¡Matar a VOX silenciosamente!

El titular es atractivo, un clickbait fácil con el que engancharte a leer un artículo y hacer que te sientas intrigado por seguir la sucesión de las palabras. Curiosamente es la estrategia que utiliza este partido para sembrar una discordia que les beneficia en redes y llegar a trascender hasta los medios de comunicación.

Lo cierto es que las nuevas reglas de la comunicación política han llegado para quedarse y los que mejor han entendido esto son los asesores de VOX. Ellos ya saben como son observados desde la izquierda; un partido de extrema derecha, que en algunos ámbitos roza ideológicamente el fascismo y que su manera de actuar con los demás es totalmente impertinente y sin escrúpulos.

Cuando sabes cómo te perciben puedes saber cómo tienes que actuar, esto es lo que han asumido desde el partido de la ultra derecha, saben que no les hace falta cuidar sus formas porque ya tienen construida esa imagen, por lo que se pueden permitir actuar tal como son percibidos.

Comprenden perfectamente las reglas de cada formato en el que tienen presencia, utilizan los “memes” o los hashtags para conseguir una mayor difusión de sus mensajes, además estos se componen de emoción y de un lenguaje simple que llega a todo el mundo. Utilizan noticias falsas, entienden que éstas tienen más alcance que la verificación de la misma y, cuando resulta una obviedad que han lanzado una información falsa, lo justifican diciendo que aquel que lo ha desmentido es un órgano manipulado por el gobierno socialcomunista y, como siempre, les funciona.

El problema no es que Vox sepa lo que la izquierda piense de ellos, sino que también saben cómo van a reaccionar los internautas que no comulgan con ellos. El mayor instrumento de difusión es la crítica, y hacerlo con las mismas armas que utilizan ellos tiene un impacto menor, ya que ellos han atacado primero, lo que significa que ponen el escenario, el marco discursivo, los parámetros de los cuales no te puedes salir y bots que potencian su alcance.

Con esto, entramos en un círculo vicioso, ya que si les criticas actúas como altavoz y si no lo haces estás normalizando sus propuestas, teniendo vía libre para publicar lo que deseen.

Si el tipo de contenido que comparten se les viraliza de una manera clara, entonces se debe actuar masivamente para evitar la normalización de sus discursos y mostrar el rechazo a sus calumnias.

Así bien, tanto las formaciones políticas como los internautas deben plantearse una línea de actuación al respecto. En algunas ocasiones es difícil identificar el tipo de contenido falso, también es probable sentir un cierto tambaleo cuando se lee una injuria, la cual te lleva de una manera impulsiva a responderles o a compartir la indignación, pero hacerlo es caer en su red.

Si deseamos que las falacias no obtengan ningún tipo de repercusión ni de trascendencia, han de alinearse perfectamente los partidos y los internautas para hacerle el vacío a todas las faltas de respeto, sin caer en las provocaciones, sin criticarles, sin hacer “memes” o utilizar hashtags, sin compartir críticas de otra persona y definitivamente optar por el bloqueo en redes sociales, de manera que no tengan opción a que la gente caiga en sus tentativas y provocando que el partido de la ultraderecha se dirija únicamente a sus afines. Entendamos que el silencio es el mejor arma contra el ruido.