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La comida terrible y las raciones muy pequeñas, según la derecha

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, reunidos en Moncloa.
27 de diciembre de 2022 22:32 h

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El chiste lo cuenta Woody Allen en la apertura de Annie Hall: “Dos señoras de edad están en un hotel de alta montaña, y dice una: vaya, aquí la comida es realmente terrible. Y contesta la otra: sí, y además las raciones son tan pequeñas…”. La queja por la queja: esta comida no hay quien se la coma, pero ya podían poner más. Me acordé este martes del chiste, cuando escuché a la portavoz del PP valorando las nuevas medidas anticrisis del Gobierno: dijo en la misma frase que las medidas anunciadas “son malas”, “llegan tarde”, “una improvisación de último minuto”, “no son las que necesitan los españoles”, “son una mala copia de las propuestas por el PP”… y además “se quedan cortas”. Ahí lo tienen: la comida terrible, y las raciones pequeñas. Oposición de hotel de alta montaña para jubilados.

Entiendo el descoloque de la derecha, pues no es fácil quejarse de ese menú, que toca puntos muy sensibles de la economía real (la cesta de la compra, la vivienda, el transporte), y además ver cómo el Gobierno cierra el año por todo lo alto, sin que se hayan cumplido los vaticinios catastrofistas que el PP lanzaba hace unos meses. Un mal día para la derecha, pero tranquilos, que seguro que Feijóo lo arregla en su comparecencia de esta semana cuando haga balance del año.

Ya puede esforzarse, porque este martes el Gobierno de coalición ha fijado un relato potente para el largo año electoral que tenemos por delante: el escudo social, no dejar a nadie atrás, ni en la pandemia ni ahora con la guerra y la inflación. Cada parte de la coalición apunta a su electorado. Por el lado del PSOE, confrontando con el recuerdo de lo que hizo el PP en la crisis económica de 2008: “España hace diez años importaba rescates a su sector bancario y ahora exporta soluciones económicas justas y eficaces”, dijo Sánchez con buena puntería. Por el lado de Unidas Podemos, presentándose como socio imprescindible para que haya avances sociales: Ione Belarra se mostró “especialmente satisfecha de haber podido convencer a nuestro socio de gobierno” y “contenta por haber arrancado algunas medidas muy importantes”. Convencer, arrancar, negociaciones de madrugada.

¿Qué me parece a mí el plan anticrisis del Gobierno? Ya que me lo preguntan, diré que a mí sí me gusta la comida de este hotel, pero también veo un poco escasas las raciones, no sé si llegan para todos, y especialmente para los más hambrientos. En este caso no usaré un chiste, sino un meme muy popular en las redes sociales. Lo habrán visto más de una vez: en una piscina, una madre juega con su hijo, mientras a pocos metros otro de sus hijos está a punto de ahogarse, desatendido. El meme a veces incluye una segunda imagen: en las profundidades, el esqueleto olvidado de quien ya se ahogó hace tiempo.

Pensaba en ese meme al ver las medidas del Gobierno. Mientras el primer niño sigue a flote, bien atendido, salvando más o menos el año y hasta pasando unas buenas navidades, al segundo niño le lanzan ahora un flotador, que algo le ayudará en estos momentos, por supuesto. Pero bajo el agua está quien ya se ahogó, y que ni siquiera vemos ya: millones de familias que ya vivían al límite sin pandemia ni guerra, y como a perro flaco todo son pulgas, se han ido más abajo estos años pese a los flotadores y escudos sociales. Pienso en tanta gente especialmente vulnerable, por ejemplo los supuestos beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital (que por cierto no recibirán el cheque de 200 euros anunciado). Digo “supuestos beneficiarios”, porque desde hace meses hay colectivos y trabajadores sociales que denuncian las dificultades de acceso, las trabas burocráticas que dejan fuera a los más necesitados, o la gente a la que retiran la prestación sin previo aviso, o les reclaman documentación imposible, o hasta su devolución, y que sufren un calvario burocrático. Ahí es donde las raciones deberían ser más generosas.

Ya ven, un chiste y un meme, esa es toda mi aportación hoy. No tengo precio como analista navideño.

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