La incertidumbre del ERE de CaixaBank: cuando los rumores apuntan a Navarra
“Oficialmente, no hay nada, pero sí, se ha filtrado que el ERE puede afectar a entidades de Banca Cívica y, por tanto, a Navarra”. Fuentes del sindicato UGT responden de esta forma a una de las preguntas clave sobre el nuevo Expediente de Regulación de Empleo anunciado por la Dirección de CaixaBank: ¿qué parte del ERE de 750 personas puede afectar a Navarra? Por el momento, en la reunión de este pasado lunes entre la Dirección y los sindicatos no trascendió cómo se haría ese reparto. De hecho, en esa reunión tampoco se ha mencionado ni siquiera que Navarra sea una de las zonas afectadas, aunque en los medios de comunicación ya se ha mencionado que zonas como Canarias, Burgos, Andalucía y Navarra, aquellas en su día afectadas por la absorción de Banca Cívica, es donde se habrían detectado un exceso de plantilla. Desde la entidad, por su parte, no se pronuncian públicamente sobre sus planes, de ahí las dudas que estas noticias han generado entre parte de la plantilla de zonas como la Comunidad Foral.
El plan hasta ahora planteado en esa reunión por la Dirección ante los sindicatos (encabezados el Sindicato de Empleados, CCOO y, ya en menor medida, UGT y centrales minoritarias) gira en torno a tres ejes, según ha adelantado CCOO este lunes a través de un comunicado: la reducción de costes (y, básicamente, se teme un nuevo recorte salarial), la reducción de la plantilla con un ERE que afectaría a 750 personas y la movilidad geográfica. Porque, y esta es una de las claves, se ha filtrado que el desequilibrio detectado en la plantilla se debe a un exceso de plantilla en ciertas comunidades (las ya mencionadas, entre ellas Navarra) y a un déficit en otras. A este respecto, el secretario general de CCOO en CaixaBank, Josu Sierra, confirma que la mayor necesidad se ha percibido en Barcelona. También se ha hablado, en este mismo sentido, de Baleares.
Fuentes del Sindicato de Empleados (SECPB), la fuerza mayoritaria, confirman que también han detectado este exceso de personal, sobre todo en zonas como Andalucía y Canarias, y, ya en menor medida, en Levante y Navarra, que “puede estar afectada” por este nuevo ERE.
De ahí el “runrún” que estas noticias ha generado entre la plantilla de zonas como Navarra, que teme un nuevo proceso de movilidad geográfica como el que se llevó a cabo en 2013 (en algunos casos fue una operación forzosa: negarse al traslado podía suponer perder el empleo) y que no ha dado resultado, porque aún hay personas de Navarra fuera de la comunidad (según fuentes sindicales, entre 70 y 80). De hecho, uno de los acuerdos alcanzados entre sindicatos y patronal fue activar un programa de retorno que, hasta 2020, plantea unos cupos anuales (150 personas) para permitir a trabajadores volver a sus lugares de origen.
Un nuevo ajuste
La otra incógnita es cómo se repartirá ese ajuste de 750 personas, porque hasta el lunes se temía que fuera de entre 400 y 500 personas, de ahí el sobresalto que la cifra ha causado entre ciertas centrales. Una operación llamativa, teniendo en cuenta que ya hace dos años se firmó otro ERE (que planteaba 2.600 salidas, sobre todo en Cataluyna), porque todavía se están llevando a cabo un importante plan de prejubilaciones (a partir de los 58 años en 2015; se calcula que puede afectar a 400 personas, 200 de ellas en Catalunya), porque aún hay contrataciones pendientes y porque en 2014 se acordó un ajuste del salario. “Además, hablan de un excedente en la plantilla, pero en lugar de una plantilla se trabaja como 1,5, alargando a menudo su jornada laboral, así que nos concreten dónde está el excedente”, apunta Sierra.
En el caso de Navarra, la plantilla actual ronda las 850 personas, y fuentes de la misma insisten en que se trata de una cifra ajustada. Se espera que el próximo lunes, en un nuevo cara a cara, la Dirección explique a qué se debe el ERE mencionado y cuál sería el reparto fijado. Desde el SECPB y CCOO, no obstante, piden tranquilidad al personal navarro, porque subrayan que no se firmará ninguna salida forzosa, únicamente las voluntarias. Desde UGT, por el contrario, creen que es arriesgado pedir calma entre una plantilla que puede verse, afectada, de nuevo, por los ajustes.