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La línea de alta tensión de Bizkaia, sin fecha para construirse tras 27 años de planes

Un hombre observa las torretas de la línea de alta tensión en Bizkaia que fueron derribadas./ EDN.

Alberto Uriona

Bilbao —

La nueva línea de alta tensión en Bizkaia sigue sin fecha definitiva para construirse tras casi 27 años de planes. Red eléctrica de España (REE), el único operador en España que se encarga de transportar la energía que generan las empresas eléctricas hasta el punto de venta, ha asegurado que “espera iniciar las obras” de parte del nuevo trazado “en el primer trimestre” de 2014, ha asegurado un portavoz de la empresa.

Los trabajos se acometerán, en cualquier caso, de forma parcial ya que el proyecto aprobado impide realizar tareas entre febrero y septiembre para preservar al alimoche, una rapaz que realiza su parada biológica en esos meses. “Se iniciarán en áreas que no afectan a la parada biológica”, señala Red Eléctrica. Asi, todo apunta a que, en el mejor de los casos, el nueva línea no estará disponible hasta finales de 2015.

La línea a su paso por Bizkaia, un trazado de 11 kilómetros, era el último eslabón de un trazado que parte de Penagos (Cantabria) y se extiende hasta Güeñes a lo largo de 74 kilómetros. Su coste global ascenderá a casi 30 millones de euros, pero las únicas afecciones denunciadas fueron en el tramo vasco, donde la inversión se eleva a 8 millones de euros. El Consejo de Ministros aprobó definitivamente el proyecto en mayo de 2007, que justificó para ampliar la red de transporte de energía y una mayor garantía en el suministro. Sostenía que existen limitaciones en la actualidad al haber solo una red de distribución entre Zierbena y Santurtzi. Red Eléctrica aduce que permitiría que la energía se mueva con eficacia entre Galicia y Francia y facilitaría distribuir el 85% de la energía eléctrica generada en la comunidad autónoma.

Los ecologistas se han opuesto a esta infraestructura desde finales de los 80, cuando se iniciaron los primeros proyectos para instalar la línea, por las afecciones medioambientales. Consiguieron cambiar el trazado a finales de los 90 por afectar un área protegida en la zona de Armañon y volvieron a modificarlo cuando el Tribunal Supremo dio la razón a la asociación Izate al certificar que la empresa eligió el trazado “más perjudicial” para el medio ambiente y no tuvo en cuenta un informe del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco, que ya apuntaba que la línea discurría por el centro de un futuro biotopo (un área protegida similar a las reservas de la biosfera pero de menor tamaño). El fallo llegó cuando una veintena de las 24 torretas de alta tensión se encontraban colocadas, lo que obligó a desmantelarlas. El coste fue económico (se encareció de cinco a los 8 millones actuales) y de tiempo, al retrasarlo en al menos cuatro años.

Los ecologistas, aunque satisfechos por preservar el futuro biotopo, mantienen sus críticas al proyecto por los daños causados por las torretas desmanteladas en pistas y porque, según afirman, la nueva línea afectará a vaguadas y arroyos.

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