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“Aquí el único que ha marginado es UPN, que administra el carné de buen o mal navarro”

Joseba Asiron asegura que es UPN la única que administra el "carné de buen o mal navarro".

N. Elia

Joseba Asirón (Pamplona, 1962) afronta su segundo año como alcalde de Bildu responsable de las fiestas de San Fermín con una sentencia reciente sobre la mesa: colgar la ikurriña del mástil del Ayuntamiento durante el chupinazo constituye “fraude de ley”. Asirón afirma que acatará la sentencia, aunque no la comparta, y advierte de que la “ikurriña siempre estará presente” y que desde el Ayuntamiento no se dará orden de “perseguirla a porrazos” en la calle, como sostiene que ocurría con UPN en el gobierno municipal.

A pesar de la pérdida de votos en estas últimas elecciones, Bildu ha mantenido el tipo en representatividad en Navarra. ¿Están tocando suelo?

No, en modo alguno. Ha habido una encuesta hace pocos días, en un medio tan poco sospechoso de ser afín a Bildu como es Diario de Navarra, que dice que el 95% de nuestros votantes cree que lo estamos haciendo bien o muy bien. Pero lo que está claro es que en unas elecciones generales tan mediatizadas y jugándonos lo que nos jugábamos en el Estado, ha habido gente que ha interpretado que había que votar en clave estatal y así lo ha hecho. No se vota nunca igual en unas municipales que en unas generales. Pero, además, hay otro dato. Si este gobierno municipal lo está haciendo tan mal y los electores han castigado al alcalde, ¿cómo se concibe que Podemos, que forma parte del cuatripartito a través de Aranzadi, haya obtenido dos diputados?

Pero la marca EH Bildu lleva ya tres convocatorias electorales seguidas con una sangría clara de votos, mayoritariamente orientada hacia Podemos. ¿No habría que hacer algún tipo de autocrítica dentro de la coalición?

¿Autocrítica? Sin duda. Entiendo que me pregunta por los resultados en la Comunidad Autónoma Vasca. Es verdad que donde habíamos gobernado en Gipuzkoa hubo una pérdida de votos suficiente como para perder alcaldías. Y eso exige una autocrítica. Pero también quiero recordar que en las municipales y autonómicas de Navarra lo que hubo es un subidón de votos, yo diría unos resultados sin parangón, que nos llevaron a ser segunda fuerza política en Navarra y fue posible conseguir por primera vez la alcaldía. A partir de ahí, siempre hay que hacer autocrítica. Y estamos en ese proceso.

Se cumple un año de gestión municipal de Bildu y su socio Armando Cuenca (Aranzadi-Podemos) acaba de calificar al cuatripartito municipal de experimento. ¿Comparte esta forma de verlo?

No. Somos un gobierno plural y con visiones muy diferentes. Sobre todo, el cuatripartito, en la medida en que es un gobierno de cambio, es una aspiración de la ciudadanía desde hace probablemente décadas. Y hemos venido para quedarnos y no para ser una anécdota en la historia de Pamplona.

También ha admitido que “no ha hecho grandes aportaciones”, ¿tiene razón?

¿Eso ha dicho? Yo creo que hemos hecho grandísimas aportaciones. Nadie que mire las actuaciones del cuatripartito en el último año podría decir otra cosa: en materia social, en materia de política lingüística… Hemos sacado adelante siete ordenanzas nuevas. Es imposible que alguien pueda decir que este gobierno no ha hecho grandes aportaciones.

¿Con cuál de los grupos está siendo más difícil llegar a puntos en común?

Está siendo igual de difícil con unos y con otros. Depende del tema y del momento en el que estemos trabajando. En el cuatripartito hay dos fuerzas claramente nacionalistas, Bildu y Geroa Bai, y tres fuerzas de izquierdas, la izquierda española representada por Izquierda Unida y Aranzadi (Podemos) y la izquierda nacionalista, representada por Bildu. Y Bildu adopta en este caso un papel más centralizado, porque es la única que es de izquierdas y nacionalista, que es como el común divisor.

Si Laura Berro fuera de EH-Bildu, ¿seguiría en su puesto después de lo que ocurrió? (Berro participó en la votación de una adjudicación a la asociación que preside su hermano en lugar de inhibirse y no dimitió porque lo achacó a “un lapsus”).

No sé decirlo, sería como entrar en la política ficción, ¿no?

No tanto. Imagínese que le hubiera ocurrido a un concejal de su grupo.

Yo creo que detrás de cualquier decisión al respecto hay que tener en cuenta el contexto. Y, por supuesto, que ese fallo que tuvo la concejala Berro se da como fruto de una falta de experiencia personal y también del propio grupo. No digo que sea imposible que pase en otros grupos, pero creo que ahí tiene un significado especial. Y sobre todo, creo, y quiero dejarlo bien claro, que si yo pensara que había sido un caso claro de corrupción, con deseo de lucro o favorecer una licitación sobre otra, no hubiera hecho falta que dimitiera Laura Berro, sea de Aranzadi o de cualquier otro grupo, le hubiera cesado yo en el momento uno.

En el debate sobre el estado de la ciudad, habló de falta de sosiego y pedagogía como elementos de autocrítica. ¿Puede poner algún ejemplo concreto?

Sí. Muy claro. Cuando entramos al Ayuntamiento hicimos una ronda de contactos con alcaldes de EH-Bildu que habían sido alcaldes y habían perdido la alcaldía. Entre ellos, el de San Sebastián y otros guipuzcoanos, fundamentalmente. Y lo que nos dijeron fue que, sobre todo durante los dos primeros años, tuviéramos mucho cuidado con las expectativas de nuestra propia gente. Porque cuando, después de tantos años se produce un vuelco como el que supuso nuestra entrada en la alcaldía, pues si esto ocurrió un lunes, el miércoles ya había gente en la puerta con el “qué hay de lo mío”. Y eso es un problema.

También ha anunciado un plan estratégico para la ciudad. ¿Porqué les ha hecho falta un año para anunciarlo? Lo normal hubiera sido llegar a la alcaldía con ese proyecto estratégico de ciudad debajo del brazo.

Estos han sido los 12 primeros meses de cambio en la historia de Pamplona. Y, dicho entre comillas, ha habido que apagar muchos fuegos. Y para la puesta en marcha de un plan estratégico tenemos que ponernos de acuerdo entre cuatro. Probablemente el alcalde tiene muchas cosas claras de lo que le gustaría para la ciudad, pero el alcalde cuenta con 5 concejales incluido su propio voto. Desde ahí hasta los 14 concejales de suman la mayoría absoluta hay que trabajar mucho y hay que consensuar mucho.

¿Está siendo difícil ese trabajo de consenso?

Sin duda. Y lo digo en un sentido positivo. Nos reunimos en esta sala de aquí al lado y ahí discutimos los temas, hablamos, pegamos golpes en la mesa, nos tiramos del pelo, y hay veces que llegar a un acuerdo a cuatro es muy difícil porque somos muy diferentes, tenemos culturas políticas muy diferentes. Pero lo bueno de estas dificultades es que, cuando llegamos a un acuerdo y salimos por esa puerta, estamos blindados.

Es decir, que se sienten cómodos los grupos del cuatripartito con usted como alcalde.

Hombre, yo quiero pensar que sí. Intento en los debates y en las discusiones adoptar esa postura de alcalde, aunque probablemente muchas veces no lo consigo porque yo también tengo mis ideas preconcebidas y mis propios, seguramente, prejuicios y mi propia ideología. Pero, claro, como alcalde es también mi obligación ponerme en la mente de los demás, o intentarlo. Soy el alcalde de cuatro fuerzas políticas, no de una.

¿Cree que la salida de los concejales de UPN entre abucheos hace un año denotaba cierta falta de solvencia democrática?

Es que una cosa es lo que ocurrió y otra lo que se ha contado del asunto. Aquel día había en la plaza mucha alegría y en ningún momento hubo conato alguno de violencia. Cuando salieron los concejales de UPN, en la plaza hubo un cántico, que yo escuché desde dentro del Ayuntamiento, de agur UPN, agur, agur. Pero nada más. El señor Maya dijo que le habían amenazado, y yo no lo voy a poner en duda. Si él dijo que hubo una persona que le amenazó, pues tendré que creérmelo, a pesar de que no aporta las pruebas ni las grabaciones que a mí sí me pide para creerme en otras ocasiones. Así que, sin poner en tela de juicio lo que dice, cualquier amenaza me parece totalmente reprobable. Pero lo que expresaba mayoritariamente la plaza era la alegría por un gobierno del cambio.

“Quien ha marginado ha sido UPN”

Maya considera que su gobierno municipal es sectario.

Ya, y yo creo que, probablemente, el señor Maya tenga que volver a mirar en el diccionario el significado de la palabra sectario, porque no lo entiende. Es decir, quien ha gobernado la ciudad marginando a una parte amplísima de la gente, y estoy hablando de marginación en cuestiones tan importantes como la política social, porque ésta era una ciudad en la que había casas sin gente y gente sin casas, o marginación en lo identitario, en lo lingüístico, que no tiene necesariamente que ir ligado a lo identitario, quien ha marginado ha sido UPN, que ha gobernado como si Navarra fuera absolutamente monocorde, como si todo el mundo fuera en Navarra de UPN y, además, ellos administraban el carnet de buen o mal navarro. Quien ha gobernado así han sido ellos y voy a poner además un ejemplo: el año que viene no va a haber ni una sola persona en Pamplona que quiera matricular a sus hijos o hijas en una escuela municipal infantil en castellano que no lo vaya a poder hacer. Mientras que, cuando él ha sido alcalde, había un 27% sobre ese 37% de los que quieren matricular a sus hijos e hijas en euskera, que no lo han podido hacer. Eso es sectarismo de libro.

Algunas de sus decisiones más criticadas por sectarismo tienen que ver con la matriculación en euskera y castellano en las escuelas municipales.  ¿Tan prioritario era reequilibrar la oferta y la demanda de enseñanza en euskera para Pamplona?

Ahí se nos planteó la disyuntiva, entre comillas, de ser listos o justos. Si hubiéramos sido listos, hubiéramos dicho, oye, no hay tiempo, esto tiene que esperar un año más. Hubiéramos tenido un año más manifestaciones en la plaza, seguramente algún encierro de padres y esas otras reivindicaciones que, durante 33 años, han mantenido los padres que querían matricular a sus hijos e hijas en euskera. Y, así, el año que viene, hubiéramos venido a colgarnos la medalla. Claro, pero es que además teníamos que ser justos. Y pensamos que prolongar en el tiempo esa injusticia un año más era algo absolutamente inaceptable. Yo le he hecho una pregunta a Maite Esporrín, del PSN, que también ha apoyado las políticas de UPN: Hace 33 años, los niños de cero a tres años de entonces tuvieron dos escuelas municipales infantiles en euskera para matricularse. Han pasado 33 años. La sociología lingüística de la ciudad ha cambiado totalmente. Aquellos niños de entonces son ahora padres y madres, y siguen teniendo la misma oferta que tuvieron los abuelos de los actuales niños. Y la pregunta es: ¿no es esto sectario?

¿Está ahora equilibrada esa oferta y demanda, o todavía dará el ayuntamiento más pasos?

No hay nada definitivo, la sociología lingüística de la ciudad está en permanente evolución y lo que hay que hacer es ir adaptándose a ella. Y si hoy, mañana o pasado hay menos demanda de euskera y, en cambio, hay más demanda de castellano, habrá que reforzar el servicio. Si hay un 37% de la población que quiere escuelas infantiles en euskera, pues el año que viene, y en la medida en que los recursos nos lo permitan, habrá que intentar acercarse a esa demanda. Y a futuro también, suba o baje la demanda.

Su gestión de este año ha estado completamente judicializada: la ikurriña en el chupinazo fue fraude de ley, la escolarización en euskera ha estado llena de autos judiciales… ¿qué está ocurriendo?

El Ayuntamiento está continuamente en los tribunales porque, probablemente, lo que la oposición de UPN y PSN no consiguen por mayoría democrática en los plenos, tratan de conseguirlo a través de los tribunales. Acabamos de asistir a una de esas judicializaciones y la Justicia considera fraude de ley que los alcaldes y alcaldesas, dentro de nuestras atribuciones, porque la ley nos faculta para ello, podamos invitar a quien queramos y, acto seguido, podamos decidir si poner la bandera de esas personas o no. Y, en cambio, no estima fraude de ley, como ocurrió aquí, que una alcaldesa de UPN, para mantener el nombre de la plaza de Conde de Rodezno, arguyera que no estaba dedicada al conde sino al condado. Este es el terreno en el que estamos jugando.

Después de esta sentencia, ¿cómo piensa conseguir que la ikurriña ondee en la plaza consistorial del día 6?

Bueno, para empezar, yo creo que la ikurriña ha estado siempre aquí. La primera vez que yo vi una ikurriña en Pamplona fue en pleno franquismo, colgando de un cable que cruzaba una calle. En aquellos tiempos la ikurriña estaba todavía proscrita, pero hoy hay quien todavía la quiere ver proscrita. La ikurriña siempre ha estado presente en Pamplona porque es una bandera muy sentida por un amplio sector de la ciudadanía de Pamplona. Así que yo no voy a decir cómo va a estar la ikurriña presente en el chupinazo. Lo que sí voy a decir es cómo no va a estar la ikurriña: la ikurriña no va a estar perseguida a porrazos como vimos cuando fue alcalde el señor Maya. Así es como no va a estar, perseguida a porrazos, porque es una bandera legal. Y lo que espero es que, de una vez por todas, haya un cambio legal, que no me explico cómo no se ha producido hasta ahora, que derogue una ley absolutamente sectaria como es la ley de símbolos de Navarra.

La seguridad del chupinazo corre a cargo de Policía Municipal y Policía Foral, incluso hay dispositivos de Policía Nacional. ¿Ha transmitido el responsable municipal de seguridad alguna instrucción a estos cuerpos municipales para que no se persiga a porrazos la ikurriña?

Yo solo sé que Policía Municipal hace un gran servicio en San Fermín y que tiene refuerzos concretos de Policía Foral. Quiero pensar que lo normal es, que si no hay una orden expresa para que se persiga la ikurriña a porrazos, no se persigue. El año pasado no se persiguió y no se dio ninguna orden en concreto. Lo que cabe preguntarse es quién dio la orden pertinente en los años anteriores, para que se persiguieran las ikurriñas a porrazos hasta en el centro de la plaza, provocando realmente un problema de seguridad, cuando es una bandera legal. Y me refiero, por supuesto, a la bandera que estaba a pie de calle, no a la que colgaron de un edificio a otro.

Es decir, en el balcón del Ayuntamiento el día del chupinazo no va a ser insumiso a la sentencia.

En el mástil oficial no estará la ikurriña, porque mi voluntad es acatar la sentencia. Aunque no la comparto en absoluto.

UPN ha pedido que pague de su bolsillo las costas del juicio.

Bueno, bien. Deberíamos empezar por pedirle al señor Maya que pague todas las costas judiciales que, por ejemplo, en el tema de Policía Municipal nos sometió a este Ayuntamiento y que ha ido perdiendo una tras otra, de forma sistemática, y por un empecinamiento político del señor Maya. Debería comenzar predicando con el ejemplo y pagar él todas aquellas costas.

Parece que el Gobierno foral quiere darse prisa ahora para derogar la Ley de Símbolos con las sentencias sobre las ikurriñas, ¿está de acuerdo con haber postergado el debate hasta después de las elecciones, como pidió IU?

Yo creo que una ley tan sectaria como esta debería estar derogada ya, no teníamos que haber llegado hasta aquí. Si alguien ha pedido retrasar el debate por razones electorales, pues de acuerdo, pero ahora los Ayuntamientos del cambio estamos a los pies de los caballos con estas sentencias.

Primer chupinazo por “votación popular” para el Tuli. ¿Votó? ¿Por quién?

No, no, no. El alcalde no participa en este tipo de cosas. Todos los candidatos eran magníficos.

Qué diplomático.

Bueno, es que es verdad. Pero ya me voy a mojar: si algo nos ha enseñado esta votación es que la gente prefiere votar para tirar el chupinazo a caras concretas antes que a asociaciones en abstracto. Y es algo que las futuras candidaturas deberán modular.

El Ayuntamiento tuvo que pedir a las asociaciones que, por favor, no hicieran campaña a favor de su candidatura. ¿No se ha ido la cosa un poco de las manos?

Todas las cosas tienen el riesgo de morir de éxito y esto también. Había gente que estaba tan emocionada con la candidatura que, bueno, que se tiró a hacer folletos, panfletos e incluso un cartel por la calle… Bueno, yo creo que esto tiene que ser un poco más sosegado. Me gusta que las candidaturas lo sean para toda la ciudadanía como lo son para este alcalde. Si lo hubiera tirado cualquiera de las candidaturas yo estaría encantado. Lo que me hubiera fastidiado es que se hubiera caído en lo de defender una candidatura y denigrar las demás. Yo no lo he visto, pero creo que habría que evitar esos riesgos.

Hablemos de toros. ¿Le gusta la Fiesta Nacional?

Me gusta la fiesta de los toros del 7 al 14 de julio. El resto del año no soy taurino.

¿Le gustan entonces los toros por imperativo legal?

No, a los toros en sanfermines he ido siempre. Pero soy incapaz de ver una corrida de toros por la televisión. Pero es verdad que, en la federación a la que pertenezco, era una aspiración de buena parte de los mozos y mozas de Pamplona el ir a los toros. Tengo abono de los toros desde el año 1982 y, hasta que tuve hijos, creo que no he faltado a ninguna.

¿Qué opina de las manifestaciones de los animalistas previas a las fiestas?

Pues me parecen absolutamente justas y honradas, aunque parezca una contradicción. Porque creo que en esta cuestión tenemos que hacer un profundo debate, también, en Pamplona. Las fiestas de San Fermín están en continua evolución, van cambiando de generación en generación y este es un debate que, más tarde o más temprano, tendremos que poner sobre la mesa. Por una razón muy sencilla, y es que hacer girar la fiesta en torno al sufrimiento de un ser vivo, en pleno siglo XXI, es algo que, como poco, nos tenemos que replantear.

Cuando en Euskadi EH Bildu traslada su rechazo a los toros, casi siempre, la respuesta que reciben por parte de quienes gobiernan es: ¿Por qué no empiezan ustedes por Iruña?

Ya, pero yo ahí siempre digo que tan absurdo sería ahora plantear un encierro por Fermín Calbetón o la calle San Martín o la Alameda de Okendo de Rekalde como pretender suprimirlos en Pamplona. Cada ciudad tiene su propia tradición, su historia. Y, ahora mismo, en Pamplona, cuestionar el toro es cuestionar el modelo de fiesta. Y habrá quien, oído esto, diga: pues vamos a hacerlo. Y habrá quien diga que no.

¿Será en este mandato municipal cuando se aborde ese replanteamiento del modelo de los sanfermines?

A ver. Ése es un debate que no tiene que hacer el Ayuntamiento, que no puede liderar ese tipo de proceso. Tiene que ser la propia sociedad quien lo demande al Ayuntamiento.

¿Eso no es abdicar en la responsabilidad del Ayuntamiento?

No, no. Estoy convencido de que el Ayuntamiento no tiene que liderar, tiene que ser la ciudadanía la que lidere. Los movimientos animalistas, las peñas, la ciudadanía de a pie, los colectivos, los movimientos en pro de la igualdad, esos son quienes tienen que marcarnos el camino para que las instituciones recojamos. Esta es mi idea, al menos.

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