Baloncesto a pesar de todo
El lema de este medio digital, ‘periodismo a pesar de todo’, implica el compromiso férreo de eldiario.es con la información por encima de presiones, de dificultades, de malos tragos. Y del mismo modo, podríamos decir que el UCAM Murcia es esta temporada, por encima de cualquier cosa, ‘baloncesto a pesar de todo’. También sus aficionados y cuantos rodeamos a este club desde hace ya varias décadas. Baloncesto a prueba de bombas. Baloncesto con todo lo que implica este deporte, que un día te hunde en la pena de la derrota más cruel y dolorosa, y al día siguiente te regala la euforia de la victoria más dulce. Baloncesto que te aprieta el corazón, para bien y para mal.
Para mal, el baloncesto apretó el corazón del CB Murcia en la cancha del Real Madrid el pasado domingo. Tuve oportunidad de ver el partido en directo, y en el momento en el que Sadiel Rojas fue objeto de falta y dispuso de dos tiros libres, a falta de diez segundos para el final del choque y con su equipo tres puntos arriba, contemplé cómo muchos aficionados madridistas agarraban sus abrigos, se levantaban de sus asientos y se dirigían a las puertas del WiZink Center. Y en ese momento, aunque ingenuamente pensaba que Murcia tenía ganado el partido, dije en voz alta: “No entiendo por qué se va la gente, diez segundos en baloncesto son un mundo y puede pasar de todo”. Mis deseos iban por dentro, la realidad por fuera, y fue la realidad la que se impuso.
El CB Murcia hizo muchas cosas bien en Madrid contra un equipo mentalmente fundido por su derrota de Euroliga del viernes anterior y físicamente lastrado por las continuas lesiones. Los de Ibón Navarro llevaron el partido adonde lo tenían que llevar y todo se puso de cara. Sin embargo, incomprensiblemente, el buen trabajo de 39 minutos y 50 segundos se tiró por tierra al no hacer falta personal tras el doble fallo de Sadiel Rojas desde la línea de libres, en los últimos 10 segundos del choque. Con esas mismas circunstancias, el equipo que tiene tres puntos de ventaja ganará en 9 de cada 10 ocasiones, y de esas 9 ocasiones, en 8 lo logrará haciendo una falta personal bien hecha que lleve a su rival al tiro libre.
El entrenador del CB Murcia ha defendido a sus jugadores porque no le queda otra; Navarro sabe perfectamente que se trata de un error injustificable, pero es lo que tiene este deporte, que a veces es cruel e injusto. La de Madrid fue la enésima casuística de final de partido igualado a la que se ha enfrentado el equipo murciano esta temporada. Habría que tirar de la estadística histórica para encontrar otro año en el que el CB Murcia haya llegado tantas veces al último minuto con el partido igualado, y no se encontrará nada igual a lo que estamos viviendo en estas semanas.
Sin embargo, la cara de la moneda para el equipo murciano llegó poco más de 48 horas después en la BCL, en la cancha de Hapoel Holon, en un ambiente hostil y con un arbitraje cuanto menos dudoso en algunas fases del partido. La victoria en Israel es digna del lema ‘baloncesto a pesar de todo’, y mientras muchos siguen rumiando (y barrunto que rumiarán por mucho, mucho tiempo) la derrota contra el Real Madrid, este UCAM Murcia demostró que su fe se construye a prueba de bombas y de reveses. El equipo fue capaz de levantarse y de seguir su plan de trabajo, de remar hasta el final. Así, si los últimos diez segundos del tiempo reglamentario en Madrid fueron una puñalada, los últimos dos minutos en Israel fueron un regalo: parcial de 0-9, y no un parcial cualquiera, sino uno liderado por Sadiel Rojas, que primero logró igualar el marcador a 75 con un triple, y luego fue capaz de robar un balón y anotar una bandeja para adelantar a los suyos: 75-77. Justicia divina para el guerrero Rojas, y de ahí, hasta el 75-81 final. Con su victoria, Murcia sigue con vida en la BCL, pero tendrá que refrendar sus opciones de clasificación la semana que viene en el Palacio contra Krasnoyarsk, y en enero contra el Sassari en un partido trascendental.
La mejoría experimentada por el equipo es evidente y se materializa sobre todo en un jugador: Ovie Soko. El alero británico es la demostración palpable de que los cambios radicales son posibles; de que, en baloncesto, lo que parece averiado y sin solución, puede convertirse de pronto en la máquina mejor engrasada. Junto a él, Hannah y Oleson, pero también el resto de jugadores que hasta ahora se habían mostrado más regulares y constantes, así como el trabajo del cuerpo técnico, han dado como resultado un equipo muy duro en defensa y menos previsible en ataque, donde ya se aprecia un mayor equilibrio dentro-fuera. Se ha dejado de abusar del triple y la producción ofensiva se está acercando al aro, donde los porcentajes mejoran y donde, si no se consigue canasta, al menos se pueden sacar faltas personales o buenos pases. La circulación del balón ha mejorado tanto, que ahora, en la mayoría de las posesiones, es un auténtico placer ver al CB Murcia atacar.
Respecto a los problemas que aún arrastra el equipo, ya han sido comentados sobradamente en este mismo medio: la espera eterna de Faverani, la lesión de Antelo y el roto que le hace a la rotación el desaguisado de los cupos en la BCL. Con todo, la progresión en el juego y el compromiso de estos jugadores invitan al optimismo y despejan las dudas e incertidumbres del pasado.
Así, en ACB el UCAM Murcia sigue en el grupo medio de la tabla, a un paso de los ocho primeros clasificados, y se prepara ya para volver a su casa, ante su público: el domingo se enfrentará al Betis de Sevilla con la intención de amarrar el triunfo e igualar su balance de victorias y derrotas con un 6-6. Suena a tópico, pero es la realidad: no será fácil. Sevilla, con Óscar Quintana al frente, llega de ganar a Obradoiro con solvencia y cuenta con unos jugadores de mucha calidad y gran físico. Si juegan al fin como equipo, tal y como ganaron en la última jornada, los sevillanos darán muchos sustos y saldrán de la cola de la clasificación. Sin embargo, una cosa es segura: el CB Murcia seguirá predicando su ‘baloncesto a pesar de todo’.