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Repunte estival de los vertidos contaminantes en los ríos alaveses

Las aguas del río Baias se han visto enturbiadas por un vertido que aún se está analizando

Rubén Pereda

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Nuevo vertido en aguas alavesas. La semana pasada fue en el río Omecillo y, en esta ocasión, le ha tocado al Baias. El PP y la plataforma ecologista Zadorra Bizirik denunciaron el lunes un vertido contaminante, “al parecer, de aguas fecales”, cerca de la localidad de Pobes, que ha provocado que las aguas se enturbien y emitan mal olor en la zona. La Agencia Vasca del Agua (URA) se ha acercado para tomar muestras, pero de momento se limita a pedir más tiempo para analizarlas.

“Por los datos de los que disponemos, se trata de un colector que está vertiendo residuos cerca de Pobes, río abajo, donde apenas corre agua. Parecen aguas fecales”, comenta el portavoz ecologista Andrés Illana acerca del Baias. Explica que existen diferentes puntos de la cuenca del río en los que los vertidos están autorizados, si bien uno de ellos, que pertenece al municipio de Ribera Alta, está catalagado como “desconocido”; esto es, no es público qué entidad vierte ahí. Podría ser uno de los contaminantes.

Señalan, además, que la zona en la que se ha denunciado el vertido está declarada de especial conservación. Pertenece —al igual que la del Omecillo, donde se denunció el otro vertido la semana pasada— a la Red Natura 2000 y se tiene constancia de que varias nutrias, una especie en peligro de extinción, han marcado allí.

Fuentes ecologistas apuntan que se trata de una situación recurrente de los períodos estivales. El incremento del consumo derivado de las actividades agrícolas resulta en una disminución de los caudales y esto se suma al aumento de los niveles de vertido por el defectuoso funcionamiento de varias de las depuradoras. “Cualquier tipo de vertido puede ser mortal para la flora y la fauna —añaden—. Los fecales acaban con el oxígeno y matan a cualquier especie”. Y más cuando el caudal disminuye y los ríos alaveses casi se secan.

Críticas a URA

La semana pasada se denunció otro vertido, en aquella ocasión en el río Omecillo. La Agencia Vasca del Agua (URA) es la encargada de desplazarse a los puntos en los que se denuncien para tomar muestras e identificar las sustancias. Sin embargo, a día de hoy, todavía no ha comunicado nada, ni siquiera acerca del Omecillo. Preguntada por este periódico, asegura que está trabajando en ello. Illana, de Zadorra Bizirik, asegura que van a volver a pedir por escrito que se informe sobre la situación.

El PP de Álava se ha mostrado mucho más contundente con este organismo autonómico. Ana Salazar, secretaria general de los populares, ha criticado que “no controla ni protege el dominio público hidráulico, que es una de sus funciones”. “La Agencia Vasca del Agua —proseguía— debe asegurar la calidad de nuestras aguas, para preservar la flora y fauna de los ríos y además el consiguiente bienestar de las personas, ya que con olores de aguas fecales es imposible estar en la zona y no sabemos la repercusión final que puede provocar este vertido”.

De igual manera, Salazar ha señalado que “tras las denuncias es cuando [URA] se pone a inspeccionar y a investigar, cuando ya se ha contaminado, en lugar de buscar soluciones para evitar que se produzcan los vertidos”. Fuentes ecologistas subrayan la “imposibilidad de URA para afrontar todo” y que el organismo “se lava las manos”.

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