Si no fuera porque prefiero mi sólido actual, me habría quedado de piedra al sentirme tan afectada por los comentarios que lleváis casi dos semanas lanzando en Twitter.
Os leo con atención, dedicación y a veces... con paciencia. Y de esto último me he tenido que armar, para admirar también titulares de la prensa seria hablando de las crecidas del Ebro. Y en este punto hay dos cuestiones que me sacan de mis casillas.
La primera es la ligereza con la que se sentencia al caudal del río, y el hecho de que esos “excedentes” no vengan a una región menos afortunada en pluviosidad como es la nuestra.
De mi experiencia por las zonas hídricas de la Región de Murcia, diré que las únicas explotaciones agrarias que siempre han tenido déficit hídrico están en el Valle del Guadalentín. Otras no lo han tenido nunca y algunas (las menos), han ido por rachas, salvadas por la buena adecuación y planificación del riego. Esto no es opinión mía, sino de los propios regantes, agricultores, ganaderos y pequeños propietarios de nuestra tierra.
El reclamo del manoseado “trasvase” que nunca fue posible, porque quién lo prometió sabía que no lo era, ha vuelto a nuestras pupilas cuando hemos visto por televisión o en Internet la desgracia ajena. Riveras inundadas, campos destrozados, pérdidas económicas y muchos sueños truncados que en ningún momento han despertado nuestra solidaridad con el campo aragonés. Luego nos extrañará que tengamos mala fama por el norte.
Que nuestro campo sea sostenible depende sólo de nosotros, de los avances técnicos y del ahínco con que la clase dirigente le ponga las cosas fáciles a quienes se dedican por entero a tener una de las mejores huertas de Europa. En ningún momento vendrá por obras que la UE vetará.
Lamentable el ejercicio de un medio centenario que titulaba “El Ebro vierte al mar 70 veces la cantidad de agua demandada por Murcia”, como si ese el río tratara de burlarse de las necesidades de nuestra tierra. Aún peor la de un periodista afín al gobierno regional (no me dejan decir el nombre) que en su twitter personal decía hace tres noches, cuando ya se podían ver las inundaciones, que no se hubieran producido de haber existido el trasvase. Se olvidó que el proyecto de trasvase que nunca se ejecutó (ni presupuestó) partía casi de la desembocadura, y no de la parte central, que es dónde sucedieron los estragos del agua. Ridículo a más no poder, y claro, me indigno de que el nivel (no el del agua) sea tan bajo.
La segunda cuestión a la que quiero haceros referencia viene por las (ya no tan) rápidas visitas de Gobierno y oposición a la zona de catástrofe. La promesa de ayudas inmediatas, de cercanía. Ya en 2013 las mismas poblaciones pasaron por lo mismo, se aprobaron ayudas y en 2015 no las ha cobrado nadie. Esto mismo me recuerda a otra catástrofe, la de Lorca, en 2011, mucho peor por la pérdida de 9 vidas humanas y mas de 300 heridos, y muchos de ellos también siguen esperando las prometidas ayudas.
Quiero llegar a un punto obvio. La legislación es lenta porque la clase dirigente, nuestro políticos, SON lentos. Espero que este año no tengamos ningún sobresalto más y que, aprovechando todas las elecciones que tocan, el dinamismo se transmita de la sociedad a las instituciones y al carácter de quiénes nos gobiernan. De otra cosa tal vez no, pero de agua, esta sardina... Va sobrada.
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