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Viven 30 veces por encima de nuestras posibilidades

Responsable de la iniciativa climática de Oxfam Intermón
El cambio climático podría estar acelerándose

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No sé si recuerdan el mantra de la crisis del 2008. Nos acusaban de pecar por haber vivido por encima de nuestras posibilidades. Y en el pecado llevábamos la culpa y el castigo de perder empleos y de llegar a las cotas más altas de pobreza que se recordaban en años. Desde entonces solo hemos visto aumentar la desigualdad mientras la obsesión por el crecimiento económico neoliberal e insostenible es la única receta para superar las diversas crisis. 

La situación es bien diferente. El 1% más rico del mundo contamina 30 veces más de lo que se necesita para evitar que el planeta no se caliente por encima del grado y medio de temperatura. Un informe de Oxfam Intermón analiza el cálculo a partir de los planes de reducción de emisiones que han presentado los países en la COP26 de Glasgow. El resultado es que ese 1% emitirá una media de 67,7 toneladas de CO2 por cabeza cuando el límite debería estar en 2,2. Estas personas ricas y privilegiadas viven 30 veces por encima de nuestras posibilidades. 

La crisis climática es una crisis de desigualdad y la desigualdad alimenta la crisis climática. Los países, las grandes compañías y las personas que son los mayores responsables de producirla son las que menos la sufren. No sólo hay una desigualdad histórica de los países ricos que han crecido económicamente a base de calentar el planeta de todos. Vemos que las proyecciones que hacen los países de sus emisiones van a perpetuar esta desigualdad. Para el 2030, el 10% de la población más rica del planeta será responsable del 48% de las emisiones, mientras que la mitad de las personas más pobres del planeta sólo contribuirán al 8% de las mismas. 

Los gobiernos del mundo no pueden esperar más para tomar decisiones que atajen la crisis climática. Hace 6 años en París ya llegaron a un acuerdo. Ahora, lo que tenían que haber hecho era presentar unos planes nacionales que evitaran superar el grado y medio de temperatura, pero no han venido con los deberes bien hechos. Las Naciones Unidas ha calculado la suma de lo que todos proponen y si no lo cambian nos iríamos a un calentamiento de 2,7 grados al final de la década. Suspenso colectivo. 

Los gritos de la calle para acabar con la crisis climática de una manera justa se están escuchando. Las mascarillas no sirven de bozal. No vamos a dejar que los mayores responsables de esta crisis se vayan de Glasgow sin unos compromisos claros para cumplir lo que ya firmaron porque tenemos que vivir dentro de nuestras posibilidades y de las del planeta.

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