Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror
Desde que ETA no mata, hemos presenciado día a día la búsqueda del Gobierno de un señuelo que agitar ante la opinión pública, algo que supla la atención de la sociedad. Cualquier cosa que se ponga delante de la corrupción en las encuestas que ponen de relieve los temas que preocupan a la ciudadanía. Lo que sea que garantice, además, la unidad de España. (Sobre esta cuestión, les recomiendo que lean a Pedro Vallín, periodista de La Vanguardia).
Podemos (filoterrotistas), Venezuela, luego el 1-O y ahora los CDR.
Ninguno de los anteriores ha matado a nadie, pero eso da igual cuando se puede retorcer la verdad a tu gusto con los medios como aliados (El País hablaba esta semana de 'Los 404 actos violentos del procés', donde incluían, sentadas, pitadas y pintadas).
Esto es ya bastante indignante por sí mismo, pero se vuelve insoportable cuando lo comparamos con el ninguneo del propio Gobierno al único terrorismo real que vivimos: el terrorismo machista.
El terrorismo machista (que si algunos necesitan que un juez diga cuándo es terrorismo y cuándo no, aquí tienen a una) ha matado en los últimos 14 años a más de mil mujeres, ha dejado más víctimas que ETA en toda su historia. Eso sí, este terrorismo no amenaza a toda la sociedad, amenaza “sólo” a las mujeres.
Este terrorismo no interesa, ni siquiera lo llaman así, ni siquiera invierten el dinero que prometen para luchar contra él. De 200 millones que prometieron en el pacto de Estado, sólo han dado 80. Qué más da. Hay ayuntamientos que declaran desiertos los concursos públicos para gestionar casas de acogida por falta de empresas que se presenten, y aun así, descartan la gestión pública. Qué más da. Faltan recursos para atender al medio millón de mujeres que están en riesgo en estos momentos. No importa realmente.
Este Gobierno no sólo no hará ningún esfuerzo extraordinario para luchar contra el terrorismo machista, sino que no hará ni lo que prometió. Por supuesto, tampoco lo llamarán terrorismo, aunque hasta la RAE -poco sospechosa de ser feminista- defina el terrorismo como “sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”.
No elevarán este tema hasta el punto de llamarlo terrorismo por varios motivos. El primero es obvio, y es el mismo por el que existe la violencia de género: las mujeres importan menos. El segundo es que la sensibilidad del propio Gobierno con esta lacra es nula. El tercero es que no son tontos, y comprueban en cada CIS que este tema no le importa a casi nadie (en el último barómetro -marzo, 2018-, los resultados muestran que sólo a un 2'1% de la población española le preocupa la violencia de género lo suficiente como para nombrarla cuando son preguntados por tres asuntos que les inquieten). Pero el motivo fundamental para no alzar la violencia machista como terrorismo es que por mucho que necesiten desesperadamente buscar un enemigo del statu quo para justificar la represión, el machismo no les vale porque el machismo ya es statu quo.statu quo