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El documento de Bescansa amenaza el acuerdo entre Iglesias y Errejón para la candidatura de Madrid

Pablo Iglesias y Carolina Bescansa observan a Íñigo Errejón en la presentación de la campaña de las elecciones generales.

Aitor Riveiro

El acuerdo entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón para que este fuera el candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid en 2019 pende de un hilo. A las dificultades aparecidas en las últimas semanas, que habían vuelto a sacar a la superficie las diferencias internas, se ha sumado este miércoles una carga de profundidad cuyas consecuencias nadie se atreve a aventurar. Un documento filtrado por error por Carolina Bescansa, que trazaba un plan para aliarse con Errejón y lograr el control orgánico y político del partido, ha sacudido a la formación. Y el tiempo corre. Solo quedan 48 horas de plazo para presentar candidaturas a las primarias.

Poco después de las tres de la tarde aparecía de forma fugaz un documento en el canal público de Bescansa en Telegram, una aplicación de mensajería similar a WhatsApp habitual en Podemos desde sus orígenes. El título dejaba poco lugar a dudas: Propuesta-borrador de acuerdos en la negociación conducente a la constitución de una candidatura de unidad en las primarias de Podemos en la CAM. Su contenido disipaba las que pudieran quedar.

La diputada ofrecía su apoyo a Errejón en Madrid, como número dos de la lista, se reservaba la Vicepresidencia de la Comunidad de Madrid en caso de lograr el Gobierno regional y, además, se quería garantizar el respaldo del dirigente en unas futuras primarias para designar al próximo candidato en unas elecciones generales y en su asalto a la Secretaría General en la venidera III Asamblea Ciudadana de Podemos. Además de otros detalles, como recursos económicos y un importante número de diputados asegurados en la Asamblea.

El documento duró apenas unos minutos publicado. Suficiente. Cuatro horas después, con todos los medios informando del asunto, Bescansa comparecía ante los periodistas en el Congreso para explicar que todo se debía a un error involuntario de su equipo, que había sido el encargado de redactar la propuesta después de que Errejón le ofreciera formar parte de su candidatura como número dos. Según sus explicaciones, el texto se lo tenían que haber remitido a ella pero, sin querer, lo lanzaron al canal. 

Bescansa no tiene equipo como tal en el Congreso, al menos contratado, aunque sí cuenta con la colaboración de personas ajenas a la estructura del partido. Además, el documento fue publicado desde su cuenta personal, lo que pone en duda la coartada del error del equipo. Para terminar de enredar la madeja, esa misma mañana la diputada y Errejón se habían reunido en los despachos del Congreso durante un periodo de tiempo que, según el relato, va de los 30 minutos a las dos horas.

Ni ella ni Errejón, sostiene Bescansa, sabían nada del contenido del documento. Ambos sí han reconocido que existían conversaciones para intentar sumar fuerzas de cara a las primarias en Madrid. El secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político de Podemos comparecía ante la prensa cerca de las ocho de la tarde en el exterior del Congreso para reconocer que le había hecho a Bescansa una oferta para compartir lista pero, según ha señalado, como parte de una lista unitaria en la que también figurarían el secretario general autonómico, Ramón Espinar, y la portavoz en la Asamblea, Lorena Ruiz-Huerta.

En esa misma comparecencia, Errejón renegaba del documento de Bescansa: “Es delirante e inapropiado”. El todavía candidatable de Podemos para arrebatar la Comunidad de Madrid al PP en 2019 apelaba ante los micrófonos a la unidad: “Hoy es más importante que ayer la posibilidad de llegar a un acuerdo”.

La respuesta de la dirección estatal tras publicarse el documento, por su parte, ha sido escueta: “Es un asunto de máxima gravedad”. Ningún pronunciamiento más.

48 horas para evitar el enfrentamiento total

Las conversaciones entre los diferentes sectores que conviven en Podemos Madrid para la celebración de las primarias habían comenzado mal. Y su evolución no mejoró la situación.

Las direcciones estatal y autonómica apostaban por acelerar y ratificar ya a Errejón como candidato para aprovechar el escándalo del máster de Cristina Cifuentes, el desconcierto del PP y la ausencia de candidato oficial en el PSOE y Ciudadanos. Era el momento, creían, de presentar su oferta para 2019 a los madrileños. Al menos al número uno, después ya se vería la lista

Errejón se resistió. Quería postergar ese momento. Y exigió que las primarias para elegir al candidato y a la lista fueran simultáneas, así como autonomía para diseñar la campaña y manejar el futuro grupo parlamentario. La dirección regional de Espinar cedió, pero la falta de confianza fraguada ya desde 2016 le hizo reclamar unas garantías jurídicas que la organización no podía ofrecer sin abrir la espita de que se pidiera lo mismo en el resto de regiones.

La dirección estatal zanjó la cuestión este lunes. Todos los sectores reclamaban una lista unitaria pero las conversaciones para lograrlo eran inexistentes o infructuosas, según a quien se le preguntara. 

Este mismo miércoles, en una decisión tomada en una asamblea posterior a la filtración, la tercera pata de Podemos en Madrid, Anticapitalistas, decidía dar un paso al lado y no concurrir a las primarias pese a la creciente importancia de su principal referente actualmente en la Asamblea, la portavoz Lorena Ruiz-Huerta. 

El documento de Bescansa ha acrecentado esa desconfianza hasta niveles que solo se habían visto en las semanas previas a Vistalegre 2. “Llega con el peor de los climas”, reconocen desde el equipo de Errejón. “Ha hecho mucho daño”, añaden. “Pero vamos a intentarlo”, apuntan en relación a una lista unitaria que evite un enfrentamiento en las primarias.

La opción de una competición de listas ya estaba sobre la mesa. El sistema de primarias garantiza que, aunque haya competencia, las principales listas lograría puestos de salida en la papeleta electoral. Pero, hasta ahora, la figura de Errejón como candidato no se discutía en público ni en privado, pese a las dudas que algunas personas pudieran tener. Pablo Iglesias, Ramón Espinar y otros dirigentes del partido como Irene Montero le habían calificado de “el mejor candidato”.

Desde las direcciones estatal y regional no se han pronunciado al respecto pero desde el sector de Errejón creen que sí es posible que haya personas planteando competir también por la cabeza de lista. 

Todo dependerá de la decisión del secretario general, Pablo Iglesias, con quien acordó Errejón su papel en Madrid hace más de un año. Si le retira su confianza y apoyo Espinar podría lanzar su candidatura. Si no, el plan seguiría como hasta ahora al menos en lo que al cabeza de cartel se refiere. 

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