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Andalucía merece su Syriza

Juan López de Uralde

Coportavoz de Equo —

Mientras en Grecia las urnas se llenaban de votos a Syriza, Susana Díaz anunciaba la convocatoria de elecciones autonómicas en Andalucía. Dos hechos en apariencia lejanos que pueden verse estrechamente vinculados si somos capaces de construir una Syriza a la andaluza. Sabemos que no es fácil, pero en los días que quedan hasta que se cierre el plazo de presentar coaliciones electorales debiera intentarse.

La victoria de Syriza ha demostrado que la ciudadanía en el sur de Europa está harta de los recortes y la pérdida de derechos, y reclama de sus representantes unidad en la diversidad para luchar contra las políticas de la Troika que están conduciendo a muchos países a profundas crisis sociales y políticas, y a Europa hacia su desintegración como proyecto político. Los resultados han demostrado que el cambio es posible.

Si en alguna región europea son visibles las consecuencias sociales de las políticas de austeridad, esa es Andalucía. Con un índice de desempleo del 34% encabeza el ranking autonómico de personas desempleadas en España. Los jóvenes, cuya tasa de desempleo alcanza el 59%, se ven obligados a irse. La dramática situación de Andalucía, dibuja un panorama desolador, con un Partido Socialista sin alternativa a los recortes del Partido Popular y cuya única idea de país se basa en tratar de impulsar a cualquier coste los sectores productivos que produjeron esta situación de postración, como la construcción o la minería. Basado en propuestas anticuadas e ineficaces para afrontar la crisis actual, los 35 años de gobierno socialista exigen reiniciar la democracia con urgencia.

La decisión de Susana Díaz de adelantar las elecciones responde a sus propios intereses y expectativas políticas, pero paradójicamente también podría convertirse en la oportunidad de impulsar una confluencia de fuerzas capaces de sumar para ganar Andalucía. Si así ocurriera, el mapa político podría cambiar drásticamente, abriendo aún más en escenario en las próximas elecciones generales.

Efectivamente, el momento es único, porque la reciente victoria de Syriza acaba de mostrar que el cambio es posible, y porque la gente está dispuesta a salirse del tradicional voto al bipartidismo y apostar por iniciativas diferentes. Un bipartidismo que antepone sus intereses a los de la sociedad; tal como demuestra el blindaje de la Cámara de Cuentas hasta 2017, con exclusiva presencia de PP y PSOE. O el acuerdo alcanzado para dificultar la formación de nuevos grupos en el Parlamento, cambiando una norma que data de 1982. Los partidos tradicionales tienen miedo al cambio que se avecina y maniobran para dificultarlo.

Así que animamos a las fuerzas políticas a un esfuerzo de acercamiento para tratar de alcanzar una confluencia que, esta vez, puede marcar la diferencia.

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