Entonces pareció una buena idea, o eso pensaron algunos. En febrero de 2018 los codirectores del Centro de Estudios Murcianos de Opinión Pública (CEMOP), los profesores de la Universidad de Murcia Ismael Crespo y Juan José García Escribano, se dirigieron a la presidenta de la Asamblea Regional, Rosa Peñalver, para retomar los barómetros que llevaban haciendo de forma intermitente desde 2000 financiados por el Gobierno regional y Cajamurcia.
La encuesta preelectoral para las elecciones autonómicas de 2015 había previsto que el Partido Popular perdería casi 25 puntos porcentuales frente a las elecciones de 2011 y el entonces presidente de la Región, Pedro Antonio Sánchez (PAS), descontento con los resultados, cortó el grifo. Así que cuando en 2018 llegaron a la Asamblea Crespo y Escribano, apoyados por destacados periodistas de la Región, todos los grupos parlamentarios dieron el visto bueno al desembolso de 80.000 euros para la realización de los barómetros de primavera y otoño de ese año y las encuestas antes y después de los comicios autonómicos del próximo 26 de mayo.
La única formación que estuvo reticente en un primer momento, según fuentes parlamentarias, fue el PP porque esperaba malas noticias, aunque finalmente se subió al carro de la contratación del `CIS murciano´ por parte de la Asamblea. Lo que hizo el Partido Popular a continuación, según ha revelado este periódico, fue contratar el pasado 20 de diciembre a Ismael Crespo como asesor para realizar un “Estudio sobre la imagen del Partido Popular en la Región de Murcia” con duración hasta el 19 de junio por valor de 29.000 euros. De esta forma, la credibilidad de los estudios del CEMOP se ha visto cuestionada: ¿cómo contar la verdad de quienes estás asesorando?
En la dilatada trayectoria de Ismael Crespo pendían ya algunas irregularidades: como la beca que le concedió a su esposa, Antonia Martínez, quien fue asesora de José María Aznar, como director de la ANECA o su expulsión de la Fundación Ortega y Gasset- Gregorio Marañón en México por impartir cursos en su nombre sin tener la documentación necesaria. Por otra parte, la Fiscalía inició el pasado marzo una investigación contra la UM por un posible delito de prevaricación al no aportar información sobre su actividad como asesor político de un candidato a la presidencia en Perú a tiempo completo, lo cual podría ser incompatible con su puesto de funcionario en dicha Universidad.
Pero Crespo no es la única figura en el CEMOP que tenga vínculos con un partido político. Otro miembro de este organismo, que se convirtió en un `Grupo de Investigación Especial´ de la UM en enero de 2019, es el investigador Alberto Mora, profesor asociado de la Universidad de Murcia y asesor de seguridad en la Delegación de Gobierno cuando el candidato a la presidencia del PSOE en la Región, Diego Conesa, dirigía el organismo.
Por su parte, el codirector de la institución demoscópica, Juan José García Escribano, catedrático de Responsabilidad Social Corporativa fue portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Molina de Segura, candidato del PSOE a la alcaldía en las municipales de 2007 y mentor de la actual alcaldesa de la localidad, Esther Clavero. La lista continúa: la responsable de las relaciones entre la Universidad y el CEMOP es María Isabel Sánchez-Mora, quien fue vicerrectora de Estudiantes y Empleo en la Universidad de Murcia y entre 2015 y 2017, consejera de Educación en el Gobierno de PAS. Por su parte, la responsable del banco de datos del organismo, Ana Millán, además de ser profesora en el dpto. de Sociología de la UM, fue directora general de Innovación Educativa y Atención a la Diversidad.
Esta ristra de nombres integrados en el CEMOP cuestiona si los resultados de los barómetros y las encuestas que publican no favorecerán, de alguna forma, el bipartidismo en Murcia.
Trasvase Universidad-Política
La relación entre la política y la universidad ha sido en muy fértil en la Región: el alcalde de Murcia, José Ballesta; el exalcalde Miguel Ángel Cámara, el secretario de Infraestructuras, Pedro Saura, el secretario general de Podemos, Óscar Urralburu, o el diputado regional de la formación morada, Andrés Pedreño son profesores de la UM.
La consejera de Educación, Adela Martínez-Cachá; la exconsejera de Sanidad Encarna Guillén o el actual consejero de Presidencia, Pedro Rivera, han sido, entre otros muchos miembros del Partido Popular, profesores en la UCAM.
Este pasadizo, nada secreto, entre universidad y política puede que se vaya desvaneciendo, a tenor de las nuevas tendencias de voto. Como señalara en una entrevista en la cadena Ser Steve Bannon, el asesor del presidente estadounidense Donald Trump y de muchos partidos de extrema derecha en Europa, entre los que se encuentra Vox, los ciudadanos prefieren a un candidato que sea camarero a abogado -o profesor-. La ola de populismo y ultraderecha que recorre el mundo reclama símbolos con los que el pueblo se identifique y que se muestren lo más alejado posible de las élites -aunque, igualmente, pertenezcan a ellas-.