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ICV pide al Gobierno que castigue a un militar por sus declaraciones golpistas

Morenés debe una respuesta sobre el arrebato golpista del general.

Luz Sanchis

¿Qué es más importante, la patria o la democracia? ¿Qué pesa más, el sentimiento o la Carta Magna? Para el general de división en la reserva Juan Antonio Chicharro, no hay duda: la patria y los sentimientos están por delante de la democracia y la Constitución. Este militar sostiene que el temor a la independencia de Cataluña tiene inquieto al Ejército. Por ese motivo, ICV acaba de registrar varias preguntas en el Congreso para que el Gobierno conteste por escrito si está dispuesto a sancionarlo y a relevarlo de su puesto en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Esta orden de caballeros tiene como seña de identidad “el intachable proceder y la larga permanencia en las filas”.

Las declaraciones golpistas de Chicharro se produjeron el 6 de febrero en el club La Gran Peña, frecuentado por militares, según informa El País. Ante un entusiasta auditorio, el general intentó justificarse y advirtió que lo que le movía a hablar era “la ofensiva separatista-secesionista” de Cataluña. Según Chicharro, su temor no sólo es compartido por algunos de sus compañeros, sino que está generalizado entre los ejércitos.

Ardor guerrero por la unidad de España

Para que no quedara ninguna duda, Chicharro mostró su admiración por el teniente general José Mena y se lamentó por su destitución. Mena fue el primer alto mando militar sancionado por recomendar la intervención del Ejército en Cataluña a raíz de la tramitación del Estatuto catalán. La arenga con la que Mena celebró la Pascua Militar de 2006, le costó una sanción y un arresto domiciliario a propuesta del Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Félix Sanz, a José Bono, titular de Defensa entonces. Fue castigado por infringir el artículo 7.31 del Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, que impide a los militares “expresar públicamente opiniones que supongan la infracción del deber de neutralidad en relación con las diversas opciones políticas”.

Más reciente es el caso del general Ángel Luis Pontijas, también en la reserva, que fue destituido como director de la revista Ejército por criticar las aspiraciones políticas del president de la Generalitat, Artur Mas.

La actuación de Chicharro ha llevado a Laia Ortiz, de ICV, a interesarse por si el Ejecutivo está dispuesto a investigar estas “gravísimas afirmaciones” y si el ministro de Defensa, Pedro Morenés, piensa sancionarlo y emprender alguna acción judicial contra él. “¿Le consta al Gobierno que haya otros altos mandos en el Ejército que puedan compartir las opiniones del general Chicharro?”, pregunta Ortiz. “No le parece al Gobierno que, después de un goteo de exabruptos graves proferidos por militares en relación a la situación política en Catalunya, es hora de dejar claro que el centro de debate político en una democracia son las Cortes Generales y no el Ejército?”.

El Ministerio ha abierto una información previa, trámite que puede conllevar la apertura de un expediente disciplinario.

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