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“Las críticas me han ayudado a mejorar”

El escritor Blas Ruiz Grau

José Miguel Vilar-Bou

Hace ya años que Blas Ruiz Grau tuvo que abandonar su profesión de informático por problemas de salud y reinventarse. Optó por la incierta vía de la literatura y su apuesta terminó saldándose con un fulgurante éxito en el mercado digital. Novelas como “La profecía de los pecadores”, “Kryptos” o “Siete días de marzo”, que se venden por decenas de miles en Internet, le han granjeado un público numeroso y fiel. Ahora, con “No mentirás” (Ediciones B) da el salto a un gran grupo editorial y busca, además del éxito comercial, “el reconocimiento de una calidad”, reivindica. Cuatro años ha tardado en poner punto final a este “thriller” con asesino en serie ambientado en Mors, pueblo alicantino ficticio en el que, supuestamente, nunca pasa nada… Blas transmite en sus respuestas gran frescura y naturalidad. Sin embargo, cuando habla de sus libros, se revela como muy autocrítico y perfeccionista. En esta entrevista, destapa algunas claves de “No mentirás”.

“No mentirás” es tu primera novela con un gran grupo editorial detrás.

Es un reto gigante porque hasta ahora escribía el libro, lo publicaba y no tenía esa presión, esa sensación de tener que dar la talla. Ahora cada día me levanto con esa presión en el pecho. No se trata ya de vender, sino de que se reconozca una calidad. Por ahora los comentarios están siendo muy buenos.

El libro se desarrolla en Mors, nombre ficticio para un pueblo de Alicante que el lector podrá identificar fácilmente. ¿Qué te llevó a este escenario?

Creo que es algo que no se ha hecho demasiado. No digo que sea yo el único en el mundo que ha explorado esto, pero sí entiendo que no hay mucha novela negra ambientada en pueblos pequeños de la costa levantina. Los escritores tienden a situar sus historias en grandes núcleos, que es donde creemos que suceden las cosas. Yo he querido dar un paso más allá en lo que puede pasar en un pueblo pequeño, darle al lector algo fresco: esa sensación de ahogo, de no poder escapar…

La narración es trepidante y precisa. De hecho, buscas que el lector la viva prácticamente en tiempo real.

Quiero que la viva en tiempo real. Quiero que sus ojos sean los del asesino y los del investigador. Que comparta la sensación de angustia del personaje, que no sabe qué hacer en determinados momentos: La evolución de sus sentimientos a lo largo de la novela.

¿Cómo sorprender a los lectores, que hoy en día se las saben todas?

Para mí lo más importante es no tratar al lector de tonto. Cuando le hablas de tú a tú, sin pelos en la lengua, sin ser condescendiente, lo tienes en el bolsillo, a mi modo de ver. Luego siempre intento dar veracidad a mis historias, pero sin ser pedante con los tecnicismos legales y policiales. Tienes que adecuarlos a un lenguaje cercano, porque la gente lo que quiere es entretenerse.

¿Te consideras autor de género negro?

Las etiquetas son peligrosas, pero me veo más en el “thriller”.

Tu primera novela, “La verdad os hará libres”, la escribiste en sólo dos semanas.

Sí, pero eso no es ningún prodigio. Escupí 80.000 palabras en catorce días. Claro, eso no puede hacerlo cualquiera… si lo hace bien. Pero lo que yo hice fue un desastre. Sólo me senté muchas horas a escribir. Entonces yo no tenía mucha idea, aunque la trama sí era buena.

Eres duro contigo mismo.

Hasta un punto tremendo. Con “No mentirás” he estado cuatro años. La empecé en 2015. He reescrito cada pagina treinta veces… y porque me obligué a parar. Si no, estaría todavía metiéndole arreglos. Sobre todo me dio mucho trabajo la investigación policial.

Aunque “No mentirás” es una novela independiente y autoconclusiva, has comentado alguna vez que con ella abres una trilogía de género negro.

Sí, aunque sería más correcto hablar de saga, porque el personaje ya ha aparecido en dos de mis novelas. La segunda parte la tengo escrita, pero, justo ayer, la estuve mirando y me asusté: Está claro que voy a reescribirla entera dándole matices hasta el punto de que tenga que obligarme a parar porque, si no, me volveré loco… Y también estoy trabajando en la tercera.

Vuelvo a tus comienzos como escritor: “La verdad os hará libres” la escribiste en 2008, pero no la publicaste hasta cuatro años después.

Escribí la novela como un regalo de navidad para mi familia. Quería hacer algo diferente. Imprimí unas cuantas copias y ya está. Pero en 2012 empecé a tener problemas de salud graves. Tuve que dejar mi trabajo y reinventarme, pero sin la posibilidad de hacer grandes cosas con mi cuerpo. Así que me dije: “Mira, voy a intentarlo con la literatura”. Publiqué la novela en Internet. Empecé a recibir críticas y a través de esas criticas fui mejorando mi escritura para hacer la segunda parte que, a mi gusto, es bastante mejor. Y de hecho tuvo mejor aceptación.

Amazon fue providencial para ti.

Sin Amazon yo ahora no estaría hablando contigo. Para mí no hubo otra manera: “La verdad os hará libres” la mandé a 150 editoriales. Me contestaron pocas y las que lo hicieron fue para decirme: “Olvídate”.

Tu siguiente novela, “La profecía de los pecadores” ya se vendió por decenas de miles.

Es algo que no puedo explicar: No había una trayectoria detrás todavía, ni lectores. De hecho, “La verdad os hará libres” durante el primer año apenas se leyó. Y sin embargo, “La profecía de los pecadores” desde el primer momento se puso entre los más vendidos. No sé si fue el título, la portada… No lo sé. Lo que sé es que no tenía lectores y de pronto empezó a venderse. Supongo que la suerte juega un papel.

Tienes más de 11.000 seguidores en Twitter. ¿Qué te aportan las redes sociales?

Poder tener un trato directo con el lector. Que me cuenten en primera persona lo que les parece la novela. Ese interactuar para mí es esencial. A la gente le encanta poder charlar con el escritor. Lo valoran mucho y yo intento explotarlo.

¿Los libros alimentan las redes o viceversa?

Hoy las redes alimentan los libros. Yo tengo seguidores hace relativamente poco, cuando ya había publicado la tercera novela, así que he tenido la suerte de poder considerarme escritor antes que influencer. Pero es cierto que hoy, si tienes muchos seguidores en redes sociales, las editoriales lo ven como un filón y te publican lo que sea… para bien y para mal.

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