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Prueba del Lexus LS 500h: el lujo híbrido en su máxima expresión

Lexus LS 500h.

Pedro Urteaga

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El diablo está en los detalles, reza el proverbio anglosajón, y automóviles como el majestuoso Lexus LS son la mejor prueba de ello. En una gran berlina semejante, escoger entre uno u otro modelo, entre las escasas opciones disponibles, depende de sensaciones y de gustos personales, más que de defectos o dones que puedan adjudicarse en justicia a cada uno de los rivales en cuestión.

Estamos hablando hoy de un modelo de Lexus enorme, de 5,23 metros de longitud y más de dos de ancho contando los retrovisores, equipado con casi todo el lujo y la tecnología concebibles, y al mismo tiempo adornado con exquisitos detalles de la artesanía Takumi a la que es fiel la marca japonesa.

Lexus echa el resto, además, en las plazas traseras -no en vano se trata de un coche propio de un mandatario-, y en ellas puede disfrutarse de las delicias del asiento Ottoman, que permiten desde tumbarse cómodamente como en un vuelo transoceánico en Business hasta recibir masaje shiatsu o ver nuestros contenidos favoritos en las pantallas ubicadas tras los respaldos delanteros.

En su actualización de 2021, el LS 500h, a la venta con una única motorización híbrida de 359 caballos, recibe modificaciones destinadas a mejorar un confort de marcha que ya era de por sí excelso. Su suspensión neumática dispone de un nuevo ajuste, lleva unas barras estabilizadoras distintas y estrena unos neumáticos de tipo run flat con un flanco más flexible, además de unos soportes para el motor de mayor calidad que transmiten menos vibraciones al habitáculo. Además, el sistema de cancelación de ruido a través de los altavoces del equipo de sonido (Active Noise Control) se ha revisado para lograr un funcionamiento más eficaz.

Los sistemas de ayuda a la conducción también son objeto de mejora. El asistente de aparcamiento automático es capaz ahora de actuar sobre el cambio, y no solo sobre la dirección, los frenos y el acelerador (antes había que hacer manualmente el paso de D a R y viceversa). Los faros, siempre de led, incorporan la tecnología BladeScan, que debutaron en el RX y procuran una iluminación más eficaz y precisa.

De momento el Lexus LS no incorpora, como estaba previsto en el acabado Luxury (149.500 euros, con tracción a las cuatro ruedas), los retrovisores digitales de los que ya te hemos hablado en una reciente prueba del ES 300h. En cambio, sí embarca de serie un espejo interior que, al toque de una palanca, se convierte en una pantalla en la que se proyecta la imagen que toma una cámara situada en la puerta del maletero.

En el habitáculo, la principal novedad reside en el nuevo sistema multimedia, cuya pantalla de 12,3 pulgadas admite el manejo táctil y que es compatible con Apple CarPlay y Android Auto. El equipo de sonido de serie con el nivel de equipamiento básico -si cabe utilizar este término en un vehículo que parte de los 107.500 euros-, Business, es de Pioneer y tiene 12 altavoces; en el resto se suministra un Mark Levinson con 23 altavoces y un amplificador de 16 canales.

Mayor aporte eléctrico del sistema híbrido

En cuestión mecánica, la cuarta generación de la tecnología híbrida empleada por Lexus contempla un mayor aporte eléctrico dentro del sistema de propulsión, con el fin de reducir la sonoridad en el interior -ya bajísima- y, en suma, hacer la experiencia a bordo más placentera, que es a lo que consagra todo.

Al mismo tiempo, se persigue con ello rebajar en lo posible el gasto de combustible de este imponente buque insignia. El consumo que hemos registrado en nuestra ruta habitual de pruebas se ha situado por debajo de los 9 litros/100 km, registro que podemos considerar razonable para un modelo de estas proporciones, pero no tan extraordinario como el que medimos en el ES 300h (menos de 5,5 litros/100 km), salvando todas las distancias que somos conscientes que hay que salvar.

Si antes hablábamos de las maravillas del asiento trasero del LS, quien se sienta al volante tampoco se queda atrás en términos de comodidad con los 28 ajustes diferentes de su butaca y la posibilidad de contar también con masaje. A su disposición tiene seis programas de conducción, más el modo exclusivamente eléctrico, con los que adaptar a las circunstancias el comportamiento del coche: Eco y Confort para un rodar relajado y eficiente; Normal y Custom (configurable por el usuario), y Sport S y Sport S+, con el que se puede extraer todo el jugo a los casi 360 CV disponibles; por ejemplo, alcanzando los 100 km/h desde parado en apenas 5,5 segundos.

Aunque los pasajeros de las plazas traseras son los más agasajados por el confort, el lujo y el cuidado por el detalle que definen al LS 500h, el conductor también goza de nuevas funciones que le hacen más grata su tarea. Citaremos únicamente la capacidad predictiva aumentada de los sistemas de asistencia a la conducción o un sistema de aparcamiento automático que facilita las maniobras que se realizan con mayor frecuencia gracias a su capacidad de memorizarlas.

Como son los detalles los que al final inclinan la balanza, sobre todo para quienes pueden gastarse más de 100.000 euros en un coche, solo nos permitimos indicar que el modelo de Lexus, aventajando tal vez a sus competidores en finura de materiales y acabado artesano, queda por detrás de ellos en el capítulo de tecnología de pantallas y sistema de infoentretenimiento, donde se echan en falta más opciones de personalización y una calidad superior de los gráficos.

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