Por alusiones
Estoy intentando ponerme al día en Twitter sobre Grecia, paso el TL con rapidez, obviando todo lo que no sean tuits de medios y centrándome en titulares, cuando veo esto:
Twitter es ese lugar donde, cuantos más seguidores tienes, más fácil es que te caiga un insulto, lo cual -muy a pesar- tengo ya bastante normalizado, pero se me atraganta que ya me insulten hasta los medios de comunicación.
Entro en el artículo esperando que la frase “Nunca, ni en los peores momentos de Alianza Popular, habíamos oído argumentos tan estúpidos dirigidos a gente tan estúpida”, tuviera algún contexto que amortiguara -aunque fuera sólo un poco- el hecho de que un señor esté llamando desde un periódico de tirada nacional “estúpidos” a millones de españoles -yo entre ellos-, pero me encuentro con que el autor no sólo no tiene contexto ni excusas sino que se nos ha venido arriba durante la redacción del artículo y sigue con un “nunca habíamos visto concejales y concejalas tan zafios como los que han emergido gracias a Podemos”.
¿A qué se debe tal prosa? Pues el único motivo que da el autor del artículo para semejante reflexión es que, a la propuesta de Ciudadanos sobre subir impuestos de artículos de primera necesidad, Pablo Iglesias contestó que, entre otros, la silla de ruedas era uno de esos productos.
No niego que la respuesta de Pablo Iglesias pueda ser demagoga, pero que un escritor y catedrático de la RAE con la suficiente edad como para haber vivido en primera persona las andanzas de Alianza Popular diga que los concejales que han emergido gracias a Podemos -y que no llevan ni un mes desempeñando sus funciones- son los más zafios desde entonces, suena a que nosotros podemos ser muy estúpidos pero no deja lugar a dudas de la vileza de otros.
Primero, eso sí, el autor lanza flores a Albert Rivera por “su soltura y coherencia” al responder preguntas de los periodistas en un plató, y reflexiona sobre que eso es posible gracias a que su programa es sólido. Me hubiera gustado -entre otras cosas- preguntarle al autor del artículo, desde mi más completa estupidez, cómo es posible que un programa tan sólido como el de Ciudadanos sólo sea defendido en todos los espacios siempre por la misma persona. Y que cómo es posible que la coherencia de Rivera sea tal, pero que en su partido no se hayan celebrado primarias, cuando él mismo exigía hace tan sólo dos meses a los demás partidos que las celebraran porque “ya está bien de que algunos se autoescojan a sí mismos candidatos”. O le preguntaría cómo es posible que la mención de Iglesias a la silla de ruedas le haya provocado tal erupción que se haya animado a insultar a gran parte del país, pero el hecho que lo originó -que es que Rivera quisiera subir los impuestos de productos básicos- no le parece, por sí solo, ni un poquito criticable.
Pero la alegoría no acaba ahí y el autor remata con: “Debemos agradecer a este movimiento que nos abra los ojos sobre el estado comatoso en que se encuentra ese segmento de la población que se supone más o menos universitaria y de clase media”. Me consta que esta opinión no es aislada, y quizás por eso me he animado con esta réplica.
Desde este rincón quisiera hacerle saber, señor Azúa, que este segmento de la población al que pertenezco ni es “estúpida” ni está “comatosa”; este segmento de la sociedad que 'se supone más o menos universitaria’ no nació ayer ni ha aparecido de la nada, es la misma que, en su mayoría, antes votaba a quienes nos trajeron donde ahora nos encontramos y que, por pura estadística, probablemente muchos de los que ahora llama 'estúpidos’ hayan votado durante años lo mismo que usted. Suponer que los votantes potenciales o efectivos de Podemos son estúpidos es una reducción propia de quien ha estado ciego desde que murió Alianza Popular o, más bien, de quien finge no ver nada, y no sé qué opción le deja en peor lugar a usted y a los que argumentan como usted, señor Azúa.
Y por último y más importante: ese segmento de la población al que usted llama 'clase media’ le creyó a usted y a los de su 'segmento’ durante mucho tiempo y por eso se creyeron ajenos a los problemas de la lucha obrera, relajándose en la eterna pelea por mantener derechos adquiridos. Ya no, ya saben que ellos ni son ni nunca fueron clase media. Ese segmento ahora sabe que son clase obrera porque han vivido en primera persona que si un sólo mes falla el salario, su nevera no la llenan las rentas, que sí llenan las de la verdadera clase media. Pero usted y su 'segmento de la población’, que siguen pensando que los que queremos un cambio somos estúpidos, pueden seguir por los mismos derroteros que antes les funcionaban para manipular, pero cuidado, porque ese no entender y no querer entenderlo son los que están haciendo que medios como el suyo estén viendo su propia nevera cada vez más vacía.