Prueba del Jeep Compass 4xe, el enchufable de vocación aventurera

La creciente oferta de modelos con carrocería SUV tiene como una de sus facetas más favorables que el eventual comprador cuenta con un sinfín de opciones entre las que elegir en función de sus gustos o necesidades. Lo mismo sucede con los híbridos enchufables, cada vez más numerosos, de modo que no es difícil encontrar algún vehículo que se ajuste a lo que buscamos. El Jeep Compass que acabamos de probar se erige así en una de las mejores alternativas para aquellos que valoran el uso off road sin perder ni pizca de confort en carretera.

Como en toda la gama enchufable de Jeep, denominada 4xe, aquí se dispone de un sistema híbrido que se compone de un motor de gasolina, otro eléctrico y un generador, al que se suma una batería de 11,4 kWh brutos. El propulsor de gasolina es en este caso de cuatro cilindros y 1.332 centímetros cúbicos, sobrealimentado, que entrega 131 CV en la versión que nosotros hemos conducido (Limited) o bien 179 CV en las otras dos disponibles: Trailhauk, que es la más campera, o S, más prestacional.

El motor eléctrico, de 44 kW/60 CV, va colocado en el eje trasero y se encarga de mover ese par de ruedas. El Compass Limited rinde en total 190 caballos y el Trailhauk y el S alcanzan los 239. Los tres incorporan tracción total, lo que constituye uno de los valores añadidos esenciales del coche, en comparación con lo que ofrece buena parte de la competencia.

En cuanto a la batería de alto voltaje, que permite recorrer en modo eléctrico 50 kilómetros según el ciclo WLTP, admite hasta 7,4 kW de potencia de recarga, con la que podemos recuperar toda la energía en menos de dos horas.

El conductor del Compass 4xe tiene a su disposición tres programas relativos al sistema de impulsión: eléctrico puro, híbrido y e-save, que mantiene la carga existente en la batería en un momento dado para que podamos usarla más tarde. A ello se añade la función e-coasting, gracias a la cual la batería se recarga mientras estamos en movimiento aprovechando la energía cinética del vehículo.

En una pequeña palanca aparte, que sustituye a la antigua ruleta, se seleccionan a su vez los modos de conducción presentes en esta versión, que ajustan el funcionamiento del control de tracción, los frenos y la transmisión en función del terreno por el que se transita. El sistema Select Terrain contempla ahora concretamente: arena/barro, nieve, automático y Sport, este último exclusivo de los modelos 4xe, en el que el coche muestra su lado más rabioso. El paquete Trailhawk, disponible igualmente solo en las versiones 4xe, suma el modo Rock, pensado para los terrenos más extremos.

El Compass nos permite, pues, no circular solo por asfalto, merced a un arsenal de herramientas electrónicas capaces, por ejemplo, de frenar la rueda que no tiene tracción, según el modo activado, y de bloquear o cambiar el reparto de par entre los ejes delantero y trasero. También incorpora un dispositivo de control de descenso de pendientes pronunciadas.

Otro botón fuerza al coche a circular con tracción total, en cuyo caso se activa siempre el motor de gasolina para asegurar que hay energía eléctrica suficiente para que funcione su homólogo eléctrico, que impulsa -como sabemos- las ruedas traseras. Todo ello a menos de 15 km/h, pues por encima de esa velocidad ese motor solo funciona si el sistema lo considera necesario.

Mejoras y precios

La reciente renovación del modelo de Jeep ha introducido pequeños cambios exteriores y algunos más enjundiosos de puertas adentro, como un rediseño de toda la consola central, pantalla incluida. Esta es ahora un 30% más grande y, sobre todo, presenta una calidad de imagen superior y un procesador cinco veces más rápido.

El sistema multimedia Uconnect cuenta con conexión inalámbrica Android Auto y Apple CarPlay y con aplicaciones que permiten utilizar algunas funciones desde el móvil, como enviar rutas al coche. Con la aplicación My Uconnect es posible localizar el vehículo o ver el estado de la recarga, entre otras posibilidades.

Lamentablemente, estas mejoras han venido acompañadas de un notable incremento de precios por parte de la marca, que ha eliminado por ejemplo el descuento de más de 5.000 euros que aplicaba hasta fechas recientes. Las versiones 4xe cuestan así entre 8.000 y 10.000 euros más que antes, y el Compass en concreto parte en acabado Limited de 45.950 euros, en tanto que las variantes de 239 CV se van a 49.100 euros (Trailhawk) y 50.100 euros (S).

Con esta subida, el híbrido enchufable de Jeep se sitúa entre los modelos más caros de los que utilizan esta tecnología, solo superado por alternativas premium como el Audi Q3 45 TFSIe o el Mercedes GLA 250 e. Obviamente, más de uno preferirá un vehículo menos visto y de vocación más aventurera como el Compass, que por otro lado puede mirar de tú a tú a los dos modelos citados en varios aspectos. Uno de ellos es la calidad de rodadura en carretera, que nos ha parecido extraordinaria.

En el extremo opuesto, lo menos conseguido del coche es tal vez el funcionamiento de algunas de las ayudas a la conducción. La más exasperante, a nuestro criterio, es la que nos alerta de la excesiva cercanía al vehículo precedente, que -por mal calibrada o calibrada, digamos, de manera demasiado prudente- provoca al conductor unos sustos completamente innecesarios dado que existe margen de sobra para evitar la colisión que se anuncia con profusión de señales visuales y acústicas.