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Podemos: adiós, ética; hola, política

Monedero sobre el escenario el 31-E \ Marta Jara

Suso de Toro

Rajoy debe estar partiéndose de risa ante el espectáculo de la izquierda madrileña metida en una Turmix. Algún día habrá que pararse a analizar la especificidad de esa ciudad para comprenderla y comprender el dominio ideológico de la derecha allí y desde allí. Y para comprender la debilidad y las contradicciones de la izquierda madrileña y española.

Allí el PSOE está en un vértigo imprevisible.  El discurso súper radical es ruidoso en la Red y parece ocupar más espacio del que realmente ocupa en la sociedad, sin embargo el partido socialista jugó un papel muy importante en la sociedad española y no va a desaparecer de la noche a la mañana. Dentro sigue habiendo personas sinceras que creen que es una herramienta para mejorar las cosas, aún puede encontrar un rumbo y una dirección. A IU le ocurre algo parecido, la crisis jubiló toda una época y se lleva muchas cosas, pero quienes llevan muchos años militando en las causas sociales sienten como una gran injusticia que se les pretenda jubilar inesperadamente. Y es que, además de cruel, es una pérdida absurda.

Y en el centro de la Turmix está Podemos. Es, junto con la crisis, causante de que PSOE e IU aparezcan como fórmulas caducadas, cuerpos anquilosados de los que se alimenta para crecer. También Podemos se encuentra en un momento muy delicado de su evolución desde ninfa a mariposa. De las varias fuentes que alimentan a Podemos una se está secando: la fuente de la pureza, la de quienes no tienen pasado. La operación contra ese partido que podríamos llamar operación Monedero pretendió precisamente demostrar que también tienen pasado y que es un pasado muy común y parecido al de otros partidos.

Estos días se comparó insistentemente las operaciones mercantiles de Juan Carlos Monedero con lo que le había hecho a él el ministro Montoro y esa comparación es una verdadera monstruosidad. Lo que hizo Montoro  es un delito gravísimo y es la aniquilación moral de un ciudadano por un estado totalitario, no se puede comparar eso con los enjuagues  en que los que se ha visto envuelto el dirigente Monedero.

¿En qué se ha visto envuelto? En lo que tiene todas las trazas de ser lo que podríamos llamar “la acumulación originaria de capital” para fundar un partido. Hay una gran hipocresía en el modo en que se trata ese tema, quieren que olvidemos como se financiaron los partidos estatales en su momento inicial. AP, luego PP, lo hizo inicialmente con el dinero de supuestos contrabandistas, el PSOE lo hizo con dinero de la Internacional Socialista, como reveló el caso Flick, y el PCE lo hizo presuntamente con dinero de la URSS y de otros países del bloque soviético. Cada uno, ahora Podemos, sacó el dinero de donde pudo.

¿Condicionó ese dinero inicial la política que a continuación realizaron esos partidos? ¿En ese caso debiera ser reconocida esa financiación? ¿Hasta que punto es lícito para un partido democrático y para un partido progresista conseguir dinero de esos otros modos en vez de financiarse únicamente por los afiliados? Es discutible y esa discutibilidad lleva a la relación entre ética y política con todos sus dilemas. Felipe González puede que fuese el gran creador, para bien y para mal, de la cultura política española actual y nos recordó en su día ese conflicto que tan bien explicó Max Weber. La ética es una cosa y la política otra, aunque estén relacionadas más o menos directamente.

Se podría decir que la ética estuvo en las movilizaciones cívicas que contestaron a la política antisocial que impuso la troika y aquí gestionaron dos gobiernos, cada uno a su manera. La ética está en la crítica a la política al servicio de una minoría y en la crítica a la corrupción, que se extendió a los partidos de izquierda que ocuparon más o menos poder. Por así decir, la ética estuvo en ese 15-M que fue la explosión inicial que catalizó y expresó el descontento social.

Podemos se remite a ese movimiento social de crítica, un movimiento que alimentó a varios grupos hasta que el grupo liderado por Pablo Iglesias creó una forma política muy enérgica que triunfó sobre los demás . Ahora Podemos es un partido y, por eso, su funcionamiento interno despierta críticas como en otros partidos y, también por eso, se ve obligado a dar cuenta de sus dineros. Podemos ya es un partido político con sus contradicciones, dilemas y errores. Por eso, desde el caso Monedero no podrá seguir señalando los defectos de los otros con tanta autoridad, sus enemigos consiguieron que dejase de ser una fuente de autoridad moral. Ese objetivo lo han conseguido.

En adelante Podemos tendrá que centrarse en hacer política en un campo donde sus adversarios lo tienen más fácil pues están acostumbrados a lo práctico y concreto, tendrá que ofrecer medidas políticas concretas que se verán inmediatamente discutidas. Así es la vida, así es la política.

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