Ay, marzo, dicen que la primavera la sangre altera. Aquí en Murcia. En esta ciudad que casi siempre que sale en los telediarios es para noticias luctuosas, parece que a más de uno y de una se les ha ido el perol. Lo mismo un miércoles 10 de marzo firman los diputados de PSOE y Ciudadanos una moción de censura en la Comunidad Autónoma, que lo mismo un viernes 12 de marzo tres diputados de Ciudadanos se desdicen, se olvidan hasta de su propia firma, se hacen tránsfugas, y se pasan al PP para abortar la moción de censura.
Por un día Murcia puso una pica en Madrid y tras las mociones presentadas en la Comunidad Autónoma y en el Ayuntamiento capitalino, en la Comunidad de Madrid, su presidenta Ayuso cesó a los diputados de Ciudadanos y PSOE y Más Madrid presentaron otra Moción de Censura en la Asamblea de Madrid. Isabel Ayuso contratacó diciendo propiamente que ella o el caos y que lo que se iba a elegir era socialismo o libertad, mientras el secretario general del PP, Teodoro Egea, hacía un llamamiento a los militantes y dirigentes defraudados por Inés Arrimada para que se unieran a las fuerzas populares, el presidente de la Comunidad de Murcia, López Miras decía que “asistíamos a un acto de traición”. En ese ínterin, el pasado jueves, Abascal visitaba Murcia y se reunía con unos centenares de personas en la plaza de Belluga, sin permiso y sin guardar las medidas recomendadas por Sanidad jugando con el virus; así que transeúnte que pasaba por la plaza situada junto a la Catedral, preguntaba: “Estos, por qué protestan, por la vacuna que se puso el Obispo cuando no le tocaba”. Precisamente por el asunto de las vacunas tuvo que dimitir el consejero de Sanidad del gobierno autonómico.
Eso es lo que pasó en 48 horas, anticipándose a los idus de marzo. Ya se sabe que los idus se celebraban el 15 de marzo, ya que ahí comenzaba el primer mes del año en el calendario romano de la antigüedad. La importancia de ese día viene marcado por el hecho de que el Senado romano llamó a un vidente para que predijera que iba a pasar en el nuevo año que comenzaba. Al parecer Julio César fue advertido, pero se dejó llevar, y fue asesinado el 15 de marzo, de ahí los idus de marzo.
Ay, marzo, entre los idos y las idas, entre unos que habrán de traiciones y otros de corruptos y tránsfugas. ¿Por cierto no firmaron todas las formaciones un pacto antitransfuguismo? No dirán que no es alegre la primavera. A más de uno se le habrá alterado y hasta helado la sangre, por momentos. Ay el amor, que todo lo puede.
0