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“Cuando empecé me daba la sensación de que no terminaba de encajar en ningún sitio”

El Kanka estrena su gira "Donde caben 2, caben 3" en Murcia el próximo 6 de septiembre

José Lara

Juan Gómez Canca, “El Kanka”, es ese malagueño con acento porteño, rumbero y andino en sus canciones que, con guitarra española y poesía como armas, nos descubre lo bello que es vivir, las formas de ver este mundo menos enfermo y que Donde caben 2 caben 3. Músico por vocación, tiene cuatro discos en su haber y un recién estrenado EP.

Hacemos un repaso a sus inicios. Nos cuenta cómo está viviendo este presente que lleva a vivir su música en escenarios de 40.000 personas, además de aventurarnos a una gira que estrena en Murcia el próximo 27 de septiembre en el Parque Fofó.

¿Quién es El Kanka? Y no me digas que es un payaso, tal y como cantas.

(Risas) Es también un payaso, pero muchas más cosas, sin duda. Es un cantautor un tanto particular, quizás algo fuera del concepto del cantautor convencional, pero solo del concepto. Al fin y al cabo, soy un tipo que hace canciones y las canta.

¿A qué te dedicabas antes de la música? ¿Ha cotizado El Kanka alguna vez fuera de este ámbito?

(Risas) SÍ, pero poco. Realmente siempre me he dedicado a la música. Vine a Madrid con una beca Séneca con veintitrés años. Primero intenté vivir un poco de la beca, pero no era posible, y rápidamente salió un trabajo como profesor de guitarra. Así fui compaginando ambas cosas. A posteriori fueron saliendo conciertos y dejé atrás la beca para ya compaginar mi sueldo como profe de guitarra con el dinero de los conciertos.

Eres un artista prolífico: Lo mal que estoy y lo poco que me quejo (2013), El día de suerte de Juan Gómez (2014) yLo mal que estoy y lo poco que me quejoEl día de suerte de Juan Gómez De pana y rubí (2015). Empezaste a disco por año, pero en 2015 hiciste un pequeño parón hasta 2018. ¿A qué se debió ese respiro?De pana y rubí

Lo que hay que preguntarse es si realmente tenía sentido sacar tantos discos en tan poco tiempo. Realmente, siempre he sido bastante prolífico. Yo hago las canciones porque tengo ese modus vivendi. Es una rutinilla, ya que en la creación de canciones está la imagen de mi trabajo. Es raro que yo no tenga canciones y pase una época de sequía. Así que nos aprovechamos de ello al principio. Al fin y al cabo era un cantautor alternativo, por decirlo así, que no suena en radio, y al que le era un poco difícil llegar al que hoy es mi público. De este modo, había canciones suficientes como para sacar un disco al año. Lo que ocurre es que cuando ya empezó a irnos un poquito mejor, tanto el equipo como yo dijimos: “¡Vamos a no volvernos locos! Vamos a respirar, a dejar que yo componga más tranquilamente…”. Y por eso tardamos como dos años en sacar el siguiente disco.

¿Existe el miedo a que se acabe la inspiración, a que dejes de ser ese tipo productivo que describes?

Sí, siempre hay un poco de miedo a eso, aunque la experiencia me viene demostrando que siempre acabo encontrando ideas nuevas. Pero sí es un temor que siempre me ha rondado la cabeza. Aun así, fíjate que incluso en momentos de gira, donde se tiene menos tiempo para uno mismo, siempre he encontrado un huequecito para ponerme a crear canciones. Lo que sucede ahora es que intento no dejarme presionar por las expectativas: si la canción no sale bien desde un inicio, intento mejorarla en adelante. Así que podemos decir que tengo un miedo sano a perder la inspiración.

Entiendo que no hay nada nuevo para 2020. Tenemos tres temas nuevos en este EP llamado Canepé (2019): Nana para Noam, dedicada a tu sobrino, o más bien a sus papás...; Guapos y guapas, donde encontramos un grito a la superficialidad de las personas; y Payaso… ¿De qué nos habla esta última canción? CanepéNana para NoamGuapos y guapasPayaso

Payaso yo creo que es una canción que habla de lo importante que es el humor, al menos para mí. Es una pena que a los cómicos se les tenga como un arte menor. La propia figura del payaso puede resultar un insulto, cuando más bien debería ser un elogio. Con la falta que nos hace en estos tiempos, la canción intenta poner en valor a la gente que nos hace reír.

Tus canciones suenan a casi de todo: a tango, a bolero, a rumba, a murga, a chirigota… ¿Tienes realmente un sonido propio?

Yo creo que sí, aunque no me he puesto nunca a profundizar en un estilo en concreto. Me gusta jugar con diversos estilos, tenemos miles de matices. En ocasiones he jugado con algo cercano a una chacarera o a una rumba, pero nunca terminan de serlo propiamente. No hago ningún estilo exacto, ni siquiera bien. Yo lo que hago son canciones del Kanka, que pueden tener aires a muchas otras cosas porque siempre hay una impronta personal en todas ellas.

El pasado año cerraste la temporada con más de 80 actuaciones ¿En qué tipo de espacio o espacios se encuentra el Kanka más cómodo tocando?

Pues ahí la vida me ha dado una sorpresa, por así decirlo. Cuando yo empecé me daba la sensación de que no terminaba de encajar en ningún sitio, y eso era una realidad. Cuando empiezas no es fácil que te abran puertas. Me sentía fuera de los círculos de las canciones de autor como tal. Los compañeros de oficio me decían: “Creo que lo tuyo es mejor para hacerlo con banda, a lo grande”. Pero luego tampoco encajaba en los festivales de mestizaje, pues yo, en definitiva, soy un cantautor. Al principio no casaba en ningún lado, como te digo, y sin embargo ahora parece que me ajusto en todos sitios. Y lo vivo con orgullo por todo lo que hemos conseguido, porque esto no es solo una cosa mía sino también de mi equipo.

Como comentas, venimos de hacer entre 80 y 90 conciertos el año pasado, muchos de ellos en teatros. La verdad es que este es un espacio que me flipa y si tuviera que decidirme por alguno sería este. Pero no te lo pierdas, porque también me gusta ir solo con la guitarra y cantar delante de 50 o 100 personas, donde les veo la cara y es como si estuviera con mis colegas tocando. Pero también reconozco que es alucinante tocar en un festival delante de 40.000 personas. En definitiva, nuestro proyecto se ha vuelto bastante versátil y encaja en muchos sitios.

Tienes además una retahíla considerable de colaboraciones: Jorge Drexler, Manuel Medrano, Rozalén, etc. ¿Con cuál te quedarías?

A ver, a mí me hace muchísima ilusión la de Jorge… Yo todas las disfruto y todas me aportan algo, pero la de Jorge Drexler me hizo especial ilusión. Ten en cuenta que normalmente el 90% de las colaboraciones son con amigos, con gente conocida. Por ejemplo, en el caso de María Rozalén éramos amigos de antes, y si surge hacer una canción, o dos, o tres, pues las hacemos. Y eso es maravilloso porque surge de la amistad y de una cosa superespontánea. Pero la de Por tu olor con Drexler me hizo especial ilusión, pues era un tipo que no conocía y al que admiraba desde hacía tiempo. Además, creo que la canción acompañaba en todos los sentidos… Es muy Drexler, por así decirlo. Se nota que tiene mucho de la influencia que yo tengo de él. Así pues, fue un nudo que se cerró: por una parte, tocar con un tipo al que admiro tanto; y ,por otro, el hecho de hacer una canción mía que de alguna manera tiene un sello suyo. Y si tengo que decir otra, como te comentaba, sería con Rozalén. Yo siempre digo que es mi pimpinela.

Cuando nos hacemos apasionados de algo nos imaginamos en un momento o en un lugar concreto haciendo ese algo. ¿Dónde te has imaginado tú haciendo música? ¿Dónde te veías tú tocando?

¿Sabes qué pasa? Que yo soy muy poco fetichista. Y te lo digo con sinceridad. Nunca he pensado eso de “Ojalá tocara en New York o en ese otro sitio grande…”. Creo que es igual de importante tocar en un Madrid 8, una sala pequeñita, que en un escenario del Viña Rock. Esos pedazos de conciertos que se suceden durante una carrera están guay, pero yo lo concibo más desde otra manera, porque cuando yo empezaba lo único que me decía era: “Coño, a ver si con esto pudiera yo pagar el alquiler”.

Yo debo de estar mal por dentro. Muchas veces veo cómo mis músicos o María Pellicer, mi mánager, se emocionan con esto que estamos consiguiendo. Por ejemplo, con lo que vendrá en el Wizink Center de Madrid, que parece una locura, y reconozco que a mí también me emociona. Pero yo me planteo otras cosas, la verdad. Voy a dar clases como mi padre, un tipo con vocación que luego incluso en casa maquina mil maneras de hacer mejor su trabajo. Y yo me veo así: jubilándome, habiendo vivido toda la vida tocando, con altibajos, claro que sí, en sitios más grandes o más pequeños… pero tocando. Trabajando dignamente y pagando el alquiler todos los meses.

Andalucía, una canción con repercusión en tu haber. ¿Sigue queriendo Andalucía como quería hace unos años?

Sí, tío…, aunque ya sabes... Ha habido unos resultados electorales que evidentemente no me han gustado. Pero creo que responde a gente que ha ido a votar con cierta ignorancia. Y sobre todo a que el voto de la izquierda es muy raro. No me sorprende. No me gusta, pero bueno, seguro que hay votantes de Vox que son gente de puta madre, aunque creo que van a votar equivocados.

En cualquier caso, la esencia de la canción de Andalucía es, sobre todo, el carácter de la gente, que está fuera de las ideas políticas. Es una cosa de cómo nos comportamos en nuestro día a día. Así que sí, Andalucía te quiere.

Hemos visto y leído sobre lo acontecido en el Festival Viña Rock de este 2019. Uno se pone en tu piel y no sabe qué decir. ¿Tú sí sabrías qué decir?

Me cuesta trabajo. Es difícil expresar lo que siente una persona como yo que no está acostumbrada a tocar delante de tanta gente. Y más si cabe este, que es un proyecto chiquitito, artesanal. De repente plantarse delante de 40.000 personas… ¡Estaba acojonado! Pero luego lo disfruté, la gente se metió, aplaudían, bailaban… Veía a la gente tan lejos que me preguntaba si me estarían escuchando, pues parecía que estaban en el pueblo de al lado (Risas). Estaba prácticamente lleno el aforo y fue una pasada. Sentía al público partícipe; noté tal implicación que no parecía estar en un festival donde hay gente cerca del escenario porque vienen a ver al siguiente grupo. Me hicieron sentir que realmente estaba en un concierto mío. Así pues, conseguimos hacer una fiesta en común en ese concierto.

Donde caben 2 caben 3, nombre de la gira que emprendes próximamente. ¿Qué hay de cierto en eso?

Pues mira, esperemos que sea cierto tal título. Y a escala, además. Porque donde caben mil, caben siete mil. El nombre viene porque esta es una gira de grandes aforos, y que esperamos que mi público responda y podamos llenar todos y cada uno de ellos.

Tienes gira internacional por las Américas: Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Colombia y México. A nivel nacional empiezas en Murcia en 6 de Septiembre. ¿Qué nos espera?

No lo sé todavía a ciencia cierta. Lo que sí tenemos ya listo es el repertorio. Curiosamente, la gira de El Arte de Saltar también la empezamos en Murcia, en el Teatro Circo. Y mira que lo que yo preferiría era terminar la gira aquí, en tierras murcianas, porque me la suelo pegar buena. Tengo muchos amigos murcianos y lo pasamos bien. Pero en esta gira habrá una mezcla coherente de todos los discos. Además, hemos incorporado a un músico más en la banda, por lo que seremos seis en el escenario, y vamos a hacer una apuesta más grande: llevaremos técnicos de luces, de monitores… En definitiva, un concierto con todos los medios posibles para mostrar lo mejor de nosotros en Murcia y en el resto de lugares donde estaremos con Donde caben 2 caben 3.

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