Finlandia, Holanda, Estados Unidos, Canadá y México. Una filial del Grupo Renault, Sinpar, S. A., se encargaba de la transformación en descapotable del 4L berlina, conocido de esta manera a pesar de ser el primer turismo de gran serie que equipó portón trasero. Su principal rival, el Citroën Mehari, se reveló más práctico y, sobre todo, más económico, de manera que la marca del rombo decidió finalizar su comercialización en 1971 después de haber entregado únicamente 563 unidades.