Pamplona evita la masificación en un 7 de julio insólito sin procesión y sin encierro
Pamplona ha vivido este martes un 7 de julio, festividad de San Fermín, insólito, sin masificación en las calles, sin procesión y sin encierro, debido a la suspensión de las fiestas por la pandemia del Covid-19.
Desde el lunes, 6 de julio, día en el que deberían haber comenzado los Sanfermines, el Ayuntamiento de Pamplona ha instalado controles de aforo en el centro de la ciudad que están evitando aglomeraciones, aunque sí se puede ver ambiente en la calle y vecinos consumiendo en bares y terrazas.
A pesar de que algunos ciudadanos han optado por salir a la calle con la tradicional vestimenta blanca y roja, la estampa de Pamplona no es la de cualquier 7 de julio de años anteriores. Ya desde primera hora de la mañana la ciudad respiraba silencio y tranquilidad. Apenas unos vecinos se han acercado a las 8 de la mañana a la cuesta de Santo Domingo para recordar que a esa hora y en ese lugar debería haberse celebrado el primer encierro de Sanfermines.
Aunque no ha habido procesión, el Arzobispado de Pamplona sí ha mantenido la celebración de la misa en honor a San Fermín, con aforo limitado a 282 personas y uso obligatorio de mascarilla. Entre los asistentes a la misa se encontraba el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, que ha explicado que acudía “a nivel personal”. “Evidentemente soy el alcalde de la ciudad, no lo puedo dividir, y siento también que represento por lo menos a los de mi grupo municipal -Navarra Suma-, que todos hubieran estado encantados de venir, pero por la situación, por el aforo, por las dificultades que hay, nos ha parecido más prudente que viniera yo solo”, ha señalado.
Durante su homilía, el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, ha animado a pedir a San Fermín que “nos ayude a vivir la autenticidad de la realidad humana y nos eche el capotico en este nuevo tiempo”.
Conforme avanzaba el día, se ha podido ver a más ciudadanos acercándose a las calles del centro, pero la imagen nada tenía que ver con la del 7 de julio de años anteriores.
El alcalde de Pamplona, Enrique Maya, y el portavoz del Gobierno de Navarra, Javier Remírez, han coincidido en valorar la “normalidad” con las que están transcurriendo los días 6 y 7 de julio y han agradecido a la ciudadanía su comportamiento.
No se han registrado incidencias reseñables, más allá de que la Policía Municipal ha cortado al tránsito peatonal durante la tarde del lunes y la pasada noche lugares como Navarrería, Jarauta, Calderería y Estafeta para frenar aglomeraciones.
Según datos del Gobierno de Navarra, las llamadas al 112 están siendo las de una jornada normal y en el ámbito sanitario se han realizado 23 atenciones en el centro Doctor San Martín, cinco por peleas, y otras 304 intervenciones en el Complejo Hospitalario de Navarra, “todo dentro de casuísticas normales y en cifras habituales de normalidad”.
En la oficina de denuncias de Policía Foral el 6 de julio hubo 22 denuncias, frente a las 130 del mismo día de 2019. De esas 22 denuncias, dos están relacionados con hechos ocurridos en el Casco Antiguo, mientras que el año pasado la práctica totalidad tenían relación con casuística relativa a las fiestas.
El alcalde de Pamplona ha hecho una valoración “muy positiva” sobre el transcurrir de estas horas y ha dado su agradecimiento a la ciudadanía por “el cumplimiento de las normas”.
En todo caso, se mantiene el dispositivo preventivo para evitar que se produzcan aglomeraciones. “No ha hecho falta utilizar todo ese dispositivo, pero seguimos igual y vamos a ir viendo la evolución. Si poco a poco se pueden ir suavizano esos recursos, mucho mejor”, ha indicado el alcalde.
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