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Bárcenas y los gases fluorados

Luz Sanchis

“Hoy solo preguntarán los económicos y los catalanes”, comentaban varios periodistas a la entrada de la rueda de prensa del Consejo de Ministros. Si no hay viernes en que las cuestiones políticas más incómodas se vean relegadas en la comparecencia del Gobierno, el día después de la primera noche en prisión de Luis Bárcenas no iba a ser una excepción.

A base de administrar el escaso turno de preguntas de forma que la mayoría fueran sobre cuestiones económicas, Soraya Saénz de Santamaría y Cristóbal Montoro han esquivado el caso Bárcenas. Mientras, los periodistas consultaban con ansia lo poco que estaba diciendo a la vez Mariano Rajoy desde Bruselas.

La vicepresidenta ha demostrado que se coordina perfectamente con su jefe para no dar ningún tipo de explicación sobre cómo afecta el caso Bárcenas al Gobierno y al partido que lo sustenta. Solo se le han dirigido dos preguntas sobre el extesorero. Y en las dos, la misma respuesta de siempre: “Desde esta mesa no hago valoraciones. El Gobierno respeta los procedimientos judiciales y colabora con la Justicia”.

Mientras las manos de los periodistas “de política” seguían levantadas, Soraya Saénz de Santamaría y Cristóbal Montoro han contestado sin prisa a todas las demás cuestiones. El nuevo techo de gasto, la subida de impuestos al alcohol y el tabaco, las ventajas de la factura electrónica, las balanzas fiscales y la necesidad de gravar los aires fluorados del aire acondicionado han sido explicadas profusamente. La dimisión de la directora de la Agencia Tributaria tras el misterio del DNI de la Infanta Cristina también ha merecido respuesta larga del ministro de Hacienda, que no ha explicado las razones del “lamentable error” pero sí ha recomendado “no ir más allá y buscarle tres pies al gato”.

De esta forma, la vicepresidenta no ha tenido que explicar cómo es posible que el Gobierno respete las decisiones judiciales mientras la cúpula del partido que lo sustenta carga contra la instrucción y habla de “causa general”. Tampoco tuvo que opinar si, como dice Carlos Floriano, el juez no hace más que pedir documentación “para ver si encuentra delitos”. Ni, si no hay miedo al chantaje del extesorero, por qué la única reacción ha sido el comunicado de prensa más corto jamás visto.

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