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“Hay que deslegitimar a ETA para no dejar justificaciones abiertas a una futura generación de violentos”

Año 5 del cese de la violencia: una ETA agónica se extingue casi en silencio

Eduardo Azumendi

El Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo y el Instituto de Historia Social Valentín de Foronda han celebrado en San Sebastián su primer encuentro conjunto titulado 'Las víctimas como testigos del terror' para poner en valor la importancia del testimonio de este colectivo que tiene que “servir para dar soporte a las políticas de memoria” y para “construir la historia de lo que fueran los años de terror” de ETA.

El director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, ha destacado que las políticas de memoria deben tener su base en la historia, en el trabajo profesional de los historiadores y no en “supuestos ideológicos”. “La historia debe reconstruir los años de terror y explicar el contexto de la violencia, el papel de la sociedad y de los protagonistas del terrorismo, así como tener en cuenta, sobre todo, el testimonio de las víctimas del terrorismo, cosa que no siempre ha ocurrido”.

El Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo y el Instituto Valentín de Foronda colaboran en un proyecto de investigación sobre historia y memoria de las víctimas, con una duración de cuatro años, para “contribuir a la función deslegitimadora del terrorismo y no dejar justificaciones abiertas” para una futura “generación de violentos” y sirva para “asentar una cultura política basada en los Derechos Humanos por encima de los objetivos políticos de cada uno”.

Por su parte, el director del Instituto de Historia Social Valentín de Foronda, José María Ortiz de Orruño, ha destacado que el objetivo de este trabajo es “un compromiso cívico” de “deslegitimar el terrorismo con el fin de evitar que estos hechos se vuelvan a producir”, algo que “conecta perfectamente” con la presencia de las víctimas que “han sido olvidadas durante mucho tiempo” y han sido consideradas por las ciencias sociales “como una especie de daños colaterales de los procesos sociales”.

“Testigos insobornables”

“Testigos insobornables”Sin embargo, ha destacado que cada vez tienen “un papel más central y más importante”, ya que tienen “un doble papel”. Por un lado, “ser testigos insobornables de una época que han vivido y padecido muy directamente” y, por otro, deben de servir “como historiadores para estudiar este largo proceso de horror y terror que se ha extendido durante décadas”.

El primer teniente de diputado general de Gipuzkoa, Denis Itxaso, también ha intervenido en la jornada. Itxaso ha subrayado que el testimonio de las víctimas del terrorismo es “un patrimonio especialmente valioso para todos”, puesto que su “verdad garantiza a la sociedad memoria y un relato fiel de lo ocurrido, elementos ambos indispensables para una sociedad que aspire a ser libre”.

“Las víctimas mejor que nadie pueden explicar las consecuencias del terrorismo en Euskadi; ellas padecieron de forma directa la amenaza, la extorsión, el asesinato y los mecanismos del terror utilizados por el terrorismo y pueden aportar el testimonio de la reacción y comportamientos sociales, el abandono y la incomprensión de una parte muy importante de la sociedad vasca”, ha afirmado.

Su testimonio “incomoda a muchos”, pero “resulta imprescindible para sentar las bases de una sociedad libre. La memoria nos protege de las atrocidades. Nadie como ellas puede transmitirnos el horror del terrorismo y el mal que este causó. Son los guardianes de esa memoria, los que nos protegen y el reconocimiento del valor de estos testimonios para la sociedad vasca es la mejor garantía para que los errores del pasado no vuelvan a repetirse”.

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