La feria de Murcia ya está en marcha y la rueda de su gran noria multicolor gira y gira, como el mundo en su espacio infinito. Es una noria más sofisticada, que aquella otra que te dejó, en una de sus paradas, en los más alto, frente a la chica que amabas, y soñaste, en esa adolescencia recién estrenada.
En el cartel de la feria aparece, en sus diversas modalidades de color y en sus tres protagonistas, una persona con la imagen de una noria detrás de la cabeza a modo de aureola y su texto elegido es: 'Bendita feria'. Como ya decía, que cada uno cuenta la feria como le va, y eso es tan antiguo, como que ese refrán aparece por vez primera en La Celestina, resulta que los Vox se sintieron ofendidos en un sentido religioso y mucho más en un sentido más real, con una de las protagonistas: la cómica murciana, que comparó a las personas con parálisis cerebral con los votantes de Vox. De manera que para lo de Vox la feria empezó mal y hasta pidieron la retirada del cartel.
Sin entrar en una dimensión estética el cartel me parece que ha conseguido su objetivo máximo: publicitar lo que se anuncia y multiplicarla con el efecto de la supuesta polémica. A mí me gusta mucho la cartelería, desde afiche del Moulin Rouge de París, que realizó en 1890 “el llamado padre del póster”, Jules Chéret. La cartelería de los años 20 en Rusia, es sencillamente fascinante. Siempre me impresiona el afiche para la película “Metrópolis”. Y me divierte aquel Papá Noel vestido de rojo, que ilustró Haddon Sundblom en 1931, para anunciar alegremente la Coca-Cola.
La imagen en un cartel es fundamental, como de otra manera lo es en un cuadro. Si uno observa muy atentamente el cuadro de Courbet llamado “El origen del mundo”, quizá verá simplemente un coño, pero obviamente hay mucho más en ese cuadro: toda una historia. Y ya no les digo, más, si observan el cuadro de René Magritte “Esto no es una pipa” (Traducido del título original en francés: “Ceci n'est pas une pipe”),
En fin, esto nos daría para escribir muchas líneas, así que dejémonos de metafísica y volvamos a la feria. La feria siempre serán las primeras fiestas de tu niñez: el sabor de la manzana roja de caramelo; aquel gigantesco algodón que era deliciosa nube rosa, la emoción de la primera vez que le quitaste la escoba la bruja en ese tren que iba a todas las partes. Y siempre habrá un antes y un después, de aquella otra feria en la que ya abandonarte la candidez de la fantasía infantil y pasaste a esa de la primera adolescencia, un poquito gamberra, y en esa fase te ves como el Antoine Doinel el protagonista de “Los Cuatrocientos Golpes”, François Truffaut, en aquella feria que se hacía en el Jardín Botánico. Y a tus 14 años, lo mismos que Antoine Doinel, en esa película de tu feria, te verás pegado en esa pared que giraba y giraba. Como el mundo en su espacio infinito y querrás ser mayor y aguantar, junto a tu pandilla, para no caer al suelo, Y te verás, una y otra vez, muerto de la risa, en aquellos espejos deformantes, que por la magia óptica, de pronto estabas convertido en un gordo o en un larguirucho, mientras el de tómbola de al lado: gritaba: “Y otra muñeca chochona”. Así que después de la no-feria de 2020, que cada cual cuente la feria según le vaya, pero no dejes que te amarguen esta feria de 2021. Bendita Feria
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