De manera clara y sin dejar espacio a la interpretación, el Tribunal de Justicia Europeo reconoce el abuso sostenido en el tiempo sobre el personal interino y eventual en fraude de ley por la temporalidad. De esta forma, tumba uno de los principales argumentos de la Administración al reconocer que el no haber reclamado este fraude no sustrae al poder público del cumplimiento de la Directiva Europea 70/1999, que sanciona este comportamiento irregular, amen de las propias leyes del Estado Español.
Si bien no impone a los estados miembros una obligación general de trasformar en contratos por tiempo indefinido los contratos de duración indeterminada, sí prohíbe el abuso de la temporalidad, lo que a la postre significa acabar, y en su caso sancionar, los abusos de la Administración.
La sanción de estas prácticas debe ser efectiva y disuasoria, para garantizar que este abuso de la temporalidad no vuelva a ocurrir. En este sentido la sentencia deja abierta la puerta a poder obtener como sanción una indemnización equivalente a la del despido improcedente. Esta medida hace un claro guiño a lo gravedad e improcedencia del despido de este personal. Esta compensación por despido, a mi juicio, no impide la reclamación de otras indemnizaciones por daños y perjuicios, daños morales, incluso contra su salud.
Es muy importante que la sentencia reconozca que se deben cubrir con plazas fijas aquellas que sean estructurales. Esto supone un gran avance al asignar de facto una plaza fija a todo el personal con abuso en la temporalidad, puesto que ahora no pueden definir como no estructural una plaza cubierta durante años. Esto daría pie a la desaparición de las tasas de reposición de efectivos, dejando a cada persona con una plaza.
La situación deja al Gobierno sin muchas opciones, ya que de coger el camino de la indemnización se enfrentaría a cientos de miles de denuncias que podrían colapsar los juzgados y suponer una indemnización de tal cuantía, que resultara inasumible en estos momentos de crisis.
El otro camino, para mi el más lógico, sería que una vez reconocido el “Una persona una plaza” (con el fin de las tasas de reposición para este colectivo), sería el de optar por el concurso de méritos restringido que, por otra parte, se encuentra en nuestra legislación para casos excepcionales, ya que la sentencia europea pone coto a la Figura de Personal Laboral Indefinido no Fijo, creada a golpe de sentencia.
Es en este punto donde otros estados de la UE tomaron caminos distintos, como Grecia e Italia. Todo parece indicar, por la postura de los sindicatos mayoritarios, que ya solicitan el fin de las tasas de reposición para este colectivo, que el camino marcado, a poco que apriete el colectivo de interinos y laborales en fraude de ley por la temporalidad, será el concurso de méritos. A la postre significaría no desperdiciar toda la formación y experiencia de personal que ha demostrado desempeñar con eficacia el puesto, ahora más que nunca estructural, que ocupan.
El colectivo está unido. Se han organizado de espalda a los sindicatos oficialistas, y está dispuesto a dar la batalla. No se debe tardar mucho en dar una solución justa a este personal de la Administración que a pesar de estar abusado y con precariedad laboral se está jugando la vida en defensa del interés público en estos delicados momentos.
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