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El superdeportivo eléctrico Yangwang U9 se corona como el coche más rápido del mundo con 472,41 km/h

La marca anuncia una producción mínima pensada para coleccionistas adinerados

Héctor Farrés

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El auge de los fabricantes chinos de coches eléctricos transforma la industria mundial con una rapidez que sorprende incluso a los observadores más atentos. Su capacidad para producir vehículos de altas prestaciones en serie ya no se limita a la gama asequible, porque también han irrumpido en el territorio exclusivo de los hiperdeportivos.

Lo que antes parecía un terreno reservado a marcas europeas con larga tradición ahora se ve ocupado por propuestas chinas que demuestran avances tecnológicos de enorme magnitud. Este cambio de paradigma se refleja con claridad en el nuevo récord mundial de velocidad que protagoniza un modelo de origen asiático.

Un prototipo presentado hace meses se ha convertido en una máquina que pulveriza cifras

El Yangwang U9 Xtreme alcanzó 496,22 km/h en la pista de pruebas ATP Automotive Testing Papenburg, en Alemania, y con esa marca superó el registro del Bugatti Chiron Super Sport 300+ que reinaba desde 2019 con 490,484 km/h. De esta manera se ha convertido en el coche más rápido del planeta y, lo más llamativo, en un automóvil de producción con propulsión eléctrica.

El golpe simbólico para la vieja guardia europea resulta evidente porque firmas como Bugatti, Ferrari, Koenigsegg o Porsche llevaban décadas controlando ese territorio. De pronto, un fabricante chino demuestra que la cima tecnológica ya no pertenece de forma exclusiva al continente europeo y que la supremacía puede cambiar de manos en cuestión de meses. La llegada del U9 Xtreme, por tanto, supone un antes y un después que altera las jerarquías establecidas.

El modelo que acaba de imponer la nueva marca fue presentado inicialmente como prototipo bajo el nombre de Track Edition y prometía 350 km/h. Ahora se anuncia como una serie muy limitada de 30 unidades, lo que lo sitúa en el mercado de los coleccionistas más exclusivos. Aunque la marca no ha publicado el precio, sí confirmó que incorporará todas las mejoras que permitieron conseguir el récord.

Antes de alcanzar los casi 500 km/h, el Yangwang ya se había dejado ver en las tablas de velocidad. En agosto se proclamó el eléctrico más rápido al llegar a 472,41 km/h, arrebatando el título al Rimac Nevera R, que poco antes había marcado 431,45 km/h. La ambición de BYD era superar a todos los rivales, y en apenas unas semanas lo consiguió.

eMarc Basseng fue el piloto que manejó el coche en Alemania y, según declaró, el motor eléctrico le permitió concentrarse por completo en la pista al carecer de cambios de marcha. Explicó que el rendimiento del vehículo sería imposible de replicar con un motor de combustión.

Por su parte, la vicepresidenta ejecutiva de BYD, Stella Li, calificó el momento como un logro del equipo de investigación y desarrollo de la compañía y expresó su agradecimiento tanto al piloto como a los ingenieros que participaron en el proyecto.

Un sistema eléctrico extremo sostiene la velocidad y la estabilidad a niveles inéditos

El secreto de semejante velocidad radica en una arquitectura de cuatro motores eléctricos de ultraalta velocidad que entregan 3.000 CV y llegan a 30.000 rpm. Se alimentan de un sistema de 1.200 V con batería Blade de litio-ferrofosfato, capaz de soportar descargas extremas.

Este diseño permite que cada rueda reciba la potencia de forma independiente y que el coche mantenga el control incluso en situaciones de máxima exigencia.

A este despliegue se añaden elementos desarrollados para soportar esfuerzos extremos, como neumáticos semi-slick, discos carbocerámicos y pinzas de titanio. La suspensión activa DiSus-X permite incluso que el vehículo supere baches con saltos controlados, un detalle que se suma a su capacidad para rodar por circuito a gran nivel. En Nürburgring registró un tiempo inferior a siete minutos, dato que confirma que no se trata solo de un cohete en línea recta.

La batalla por superar los 500 km/h se ha convertido en una cuestión de orgullo

La competencia observa con inquietud. Bugatti perdió el cetro, Rimac quedó atrás y Koenigsegg Jesko Absolut anuncia que puede superar los 500 km/h, aunque todavía no lo ha demostrado.

El récord conseguido por BYD se inscribe en un contexto de rivalidad feroz, donde cada marca busca figurar en los entre los mejores con cifras que desafían los límites de la física. Aunque luego eso no sirva en la conducción del día a día.

El U9 Xtreme ha rozado la frontera psicológica de los 500 km/h y todo apunta a que esa barrera caerá pronto, ya sea en manos de BYD o de otro fabricante. El momento actual se ha convertido en una carrera de orgullo y ambición tecnológica, y en este instante el timón lo sostiene un coche chino que ruge con electricidad pura.

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