Aspirantes a dictadores

Cada ideología tiene su paradigma sobre el sistema de gobierno con el que regir los destinos de un país y, hasta fechas muy recientes, en este país el bipartidismo alternaba responsabilidades de gobierno entre la izquierda y los conservadores, representado los primeros por el PSOE y los segundos por el PP. Había una corriente nacionalista en Cataluña, la Convergencia, del 3% y Unió y PNV en País Vasco. Tanto con unos como con otros PSOE y PP buscaban acuerdos para, cuando no se obtenían en las urnas mayorías absolutas, trenzar alianzas que les permitiera gobernar en minoría. IU y la izquierda republicana catalana eran fuerzas parlamentarias marginales y la extrema derecha dormía plácidamente baja la tutela del PP. Mientras CIUDADANOS empezaba su singladura por la Barcelona de 2016. Todo esto a grandes rasgos.

Pero el 25 de Mayo de 2014 está inercia salta por los aires y del estallido social del 15M surge PODEMOS, de ideología comunista, y consigue, en apenas unos meses de existencia, cinco escaños al Parlamento Europeo. Casi al unísono la extrema derecha se cohesiona, desprendiéndose de la tutela del PP, y a finales de 2013 aparece en la esfera política un nuevo partido, VOX, que obtiene en las autonómicas andaluza de 2018 doce escaños en el Parlamento. La extrema derecha entra en las instituciones.

En esa estábamos cuando el COVID 19 se coló en nuestras vidas, el emérito traslado su residencia, Pablo Iglesias dimite de sus responsabilidades parlamentarias y Ayuso consigue ser la candidata más votada en las elecciones autonómicas madrileña de Mayo de 2021.

Recientemente Yolanda Díaz esboza su frente amplio, que pretende cohesionar a los partidos que coexisten en la izquierda del PSOE y ser alternativa de gobierno. Ciudadanos se diluye en el magma ideológico del centro derecha y el PP lo mismo cierra las ventanas de la FAES aznariana o de VOX, es casi lo mismo, que las abre de par en par, depende sí hablamos de Feijoo o Ayuso. Mientras los nacionalistas periféricos a verlas venir.

Entre las noticias más recientes preocupa, excepción hecha con la erupción del volcán de Cumbre Vieja, la subida del precio de la electricidad y la transversalidad del pulso del lobby energético al gobierno de Pedro Sánchez. Otro de los pulsos que preocupan es el del Supremo a Hacienda por las inspecciones a empresas por sorpresa. A nivel internacional preocupa también la cuestión de la frontera de Irlanda del Norte como consecuencia del Brexit, y ya ha dejado de ser noticia Afganistán.

Las nuevas tecnologías, a raíz el COVID, han creado nuevos nichos laborales en detrimento del trabajo presencial, la aparición del tele trabajo ha erosionado y dispersado, en parte, la conciencia de clase de los colectivos afectados y sectores tradicionalmente reivindicativo ven como la mano de obra “nacional” es sustituida por inmigrantes, carentes de esa conciencia reivindicativa a pesar de la precariedad de sus contratos, sí los tienen. Todo esto sin entrar en la robotización de los sectores industriales, que contribuyen aún más a está desamortización de la conciencia obrera.

Tirando de estadísticas podemos concluir que la población española de menos de cincuenta años no ha conocido la dictadura franquista, quizás por eso los que se posicionan contra la extrema derecha de VOX lo hagan por el espejo de otras fuerzas ultras allende nuestras fronteras, Austria, Polonia, Hungría...la última Finlandia, mientras que en Suecia empiezan a abrirse camino y en Francia la extrema derecha de Jean-Marie Le Pen comenzó a convertirse en el primer partido obrero de Francia hace más de veinte años, actualmente la Agrupación Nacional de Marina Le Pen es el primer partido de los franceses de entre 25 a 34 años. Tampoco se salvan ni Italia con la Liga Norte coaligada con el Movimiento 5 Estrellas ni Grecia con Amanecer Dorado. En Reino Unido el UKIP, gran impulsor del Brexit, condiciona la actividad la política en Reino Unido.

Los afloramientos fascistas colonizan desde manifestaciones, sea cuál sea la naturaleza de su reivindicación, para provocar a la policía y generar odio desde el miedo a través del caos, hasta los hinchas de equipos deportivos. Hasta el COVID ha servido de vehículo de transmisión, no solo de la enfermedad, de las doctrinas negacionistas de marcado carácter involucionista. El odio hacía el diferente se escenifica a diario en agresiones contra homosexuales, inmigrantes, mendigos o mujeres que necesitan abortar. Mientras tanto el líder del partido neofascista italiano Fuerza Nueva, Roberto Fiore, y el cabecilla de su sección romana, Giuliano Castellino han sido detenido por el asalto a la sede de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL)

Indudablemente no estamos en las mismas circunstancias que en las primeras décadas del siglo XX, cuando aparecen los fascismos en Europa, hay indicadores que invitan a la esperanza, la socialdemocracia europea ha iniciado un movimiento al alza en Europa, llegando a pactos con fuerzas del centro derecha para impedir el avance de la extrema derecha, la estabilidad del PSOE y la paulatina consolidación de las fuerzas a su izquierda, de momento, son suficientes para trazar un cordón sanitario a la extrema derecha, sin embargo algunas alarmas empiezan a encenderse y no es menos cierto que los ensayos de la fundación FAES, a base de acierto/error, en sus políticas de acercamiento a los postulados de VOX, están promoviendo que al PP le estén apareciendo demasiados aspirante a dictador.