Hombres que asesinan a mujeres
Trece hombres han asesinado a trece mujeres en lo que va de 2014 en España.
Trece hombres han asesinado a trece mujeres y esta contabilidad -además de sangrante, precaria e incompleta-, nos dice que once hijos han quedado huérfanos de madre y con su padre encarcelado, o suicidado, después de cometer el crimen.
Piensen ustedes en el colectivo que quieran (futbolistas, jueces, curas, políticos, catedráticos...) que tuviera trece víctimas mortales en dos meses y unos pocos días. ¿Se imaginan la que se hubiera montado -en primer lugar, en los medios de comunicación-, si a trece personas de cualquier gremio les hubieran quitado la vida en dos meses?
Hace mucho tiempo que vengo diciendo y escribiendo sobre esta injusticia, sobre esta arbitrariedad en el tratamiento de las diferentes violencias. Un diferente despliegue informativo que tiene que ver con cómo se percibe esta matanza de mujeres respecto de otras posibles, también aborrecibles y tampoco deseadas, matanzas.
Digo que trece hombres han asesinado a trece mujeres, pero esta forma de contarlo no es la habitual en los medios. Estamos aún en “un nuevo caso”, en la mujer asesinada en la página de sucesos, en la mujer “muy maquillada, que decían que era prostituta”, en los medios sin periodista especializado en los crímenes de mujeres, en la narración equidistante o, peor aún, en el “algo habrá hecho” la asesinada para merecer su muerte.
Estamos aún en el contexto exculpatorio del criminal y en la obligación de la víctima de dar explicaciones. Estamos en la privatización del problema: “Ella era muy joven y desarrollada, gótica”. Estamos, ¡qué horror!, en la recuperación del “crimen pasional” -como en el asesinato de El Salobral-, con el que en tiempos del franquismo se circunvalaba la evidencia de que un hombre había asesinado a una mujer. Estamos, en fin, en que la jerarquía de la Iglesia no dice ni mú sobre estas mujeres asesinadas, que hace tiempo que dejaron de ser fetos; en los curas enfáticos en todo menos en esto que no condenan este destrozo de las familias. Estamos en la falta de contexto, de interpretación y, muchas veces, en la negación de la evidencia: hombres que asesinan a mujeres.
Se ha avanzado mucho en España en la lucha contra el terror que sufren las mujeres. Hay leyes que persiguen a los criminales, hay una percepción que no existía en el franquismo y en los primeros años de la democracia de que estamos ante un problema de gran envergadura. Pero, a pesar de los avances, aún falta un relato en los medios de comunicación proporcionado a la gravedad del problema.
De la misma forma que se tardó muchos años en contar los asesinatos del terrorismo desde el punto de vista de la víctima, falta aún tiempo para que en todos los medios se dé un tratamiento proporcionado, exhaustivo, acorde con la gravedad del problema, a los asesinatos cometidos por hombres y que tienen a las mujeres como víctimas.
Los asesinatos de mujeres no son un problema de las mujeres, son un problema de todos y que haya hombres que siguen asesinando a mujeres nos habla de una sangrante carencia de libertad contra la que todos deberíamos luchar.