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Gala Hernández, la cineasta que lleva los 'incels' a los premios César: “No me gusta la cultura del linchamiento público”

La cineasta Gala Hernández López

Marta Hernández Cano

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La mecánica de los fluidos (La Mécanique des fluides) es el vídeo-ensayo con el que la española Gala Hernández López (Murcia, 1993) opta al César –equivalente al Goya en España– en la categoría de mejor corto documental en la próxima gala de los premios César, que se celebrará en París el próximo 23 de febrero.

Gala se convierte así en la única española nominada por la Academia Francesa, optando al máximo reconocimiento que el país galo otorga a su cinematografía.

La carta de suicidio que un usuario autodenominado “AnathematicAnarchist” publicó en Internet es el punto de partida de La mecánica de los fluidos, desde donde la directora, en un ejercicio de introspección y empatía, responde a la misiva a través de las emociones que comparte con Anathematic a la vez que indaga en la comunidad de origen de este usuario: los incels (involuntary celibate), hombres que odian a las mujeres y las culpan de su falta de actividad sexual y afectiva. La digitalización que atraviesan las nuevas formas de relacionarnos también forma parte del análisis de Gala, que sitúa a Tinder en el centro de su malestar emocional.   

La cineasta murciana no limita su éxito europeo a Francia. En los próximos días presentará su próximo trabajo en la 74ª edición del Festival Internacional de Cine de Berlín (Berlinale), un corto titulado For here am i sitting in a tin can far above the world (Por lo que aquí estoy, sentada en una lata, lejos por encima del mundo), donde Gala abandona la comunidad incel para adentrarse en el mundo de la ciencia ficción y la especulación financiera. Pero eso es otra historia.

¿Por qué elegiste La mecánica de los fluidos como título?

La mecánica de los fluidos es la disciplina de la física que estudia el movimiento de los fluidos, se basa en hipótesis, y es que para predecir el comportamiento de un fluido hay que imaginar cómo estos se moverán, lo que no será exactamente así en la realidad, pero es necesario hacer esa simplificación para poder aplicar esos principios.

Y eso es justo lo que hacemos cuando intentamos predecir de quién te vas a enamorar en Tinder, hay que hacer una hipótesis por medio de una foto, la edad y un nombre. Se simplifica la realidad para llegar a predecir algo, lo que casi siempre termina en fracaso precisamente por esos límites.

En tu obra le das una importancia casi central a Tinder, ¿cómo crees que este tipo de aplicaciones afecta a la sociedad a la hora de relacionarse e interpretar el amor?

Como un arma de destrucción masiva. Invito a todo el mundo a desinstalar las aplicaciones de citas y a ligar en bares. Creo que las aplicaciones de citas están diseñadas para impedir el amor y boicotear cualquier tipo de relación sentimental profunda. Me parece que el diseño de estas aplicaciones y su interfaz producen la idea de infinidad: gente infinita y conectividad infinita, y promueve un tipo de relación transaccional de mercado financiero.

Yo pasé mucho tiempo utilizándolas, seguramente por inseguridades propias. Ahora lo veo con perspectiva y entiendo que estas aplicaciones capitalizan las inseguridades, la soledad y la vulnerabilidad de las personas.

Pasé mucho tiempo utilizando aplicaciones como Tinder, seguramente por inseguridades propias. Ahora lo veo con perspectiva y entiendo que estas aplicaciones capitalizan las inseguridades, la soledad y la vulnerabilidad de las personas.

En el corto hablas de la soledad, de la depresión y de la salud mental, ¿crees que es un reflejo del espíritu de los milenials?

Es evidente que el tema de la depresión y los problemas de salud mental son algo ligado a esta generación, agudizado precisamente por culpa de nuestra relación enfermiza con Internet, las pantallas y las redes sociales. Creo que son dos fenómenos íntimamente ligados, no se trata de una relación casual. Además, pienso que mi generación tiene el deber histórico de ocuparse de documentar Internet porque somos los primeros nativos digitales, los primeros que nos hicimos adultos ya con un Internet democratizado.

Para la realización de este proyecto has optado por imágenes digitales en lugar de imágenes grabadas por ti misma, ¿a qué se debe esta elección?

El corto forma parte de mi tesis doctoral, que trata sobre las capturas de pantalla. Uno de los temas que me obsesiona mucho, y la razón por la cual estoy haciendo la tesis, es la pregunta de qué nos puede aportar el cine para entender el medio hegemónico en la actualidad: Internet.

Me interesa mucho entender cómo podemos pensar Internet y los fenómenos intrínsecamente ligados, como las comunidades virtuales. Así que me parecía importante encontrar una manera de hacer la película que no pasara por poner una cámara y grabar una imagen. El objetivo era hacer una película sobre Internet con los propios medios de Internet.

Viendo el documental da la sensación de que se trata de algo autobiográfico, ¿qué hay de ti en La mecánica de los fluidos?

El corto surge en un momento en el que yo estaba pasando una época difícil, casi depresiva, y el corto surge de ese dolor y ese sufrimiento. Creo que fui capaz de salir de ahí precisamente a través de la escritura y realización de este trabajo.

Siempre digo que La mecánica de los fluidos ha sido el ejercicio de autocuidados más importante de mi vida, fue muy catártico porque tenía una necesidad muy fuerte de sentir que no había perdido la capacidad de hablar y entenderme con los hombres.

'La mecánica de los fluidos' ha sido el ejercicio de autocuidados más importante de mi vida, fue muy catártico porque tenía una necesidad muy fuerte de sentir que no había perdido la capacidad de hablar y entenderme con los hombres

El tono compasivo con el que te diriges a los incels contrasta mucho con un fenómeno actual al que algunos sectores de la población se refieren como cultura de la cancelación, ¿cuál es tu posición frente a este fenómeno?

No me gusta nada la cultura de la cancelación, los linchamientos públicos, ni la violencia instalada en el debate público. Yo creo mucho en el diálogo, en la escucha del otro, en el perdón, la compasión y en una justicia restaurativa y no vengativa. Creo que el feminismo y las mujeres tenemos que aspirar justamente a desarticular este tipo de mecanismos históricamente utilizados por los hombres para oprimirnos.

Por otro lado, a la vez que la cultura de la cancelación me parece un desastre, entiendo de dónde viene. Entiendo que surge de algo que ha estallado como un hartazgo, de haber llegado a un punto límite, es normal que tras toda una historia de opresión ahora quieran ver rodar cabezas, me parece una emoción comprensible, pero que yo intento evitar y no practicar.

Yo tengo amigos que han violado, con los que he hablado y me gusta pensar que por la vía del diálogo, la escucha y el respeto he podido llegar a perdonarlos. Entiendo que son violadores y que lo fueron porque se les educó en una cultura patriarcal pornográfica de la violación.

Hace unas semanas el CIS publicó una encuesta donde el 44% de los hombres coincidía en que se ha llegado demasiado lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres, especialmente entre los 16 y 24 años, ¿cuál es tu posición al respecto?

Bueno, creo que eso tiene que ver con una reacción a la victoria del feminismo. En ciertos países occidentales como Francia o España el feminismo ha ganado la batalla ideológica y de valores, lo que significa que ya no hay vuelta atrás, entonces era de esperar que tras un recorrido histórico e ininterrumpido de patriarcado exista una reacción violenta, fuerte y ácida a la victoria feminista. Quiero pensar que poco a poco esto cambiará también, que solo es una especie de coletazo del bichito antes de morir.

A nivel de lucha feminista Francia está por detrás de España. En los círculos militantes y activistas feministas hablan de España como un modelo a seguir, como un referente

El año pasado los premios César vetaron a los investigados por abuso sexual. A raíz de las informaciones de Carlos Vermut, ¿crees que España podría tomar una decisión parecida?

Creo que a nivel de lucha feminista Francia está por detrás de España. Tras haber vivido muchos años en Francia y haber podido medir cómo está el tema por ahí, en los círculos militantes y activistas feministas hablan de España como un modelo a seguir, como un referente. Así que no me sorprendería nada que en un futuro España hiciese algo similar en los premios Goya.

En el corto nombras a Plath, Pizarnik, Berardi… ¿Cuáles son las influencias literarias y filosóficas que sustentan el corto?

Pizarnik y Plath son dos de mis poetas favoritas, además son también dos mujeres que se suicidaron, así que cuando trabajé en la temática de la depresión y la enfermedad mental pensé que quizá podría encontrar respuestas en los textos de estas autoras. Lo mismo con Berardi, él en su obra analiza distintos asesinos no como ejemplos de monstruosidad sino como síntomas de un sistema capitalista enfermo, esta forma de análisis me marcó mucho y creo que es algo que inconscientemente me ha llevado a analizar desde el mismo punto a los incels.

Al final de la cinta aparece un fotograma en el que dedicas la película a la escritora y activista bell hooks, ¿a qué se debe esta dedicatoria?

Uno de los libros que más me marcó mientras estaba preparando la peli fue El deseo de cambiar de bell hooks, es un libro que trata sobre la masculinidad. Me inspiró mucho su aproximación a esta cuestión y a los hombres desde un profundo amor, comprensión y empatía, era un ejercicio de entendimiento que me emocionó y me curó mucho. Mientras leía este libro y trabajaba en la película, más o menos un año antes de su estreno, bell hooks murió, y me pareció bastante evidente que la peli tenía que ser para ella, como un homenaje póstumo.

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