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Entrevista Enfermero de Pediatría

Armando Bastida, enfermero: “Hay que dar menos órdenes y hacer más preguntas para que los niños sean personas humildes”

Armando Bastida

Rocío Niebla

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El enfermero Armando Bastida (Logroño, 1979) trabaja en un centro sanitario concertado en Terrassa, Barcelona. En 2017 fundó Criar con Sentido Común, una página web que ofrece talleres de formación a madres y padres en la que colaboran veinte profesionales entre psicólogos, pediatras, enfermeros, logopedas y educadores. “La Tribu” (como la llaman) también es una red de apoyo entre las propias familias. Además, Bastida acaba de publicar Cuentos para criar con sentido común (Nube de Tinta, 2021), en el que trata de aunar la lectura entre madres, padres y criaturas para que, en esos ratitos de libro y escucha, se pueda reflexionar y hablar de temas como la empatía, el dar ejemplo o por qué la paciencia es una buena aliada.

Padre de tres hijos, enfermero de pediatría, con una comunidad de crianza virtual, escritor de cuentos, ¿usted duerme?

Poco. Desde hace 15 años, poco. Pero también he de decir que lo mejor es que no lo he hecho todo a la vez. Cuando los niños eran más pequeños trabajaba bastante menos. A medida que han ido creciendo y nos han necesitado un poco menos aparece algo de tiempo, y también nuevas ilusiones, nuevos proyectos y, a veces, el tiempo para llevarlos a cabo.

¿Cómo nace 'Criar con sentido común'?

Nace sobre todo de la necesidad de ofrecer a madres y padres consejos para criar y educar a sus peques lo más objetivos posible. Con la llegada de internet y las redes sociales, nos dimos cuenta de que cada vez había más consejos y recomendaciones para las familias basadas, no en la evidencia científica, sino en intereses creados por la industria.

¿Productos para no parar de consumir que son totalmente prescindibles?

Sin ir más lejos, cuando nació mi primer hijo se vendía Baby Einstein, con DVDs, libros y juguetes, toda una línea de marketing que nos decía que era beneficioso para el desarrollo de nuestros hijos. Sin embargo, la evidencia demostró que no era cierto y que se estaban exponiendo a bebés y niños a la televisión sin necesidad. En EEUU se acabó devolviendo el dinero a los progenitores por no cumplir con lo prometido. Productos como ese aparecen por todas partes, y muchos profesionales empezamos a sentir que debíamos hacer algo para tratar de proteger de algún modo a las familias, y sobre todo a los peques, y consideramos la opción de ofrecer información veraz y contrastada, sin la contaminación de la industria. Por eso Criar con Sentido Común no tiene patrocinadores ni anunciantes.

Con la llegada de internet y las redes sociales, nos dimos cuenta de que cada vez había más consejos y recomendaciones para las familias basadas, no en la evidencia científica, sino en intereses creados por la industria.

¿Por qué considera que es mejor cuidar y criar en común, en tribu, que con núcleos familiares cerrados?

Criar y educar a un niño o niña es algo muy complejo y muy duro en una sociedad pensada para que los dos progenitores, cuando los hay, trabajen, produzcan, consuman... queda muy poco tiempo para criar y educar, así que cuando tenemos un bebé debemos hacer malabares y renunciar a muchas cosas. El que se pueda criar en compañía de amigos, amigas, familiares o de tu tribu hace que sea menos duro, porque sientes que no estás solo, sientes comprensión, compañía y apoyo. Es decir, un núcleo cerrado, una familia pequeña, sufrirá mucho más para criar que una que se apoya en otras personas porque criar es muy duro.

“Tenemos que preparar a nuestras hijas y a nuestros hijos para la vida, en lugar de preparar la vida para ellos”, ¿cómo se educa para “la vida”?

Educar para la vida significa acompañarles para que ellos mismos vayan creando su propio criterio, para que piensen y aprendan a pensar, para que prueben, se equivoquen y vuelvan a probar para que así puedan aprender de sus errores y disfrutar de sus aciertos.

¿Educar es que sean obedientes?

A nosotros nos educaron en la obediencia y eso quiere decir que nos dieron muchas órdenes, pero se sabe que una orden no genera pensamiento. El cerebro no se despierta ante una orden, simplemente, se ejecuta, sin que haya una construcción del porqué hacerlo así y no de otro modo.

Hay que dar menos órdenes y hacer más preguntas para que los niños crezcan siendo personas humildes, honradas y respetuosas.

¿Los errores que se cometen con el primer hijo se siguen cometiendo con el tercero?

Yo creo que no. De hecho, cometes otros. Porque acabas haciendo con el tercer hijo cosas que jamás habrías hecho con el primero, al que intentas proteger mucho más, porque es tu primer hijo y no quieres que sufra ni lo pase mal, y te haces tantas preguntas que no sabes bien cómo acertar. Ya con el tercero tienes muchas respuestas, y ya no le das tanta importancia a cosas que con el primero te parecían totalmente relevantes.

A nosotros nos educaron en la obediencia y eso quiere decir que nos dieron muchas órdenes, pero se sabe que una orden no genera pensamiento.

La culpa y el miedo son los sentimientos que más se repiten en la maternidad y la paternidad. ¿Alguien tiene la culpa?

La culpa es de una sociedad que ha dejado a los bebés en el último lugar. No importan, y por eso los permisos son tan cortos. No importan, y por eso tenemos unas ratios en las escuelas infantiles totalmente vergonzosas, y se hacen periodos de adaptación que no ayudan a los bebés y peques a adaptarse. Pero eso no es culpa de las madres ni los padres. Eso es que el sistema funciona así de mal. Si acaso, somos todos culpables, o todos cómplices, de no estar luchando por proteger más a los bebés y niños, para que dejen de ser ciudadanos de segunda.

“Tener un hijo es un extraño equilibrio entre desear pasar con él todos los minutos de tu vida y querer salir corriendo de casa y no volver jamás”. Cuidar y criar es una gestión constante de equilibrios...

Sin duda. Por traer hijos a una sociedad que ya no los espera, porque son demasiado dependientes y eso nos quita tiempo para producir, consumir, leer, aprender y relacionarnos con otras personas. Es agotador, y a veces cuesta ver cuál es la parte positiva de pasar horas con un bebé que es poco agradecido. Hace falta paciencia, y estar en un momento de la vida un poco maduro, para darte cuenta de que criar a tu peque es una de las cosas más importantes que harás en tu vida, sin que nadie más que él te lo agradezca. Y al principio lo hacen con sonrisas, luego besos y abrazos, y cuando crecen, cada vez que te piden ayuda porque han metido la pata. No es fácil, pero oye, nadie dijo que lo fuera.

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