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Las polémicas que Barcina olvidó en su discurso

La presidenta Barcina habla con el consejero Iribas en una cita anterior / Foto: Efe.

Garikoitz Montañés

Una comunidad que ha superado la peor parte de la crisis, que ha tenido que recortar, que lo ha hecho en solitario ante la postura negativa de la oposición y que, con todo, ha logrado mantener la calidad de los servicios sanitarios, educativos y sociales. Esta es la visión, apoyada por un largo listado de cifras, que ha ofrecido la presidenta del Gobierno de Navarra, Yolanda Barcina, en la primera jornada del debate sobre el estado de la comunidad. Y, allí donde no había cifras, la dirigente ha respondido a la oposición criticando la gestión realizada por estos mismos partidos en otras comunidades.

En esos temas, en los que se ha respondido a las denuncias con más denuncias, es quizá donde se han notado los puntos más críticos del discurso de Barcina. Puesto que, mientras sí ha abordado en profundidad la tensión con el Gobierno central a cuenta del IVA de Volkswagen, ha defendido patatas calientes como las inversiones de la sociedad pública de capital riesgo Sodena (especialmente tras el último informe de la Cámara de Comptos, el órgano que fiscaliza las cuentas públicas de Navarra) o ha respaldado como un logro la ampliación del Plan de Aprendizaje en el Inglés, ha habido otros asuntos olvidados o a los que solo ha replicado tras la intervención de los grupos, y tampoco ha entrado al detalle. Estos son cuatro de los principales.

El caso CAN

El grupo parlamentario de Bildu ha sido el más insistente en este tema, y Barcina ha respondido (y, de paso, ha recordado a la izquierda abertzale cómo el peso de Kutxa también se ha diluido en Gipuzkoa) pero solo para defender su trasparencia. No ha hecho referencias a las dietas ni a la investigación abierta que, por fin, puede volver a un juzgado navarro. Únicamente ha respondido a su negativa a que haya una comisión de investigación sobre la gestión y el desmantelamiento de Caja Navarra, ahora en manos de La Caixa, en el Parlamento de Navarra; y ha sido para responder que esa era “una comisión trampa”, únicamente preparada para atacar a UPN.

La deuda navarra

Navarra acumula, en la actualidad, una deuda viva (lo que una Administración tiene que devolver en un tiempo determinado) de 2.094 millones, que en principio tendrá que afrontar en los próximos diez años, ya sea refinanciándola (como hasta ahora) o haciéndole frente. Barcina ha defendido que apenas se ha hecho crecer la deuda y se ha centrado en la mejora, en general, de los datos económicos a pesar de la dureza de la crisis económica. Sin embargo, otros grupos, como Geroa Bai, han cuestionado cómo afectará esta situación en un futuro no tan alejado a las arcas forales.

La situación sanitaria

Barcina ha dedicado bastantes minutos al repaso de la situación sanitaria navarra, pero no ha reconocido problemas, sino que se ha limitado a destacar los procesos de unificación de servicios del Complejo Hospitalario de Navarra y, en concreto, el estreno de las Urgencias el pasado 8 de octubre. Mientras desde los sindicatos se ha acusado a la Administración de haber apretado el acelerador para estrenar esta infraestructura antes de tiempo, lo que ha provocado fallos en su primera semana en activo, Barcina se ha limitado a repetir que este nuevo recinto supone pasar de 1.500 metros cuadrados a casi 3.500 de área de Urgencias. Tras las preguntas de la oposición, sí ha hecho mención a los cambios en la gerencia del Servicio Navarro de Salud (tres en lo que va de legislatura), pero solo para repasar que en otras comunidades ha habido situaciones idénticas.

Los proyectos faraónicos

Varios grupos de la oposición han pedido a Barcina que valorara proyectos fallidos, como el circuito de velocidad de Los Arcos, que se puso a la venta tras una inversión que supera los 61 millones de euros, o el pabellón Reyno Arena, que tras un gasto de 58 millones de euros sigue sin inaugurarse y a la espera de un uso. Solo tras las preguntas insistentes de los partidos, la presidenta ha respondido a estos temas, pero para echar en cara a otros grupos proyectos ambiciosos y fallidos, caso del BEC de Bilbao, “que costó 400 millones”. Sobre el futuro de Los Arcos y el Reyno Arena, no ha habido anuncios.

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