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Mazda CX 60, vuelta del diésel por la puerta grande

Mazda CX-60

J. Galilea

El concepto del downsizing, reducir el tamaño del motor de combustión como solución rápida para cumplir con los pliegos de emisiones, se ha demostrado algo tan ingenuo en su concepción como inútil en cuanto ha llegado el nuevo método de medición WLTP. Con un peso al alza, pero también una superficie frontal que opera como un muro a consecuencia de la popular silueta todocamino, trabajar con elevadas potencias específicas es algo que queda bien como gancho comercial, pero muy mal como base del uso habitual de un automóvil. Poco par y regímenes de giros absurdos ponen la guinda al sentir general de aquellos que sufren la realidad de motores tres cilindros sobrealimentados: consumos —y por lo tanto, emisiones— fuera de toda lógica, ruido desagradable y fiabilidad en entredicho.

En contraposición a esta tendencia, Mazda lleva casi tres lustros exhibiendo lo que la prensa ha denominado de forma oficiosa como rightsizing. Mejorar cada sistema del motor de combustión en busca de una mayor eficiencia térmica. Lo que no es otra cosa que respetar las leyes de la termodinámica antes que las del marketing. De ese cultivo han salido creaciones con el apellido SkyActiv, que lo mismo han avanzado en la reducción de fricciones que en la admisión y evacuación de gases, temas tan poco vistosos como el comportamiento de la llama dentro del cilindro o la simplicidad en su construcción para redundar en menor peso, cantidad de piezas y mayor longevidad. 

Como en las buenas novelas, la trama van in crescendo y los dos últimos capítulos han supuesto un atrevido giro de los acontecimientos: el año pasado, llegaba el encendido estratificado de los motores de gasolina para imitar la eficiencia de los motores diésel —SkyActiv X— y ahora se presenta el primer motor de seis cilindros turboalimentado de alta cilindrada completamente nuevo que se veía por la industria del automóvil desde hacía más de una década. De hecho, una configuración —6 en línea— que se pensaba enterrada, por más que su suavidad, equilibrio de masas, velocidad de giro y empuje sean envidiables y alimentada por gasóleo. ¡Vade retro!

Rupturismo o sentido común

Sí, has leído bien: gasóleo. El combustible que garantiza la mayor cantidad de energía por unidad de volumen no puede ser desestimado de la ecuación solo por su nombre. El motor e-Skyactiv D de 3.3 litros supera la barrera del 40% de eficiencia térmica y es capaz de moverse en la banda de los 200 caballos con un consumo medio de cinco litros, similar al Skyactiv D de cuatro cilindros del que procede, pero con la vista puesta en superar futuras regulaciones en materia de emisiones. 

¿Cuadratura del círculo? Más bien, del óvalo. Fundido el aluminio, este bloque utiliza una cámara de combustión de forma ovoide, sobre la que se insertan cilindros con dos cavidades separadas. Una mayor cilindrada unitaria permite llenar y vaciar de forma más rápida las cámaras, a las que llega una pre-mezcla en condiciones de constante cambio, tan pobre que hace más eficiente la combustión y que esta tenga una menor temperatura interna del motor. Y la capacidad inherente de esta arquitectura de girar más rápido consigue reducir drásticamente las emisiones de NOx, rebajando el consumo WLTP a cinco litros con unas emisiones de sólo 128 g/km de dióxido de carbono. Por ponerlas en contexto, la mitad que las que conseguía hace 15 años el motor Mazda 2.3 MPS de cuatro cilindros en el club del alto rendimiento, como el que consigue este nuevo motor. 

Tecnología de transición

Para rematar el concepto de una cadena cinemática eficiente, Mazda ha recurrido a la segunda generación de su sistema híbrido ligero de 48 voltios —M Hybrid Boost—, que se integra en un eje longitudinal con el motor, la caja de cambios, el paquete de baterías centrado bajo el piso y el eje trasero. Porque el CX 60, heredero de la dinámica del MX-5 y continuador del concepto jinba ittai, orienta su conducción a las expectativas de control directo y respuesta inmediata, típicamente Mazda. Y esto es más que una declaración de intenciones: el CX 60, con sus casi cinco metros de largo y 2.000 kilos a plena carga, busca comportarse como un buen gran turismo de propulsión. 

Con un motor orientado longitudinalmente y con un vano motor más grande y una nueva caja de cambios automática de ocho velocidades más compacta, permite mayor espacio libre con el que gestionar el espacio deformable en caso de accidente, incluso para los peatones. Los aceros que arman el conjunto son lo último en estampación fría de acero —más duros y con la capacidad de colapsar sin doblarse ni partirse—, y contribuyen tanto a la seguridad como al comportamiento. ¡Incluso a la sonoridad del equipo de sonido!, con un cajeado especial de los altavoces en las puertas. 

La caja de cambios merece mención especial, porque sustituye el convertidor de par por un embrague multidisco, integra el motor/generador y relaciona las aportaciones de par —combustión o eléctrica—, mediante engranajes epicicloidales. No hay una forma más efectiva de transicionar entre energías, y si la competencia no la utiliza es porque está protegida por un montón de patente, pues ha sido desarrollada completamente por Mazda.

Masas equilibradas. Poderío, finura y sonido mecánico armonioso. Máxima catalogación de seguridad EuroNCAP. Interior acogedor con mezcla de madera de arce, telas japonesas y costuras detallistas. Economía de uso, longevidad intrínseca de un motor de seis cilindros en línea y etiqueta ECO de la DGT. ¿Se puede pedir más? Que adoptara el ingenioso Kinetic Posture Control, que inscribe la zaga en curvas a gran velocidad interviniendo ligeramente en el freno de la rueda interior. Pues lo tiene: solo en el eje trasero, y combinado con la geometría de la suspensión, el CX 60 dibuja curvas al tiempo que controla el ascenso de la zaga mediante un frenado transparente para el conductor. 

La movilidad responsable y sin compromisos abre una nueva era con esta aproximación de Mazda. Diésel y gasolina limpias, con atención al detalle, la calidad y el agrado de conducción. Y con un precio de partida en el entorno de los 48.000 euros.

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