De todo pasa por el Puente Viejo, que es el que tengo más a tiro, y más que tiene que pasar. Yo que siempre he sido muy optimista y me gusta hablar de futuros, quería echarle un ojo al Proyecto de ampliación del tranvía que ahora el Ayuntamiento de Murcia pretende que atraviese hasta el Barrio del Carmen.
Si bien todo lo relacionado con el transporte público debería ser visto con buenos ojos, tendremos que ir por partes para saber si es oportuno, viable, sostenible o mejor dicho, necesario.
Sinceramente suena a cortina de humo esto del Tranvía de Murcia, más cuando las plataformas ciudadanas se habían volcado con la llegada soterrada del AVE al Carmen, y han quedado bastante exhaustas, casi sin fuerzas, para emprender otra lucha contra una actuación con la que no están de acuerdo. Quizá sea la forma que tienen los responsables del Ayuntamiento de Murcia de sacar adelante sus proyectos, generar problemas sin solución para sacar adelante sus verdaderos planes.
Y digo por qué. El estudio en el que se basan estas actuaciones, generado por EPYPSA, ya advertía que “la razón fundamental de la baja captación del transporte público actual es la imposibilidad de competir con el transporte privado en términos de tiempo”. Es decir, que además de caro (de los más caros de España) es ineficiente. La implementación del transporte público NO ES la descongestión de turismos de las calles que termine en que los coches que queden se muevan mejor. Que haya más transporte público es el medio para que la ciudadanía acceda a más y mejores servicios públicos con un menor coste, en especial, aquella parte de la ciudadanía que no vive geográficamente cerca de los núcleos urbanos, en este caso la mayoría de Murcia y su cinturón.
La grandes bazas del PP para vender el tranvía por el Puente Viejo hacia el Carmen ha sido precisamente la movilidad de los coches y la transformación de la “Gran Vía en un espacio más amable y satisfactorio”, lugar donde estarán al menos dos de las seis paradas proyectadas. Es decir, nos encontramos ante una remodelación de elementos urbanos importantes con las consiguientes partidas presupuestarias por las que las empresas se darán de tortas, como ya vimos en las expansiones norte (centros comerciales) y sur (residenciales) de la ciudad.
Si el proyecto que se ha de hacer público en las próximas semanas es tan falto de detalles (plazos, ejecución, memoria económica, etc) como lo fue la presentación inicial de la primera línea, nos encontraremos con la enésima chapuza del equipo municipal, que ahondará en la ruinosa gestión de lo que, acordémonos, iba a ser el metro subterráneo de la séptima ciudad de España.
Estoy por una ciudad sostenible, por un transporte público eficiente, y este paso del Ayuntamiento me genera más dudas que certezas. Aun con todo, los portavoces del PP ya se han puesto manos a la obra para generar una opinión favorable, precisamente para evitar encontrarse con la oposición que tuvieron que comerse en las vías del tren a la altura de Santiago El Mayor, con manifestaciones, detenidos y porrazos incluidos. Mala prensa tan cerca de las elecciones no es buena.
Necesitan un proyecto que aglutine e ilusione; éste podría ser el que están buscando, la vertebración pública de la ciudad. Hacedme caso cuando os digo, porque vivo justo enfrente y lo veo, que se empeñarán hasta donde haga falta, y lo de empeñar va con todos sus significados.
No lo he dicho porque para muchos no es relevante, pero sirva como dato que los patos de la pasarela están a favor.
