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El Sr. Registrador en funciones “sí que puede”

María Eugenia R. Palop

Buenas noches, noches. El Sr. Registrador en funciones irrumpía en el balcón de Génova para dar las gracias a todos… “Y, desde luego, a todos lo que me acompañan aquí. No puedo citarlos... Solo voy a citar a mi mujer...[sic] Pero, pero, eh, muchas gracias, oye, muchas gracias a todos”. El Sr. Registrador que, por lo que vimos, se había preparado un discurso sesudo, de los que hacen historia, dijo sentirse muy orgulloso de su partido, en el que empezó con 22 años, pegando carteles, convencido de que en política la experiencia, de lo que sea, es un grado centígrado o fahrenheit. Un partido que, según señaló, a veces ha ganado y a veces ha perdido (impresionante), pero que ha demostrado ganas, coraje y determinación. Muy determinados, en general, a lo que sea, contra herejes y piojosos en su santísima guerra por salvar a España de Venezuela. Muy determinados y muy españoles, a mucha honra y con mucho orgullo, gritó ecuménico, por si no nos habíamos enterado. Superespañoles, españolísimos, de los que saben muy bien qué es la esencia de lo español, dentro y fuera de nuestras fronteras… aunque algunos españoles todavía no lo sepan. Desde luego, “somos una gran nación, de las mejores del mundo, por supuesto de Europa”…“Viva España”, faltaría más.

Tanta reflexión y hondura dejó boquiabierta a la multitud que, bajo el balcón papal, gritaba “Sí se puede”… apropiándose sin rubor, no ya del eslogan de un líder o un partido político, sino de uno que popularizó en España nada menos que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Uno que genera tanto respeto, y goza de tanta legitimidad que ni siquiera Unidos Podemos se atrevió a usarlo para denominar una confluencia de izquierdas que, por supuesto, tiene más conexión con movimientos sociales que un montón de seres desagregados desgañitándose con banderas en la sede del Partido Popular. “Sí se puede” ser corrupto, sin que te pase factura; “Sí se puede” recortar derechos y alimentar oligopolios; “Sí se puede” evadir impuestos; “Sí se puede” utilizar las leyes como mordazas represoras, como cobertura de la xenofobia primitiva, del racismo, y de la militarización de las fronteras; “Sí se puede” okupar un ministerio para perseguir a los adversarios políticos; “Sí se puede” apostar por el TTIP para privatizar servicios públicos, desmantelar empresas públicas, y flexibilizar, aún más, el mercado laboral. Y “Sí se puede” hacer todo esto de espaldas a la ciudadanía, de espaldas a la misma gente que te vota y que grita “Sí se puede” al Sr. Registrador en funciones. Se puede expoliar a la población desde el gobierno nacional y desde la Unión Europea. Se puede, claro que se puede! (vítores).

Y se puede, amigos y amigas, porque, según las diferentes encíclicas del Partido Popular, a la gente lo que le mueve es el miedo a lo desconocido, al hombre del saco, al hombre-lobo, o a las invasiones alienígenas, y no tanto el miedo a lo que ya conocen: los Papeles de Panamá, los Papeles de la Castellana… el caso Bárcenas, Gürtel, Púnica, Palma Arena, Taula... las puertas giratorias de Acebes, Piqué o Zaplana… y de todos los que se han sumado entusiastas a esta fiesta del despelote. Eso es agua pasada y agua pasada no mueve molino. Es mucho más peligroso para los españoles el gobierno de Maduro, de influencia determinante, que la corrupción, la represión, la pobreza y la precariedad. No cabe ninguna duda… y así es, finalmente, como han montado su campaña.

Y lo peor es que frente a esta campaña del miedo, lo que nos hemos encontrado es un PSOE errático que le dice a Iglesias que se lo piense, mientras los de Iglesias suben tres escaños y ellos bajan cinco. Que ha obtenido el peor resultado de su historia pero que está satisfecho porque UP no les ha superado en votos. Contentos porque, según dicen, son el partido hegemónico de la “izquierda”, liderando la “oposición”. Esto lo dice el partido que firmó un pacto neoliberal con Ciudadanos, un transformista en busca de autor que lo mismo es de derechas, que de centro-derecha o centro-izquierda, de abajo que de arriba, de lo nuevo que de lo viejo… porque en el centro, todo cabe, como su propio nombre indica. Desde luego, es increíble lo que pueden dar de sí las palabras cuando se usan como (in)significantes vacíos.

Por lo demás, lastimosamente para las baronías socialistas, empieza a madurar en el árbol esa especie de peronismo rociero que se viste de blanco y verde los domingos y fiestas de guardar, que ha dejado al partido escorado a la derecha, en un contorsionismo imposible, digno del museo de cera, y que, desde la soberbia, ha pedido para el soldado Sánchez o la victoria o la nada. Una victoria que ellos no han conseguido y que, en Andalucía, Moreno (no José Luis) bautizaba como “surpasso” con tanta sagacidad como increíble agudeza. Parece que el PP se está especializando en recolonizar imaginarios ajenos para dejarlos disecados sobre el televisor junto al toro, el torero, el gallo de Portugal y las banderitas de España.

Y entretanto, el electorado de las izquierdas se ha debatido inseguro entre los restos inmortales de la izquierda “verdadera”, pre-albertista y de vocación perdedora, y la sempiterna “izquierda socioliberal” que ha querido ganar tendiendo una mano transversal al espacio (sideral) de la socialdemocracia; un espacio cada vez más desdibujado que, en la práctica, muchos identifican ya con una simple y conformista gestión del desastre. En Europa los partidos socialdemócratas han quedado atrapados entre la arrogancia y el cinismo, reafirmando hasta la náusea que lo existente es lo único posible. Y nos han robado el mañana, eso sí, con todo el dolor de su corazón, con sentido de la responsabilidad y como una “política de Estado” del tipo fuego-amigo. De modo que la de la transversalidad es ahora una idea inevitablemente confusa que ha llegado demasiado tarde, y resulta inservible como palanca de cambio; una idea que, lógicamente, ya ni emociona, ni moviliza.

Así que está claro que en su proyección electoral a UP no le va a ser fácil encontrar un lugar entre el fanatismo histérico y el discurso paniaguado… aunque, para ser sincera y no incurrir en la típica autocrítica victimista y cainita, tan propia de cierta izquierda, hay que decir también que a UP le ha sobrado “coraje, ganas y determinación”; una audacia y una creatividad que, a diferencia del PP, ha sabido poner al servicio de las mayorías sociales y las clases populares. Por suerte, estamos en un ciclo largo de cambio y ni somos, ni hemos nacido viejos. El futuro está todavía muy abierto para trabajar las confluencias.

En fin, lo cierto es que hay algo que, con todo, tenemos que reconocerle al Sr. Registrador en funciones. Que, como dijo el día de su coronación, con entrega y convicción: “No ha sido una etapa fácil, dicho de otro modo, ha sido una etapa muy difícil”. Una sentencia universal, propia del Tagorismo de almanaque, que, hoy por hoy, y visto lo visto, se nos puede aplicar a todos. Cerebro privilegiado. Ojalá no nos falte nunca el sentido del humor.

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