Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Mas busca financiación sin tener que pasar por Madrid

Artur Mas, durante el homenaje a Lluís Companys. Foto: Efe

Fèlix Martínez

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, parece completamente decidido a seguir adelante con sus planes para convocar un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Por esa razón ha empezado a buscar mecanismos que le permitan financiar la Generalitat saltándose al Gobierno del Estado, consciente de que una de las armas del Ejecutivo español es estrangular de manera financiera a la Administración catalana que, en la práctica, está quebrada, según apuntan tanto fuentes financieras como dirigentes de Convergència.

De hecho, Cataluña fue una de las primeras comunidades autónomas en acudir al Fondo de Liquidez Autonómica creado por el Gobierno de Rajoy y ha sido la que ha pedido una cantidad mayor: 5.025 millones de euros. La Generalitat formalizó la petición del rescate el 25 de septiembre, el mismo día que Mas abría en el Parlament de Cataluña el debate de política general en el que anunció la convocatoria de elecciones autonómicas el 25 de noviembre porque había “llegado la hora de la autodeterminación”.

El Gobierno adelantó 470 millones de euros a la Generalitat para que atendiera los pagos que vencían la primera semana de octubre y que el Gobierno catalán no podía atender por falta de liquidez.

Mas ha sondeado a hedge funds (fondos de capital riesgo), españoles y particularmente a los catalanes, para saber hasta qué punto estarían dispuestos a ofrecer financiación a la Generalitat. Financiación que, por otra parte, no contaría con el aval del Reino de España.

La que cada día parece más inminente petición de rescate de la economía española por el Gobierno de Rajoy a la Unión Europea hace temer a Mas que las condiciones que imponga Bruselas no sólo dificulten la posibilidad de avanzar en una eventual negociación sobre el pacto fiscal para desactivar la deriva soberanista, sino que realmente deje definitivamente sin recursos a una Generalitat que ya es insolvente.

El punto débil del proyecto soberanista de Mas son precisamente las finanzas públicas. Es el Gobierno del Estado quien debe administrar los 5.025 millones de euros que necesita la Generalitat para seguir funcionando y, sobre todo, las transferencias de capital para que el Ejecutivo autonómico pueda ejecutar sus competencias.

Tras las elecciones del 25 de noviembre, CiU rozara la mayoría absoluta, según la mayoría de las encuestas, y en sus intenciones soberanistas contará con el apoyo de Esquerra Republicana, Solidaritat per la Independència e Inicativa Verds-Esquerra Unida i Alternativa. El PP, por contra, ejercerá una oposición especialmente beligerante.

La propuesta de Mas a los grandes inversores institucionales ha sido ampliamente discutida este fin de semana en Valencia, donde ha tenido lugar uno de los encuentros periódicos que mantienen los gestores de los hedge funds españoles para coordinar sus acciones. Coordinación que, hasta ahora, les ha permitido obtener pingües beneficios con la elevada prima de riesgo que afecta a la deuda soberana española durante el último año.

Los gestores de los fondos están estudiando la propuesta del presidente de la Generalitat desde el punto de vista exclusivo del negocio, sin carga ideológica alguna. El principal problema es la fórmula. Cataluña no es un Estado y no puede emitir deuda para los mercados más allá de los bonos patrióticos que hace año y medio el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, se sacó de la manga y que fueron un rotundo fracaso. Es cierto que era una emisión destinada a los particulares, pero las agencias de rating ya calificaron el producto de bono basura desde el primer momento.

En cualquier caso, los gestores han puesto por delante antes de estudiar cualquier propuesta que Mas suelte lastre y se libre de aquellos dirigentes salpicados por la más mínima sombra de corrupción. Eso obligaría al presidente de la Generalitat a librarse del consejero de Interior, Felip Puig, que era titular de Obras Públicas cuando Ferrovial pagó los 3,3 millones de euros en comisiones a CDC a través del Palau de la Música, o del propio Oriol Pujol, imputado por un caso de corrupción relacionado con la concesión de estaciones de Inspección Técnica de Vehículos.

Precisamente los dirigentes afectados por la sombra de la corrupción son los que configuran el núcleo duro del sector más soberanista de Convergència. Si los técnicos de Economía hallaran la fórmula para que los fondos financiaran a la Generalitat sin pasar por Madrid y los multimillonarios propietarios accedieran, Mas estaría desnudo ideológicamente ante la población catalana, porque él precisamente nunca ha sido el paradigma del soberanismo.

Etiquetas
stats