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Mazda CX-30, el segundo modelo de una nueva era

Por dimensiones, el Mazda CX-30 se sitúa entre los dos todocamino ya existentes en la gama, el CX-3 y el CX-5.

Pedro Urteaga

Los pronósticos sobre el modelo que Mazda tenía previsto presentar en el Salón del Automóvil de Ginebra, abierto al público del 7 al 17 de marzo, han acertado en todo salvo un detalle: el nombre. El nuevo vehículo de la marca de Hiroshima, CX-30, adopta el doble dígito, pero por lo demás es el tipo de coche que se esperaba, un SUV con cierto aire de cupé y que por tamaño se sitúa entre los dos todocamino ya existentes en la gama, el CX-3 y el CX-5.

Metro en mano, los 4.395 milímetros de longitud del CX-30 aventajan en 120 mm al CX-3 y quedan 155 mm por debajo del CX-5. El fabricante explica que el modelo “va dirigido a conductores que buscan las dimensiones compactas y el carácter urbano del primero, pero con el espacio y la funcionalidad del segundo”. Si nos fijamos en la capacidad de carga, se sitúa en este caso en 420 litros, por 350 del benjamín de la familia SUV de Mazda y 477 del hermano mayor. Opcionalmente, el portón trasero del ‘30’ puede ser eléctrico, con apertura y cierre de un solo toque.

Desde el punto de vista tecnológico, el modelo se coloca en la estela del recién llegado Mazda3 y supone, por tanto, el segundo coche de lo que la marca considera una generación completamente nueva de productos. Se trata, en todo caso, de una apuesta menos radical, en lo que al diseño se refiere, que la de aquel, y hay que fijarse mucho en los detalles para distinguir al recién llegado de los otros SUV de la gama, sobre todo del CX-3 y especialmente si observamos una vista lateral del vehículo.

Sí es indudable el parentesco con el Mazda3 en cuestión de motores, que serán seguramente los mismos, esto es, los Skyactiv-G de gasolina y Skyactiv-D, diésel, a los que se sumará el esperadísimo Skyactiv-X, primero conocido que emplea encendido por compresión controlado por chispa. La tecnología SPCCI combina el comportamiento elástico de un propulsor de gasolina con la respuesta y la eficiencia superiores de uno de gasoil.

Todos los motores de gasolina, tanto los ‘G’ como los futuros ‘X’, se complementan con un dispositivo de hibridación ligera de 24 voltios que, en España, le permitirá hacerse con el distintivo ECO de la Dirección General de Tráfico, como ya se ha anunciado para el Mazda3. El sistema se compone de un motor eléctrico que asiste al motor principal y una batería de iones de litio de 24V montada entre las ruedas traseras para no desperdiciar espacio interior.

Del comunicado oficial de la marca japonesa cabe deducir que el CX-30 heredaría también del modelo compacto el head-up display, la pantalla central de 8,8 pulgadas y el equipo de sonido de ocho altavoces de serie, así como el opcional de 12 que sirve la firma JBL. Lo mismo puede decirse del sistema G-Vectoring Control (GVC) Plus, que dosifica la acción de los frenos con vistas a mejorar el comportamiento y el agarre del vehículo.

En cuanto a la tracción integral i-Activ, Mazda la ha evolucionado mediante un sistema de detección de “carga vertical en las cuatro ruedas” y trabaja conjuntamente con el GVC para controlar la distribución de par entre las ruedas delanteras y las traseras, con el fin de mejorar la tracción y la adherencia en cualquier circunstancia.

Entre los elementos de seguridad activa que se mencionan en el comunicado destacan el sistema de frenada de emergencia, un detector de fatiga del conductor dotado de cámara, la alerta de tráfico delantero y un asistente de tráfico y crucero pensado para las tediosas retenciones de tráfico y que presta asistencia al usuario con el acelerador, el freno y los movimientos de volante.

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