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Las pérdidas de las inundaciones: “El seguro a todo riesgo no cubre la riada”

Restaurante el Rincón, en la calle Joaquín Beunza, afectado por la riada

Sol Gragera

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A las 8:03 horas de la mañana el agua del río Arga ha comenzado a entrar por la puerta de la taberna que lleva el mismo nombre que el río desbordado. El negocio lo regenta Nekane Sibiriain y recuerda exactamente la hora en la que el caudal ha llegado hasta su local ubicado en la calle Joaquín Beunza, en el barrio de la Rochapea de Pamplona. Este, junto al de San Jorge y la Txantrea, es uno de los más afectados por las inundaciones provocadas por casi veinte días de lluvias intensas y también nevadas que han llevado a la capital navarra a permanecer, de momento, en un nivel de alerta 1 del Plan contra inundaciones por un río que ha registrado la mayor crecida de los últimos 20 años. A las 5:08 horas ha alcanzado hasta 508 m3 por segundo a su paso por Pamplona, por encima de las últimas inundaciones de 2013. La mayoría de los 23 rescates realizados por la Policía Municipal, de hecho, han tenido lugar en este barrio de la capital navarra.

Sibariain lo lleva con resignación y reconoce que los estragos ocasionados han superado esta vez a la última inundación. De hecho, cerca del mediodía el caudal del río llegaba a soportar otro máximo de 608 m3 por segundo. “Se ha visto desde el principio que era peor, ha entrado mucha más agua y durante más tiempo”, relata para elDiario.es mientras no han dejado de acercarse vecinos de la zona para preguntarle cómo está y para ayudarle a terminar de achicar agua. A las 17:00 horas el agua ha comenzado a retirarse y también la luz del día para una calle en cuyas inmediaciones muchos permanecen aún con la luz cortada.

Carlos Lizarraga es el encargado del restaurante ‘El Rincón’, situado a apenas unos metros de la ‘Taberna Arga’. Relata que también sobre las 8:00 horas el río ha alcanzado la puerta de su local. Él y otros empleados han logrado recoger a tiempo. “Hemos montado el parapeto y salvado bastante. Hemos hecho una piscina de contención con un doblete, sobre la marcha, pero todos los demás negocios de la calle están bastante más afectados”, reconoce. De hecho, justo en frente, una impresora en el suelo es testigo del destrozo que el agua ha ocasionado a un establecimiento encargado del servicio técnico de empresas, donde el agua a entrado con toda su fuerza.

A escasos metros, aprovechando que la carretera se despeja, una pareja examina su vehículo adquirido hace apenas cuatro años por 20.000 euros. Ángel Alvaredo ha comprobado que filtro no tenía agua y que el motor se había quedado completamente sin aceite. “Estamos viendo si llamar a la grúa o intentamos sacarlo por nuestra propia”, relata, a la vez que lamenta que “el seguro a todo riesgo considera la riada como un evento extraordinario” cuyos desperfectos no cubre. Varias grúas no ha cesado de recorrer la zona y levantar vehículos en toda la tarde.

A escasos metros otro vecino ha tenido algo más de suerte y, tras comprobar que su coche arranca y el agua ha alcanzado hasta el tubo de escape, trata de limpiar el barro que ha manchado la tapicería del mismo. No muy lejos de allí, Joaquín mira el agua y busca su moto Yamaha, de la que no hay ni rastro. También en la calle Joaquín Beunza, Carlos lleva desde las 9:00 horas sin poder subir a su casa. Asegura que, alertado por las autoridades, bajó a mover el coche aparcado en las inmediaciones de la zona afectada por la crecida para desplazarlo al interior del barrio y, cuando quiso regresar el portal, ya estaba anegado.

Un poco más abajo, en la calle Arga, no se distingue dónde comienza y acaba el río que cubre todo el parque de la Runa. En esta zona los vehículos que no fueron desplazados a tiempo han quedado totalmente cubiertos por el agua. Otros propietarios han podido salvar sus coches subiéndolos a las aceras, como puede comprobarse en una de las fotos de la galería que acompaña a esta información.

En la tarde del jueves, el Gobierno de Navarra activó el nivel de preemergencia por inundaciones provocadas por los caudales de los ríos navarros y asociadas a las precipitaciones de la borrasca Barra y al deshielo de la nieve caída durante los últimos días. A las 8:00 horas ha elevado la alerta a un nivel 2. En concreto, Pamplona mantiene el nivel de alerta por la crecida del río Arga y aunque la situación tiende a estabilizarse, ello no está permitiendo, por el momento, la apertura de las calles y zonas afectadas.

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