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Pedro Sánchez irá a la investidura en julio aunque no consiga cerrar el apoyo de Unidas Podemos

Pedro Sánchez en un acto oficial.

Irene Castro / Aitor Riveiro

El PSOE admite que Pedro Sánchez puede someterse a una investidura sin tener cerrados los apoyos de Unidas Podemos para poner en marcha el reloj de los dos meses de límite para formar Gobierno. El secretario de Organización, José Luis Ábalos, admitió que el candidato socialista tiene “el encargo del rey” para someterse a la confianza del Congreso así como del “resultado expresado en las urnas” y que, por tanto, “comparecerá” en una primera sesión de investidura “pronto”.

Los socialistas ya habían amagado con arriesgarse a una investidura fallida presentándose Sánchez sin todos los apoyos que necesita para sacar adelante su nombramiento con mayoría simple (más síes que noes). La pretensión era entonces llegar al Congreso con 173 votos afirmativos (PSOE, Unidas Podemos, PNV, Compromís y PRC) y que el resto de partidos -en este caso ERC y/o Bildu- facilitaran la investidura con su abstención. 

Preguntado directamente por si Sánchez se someterá a la investidura en el mes de julio tenga o no los apoyos cerrados, Ábalos ha reconocido que “comparecerá”. “Tiene el encargo del rey y tiene un resultado electoral expresado en las urnas que también obliga a presentarse, no a hacer una huida de esa responsabilidad y, por tanto, comparecerá y si no ha comparecido antes, es porque estamos precisamente buscando esos apoyos”, ha afirmado el dirigente socialista.

La primera fecha de investidura la fija la presidencia del Congreso, en este caso Meritxell Batet, sin un plazo predeterminado. Una vez que se celebra la primera votación, si el candidato propuesto por el jefe del Estado no logra la mayoría absoluta, se somete a una nueva votación 48 horas después en la que sale investido si consigue mayoría simple. De fracasar, la fecha de la primera votación es clave: a partir de entonces empieza a correr el plazo de dos meses para que un aspirante logre la confianza del Congreso en sucesivos intentos. Si nadie lo consigue, pasado ese tiempo, se disuelven automáticamente las Cortes y se celebran generales de nuevo 47 días después. 

Ábalos ha insistido en que su objetivo es trabajar por encontrar los apoyos necesarios con Unidas Podemos como “socio programático preferente”. No obstante, las conversaciones con Pablo Iglesias han encallado tras la reunión que mantuvieron el pasado lunes y que fue infructuosa. El PSOE insiste en que está esperando una respuesta del grupo confederal a su propuesta de un Gobierno de cooperación que suponga su entrada en segundos niveles de la Administración. 

El bloqueo de las negociaciones también ha llevado a Moncloa a plantearse que la sesión de investidura sea la segunda quincena de julio y no la primera, como inicialmente tenía previsto. En principio, todo dependerá de cómo prosperen las conversaciones en las próximas fechas. No obstante, el presidente en funciones tiene a partir del miércoles agenda internacional: acudirá al G20 en Japón y el domingo participará en la sesión extraordinaria del Consejo Europeo. 

En Unidas Podemos, por su parte, han elevado el tono contra Pedro Sánchez y lo que creen que es su nueva estrategia: negociar en los medios lo que no consigue negociar en privado. Este lunes, Pablo Iglesias se reunía con CCOO y UGT y asumía sus reivindicaciones en materia laboral, fiscal y de pensiones. Y recibía el apoyo de los principales sindicatos de clase a “la participación de Unidas Podemos en un Gobierno estable y fuerte”. “Para UGT, el papel de Unidas Podemos es crucial”, zanjaba el líder del sindicato más próximo al PSOE, Pepe Álvarez.

Iglesias reclamaba tras la reunión a Pedro Sánchez que no convierta la negociación “en un ping-pong” que se dispute en los medios y le conminaba a sentarse ya a negociar un programa para, luego, establecer la composición del Gobierno. El secretario general de Podemos planteó tras la cita con los sindicatos afrontar ya la derogación de las reformas del mercado laboral y de las pensiones que llevó a cabo el PP y acometer una fiscal. 

“El PSOE cada día dice cosas diferentes”, reprochaba Iglesias a los socialistas. El líder de Unidas Podemos recordaba que han pasado ya dos meses desde las elecciones y cuatro desde que el Sánchez anunció la fecha de los comicios. “La Constitución obliga al candidato a buscar los apoyos”, apuntaba.

Mientras tanto, el PSOE insiste en su estrategia de presión a PP y Ciudadanos para que se abstengan y faciliten la gobernabilidad. Aunque se ha tratado de una táctica de acoso y derribo a través de los medios, el presidente también ha citado a Pablo Casado y Albert Rivera para insistirles en lo mismo. El líder del PP le ha dicho de nuevo que no y el de Ciudadanos rechazó directamente la invitación

En ese contexto, Iglesias se preguntaba si Sánchez estará “trabajando” los apoyos de Pablo Casado y Albert Rivera. Y zanjaba: “Sospecho que a muchos votantes del PSOE no les gustaría que haya un acuerdo con la derecha”.

Los socialistas tienen claro que seguirán presionando a Rivera aprovechando la crisis interna que atraviesa el partido por su giro a la derecha. Además de los acuerdos con PP y Vox, el veto al PSOE también ha contrariado a destacados dirigentes, como Luis Garicano o el eurodiputado Javier Nart (que ha dimitido de la dirección), y a cofundadores del partido. No obstante, en una votación en la Ejecutiva, Rivera ha recibido el respaldo de 24 miembros, frente a los cuatro que planteaban “revisar” la estrategia y los tres que se han abstenido. 

“El veto al PSOE es incomprensible; le pedimos que escuche a su partido y se abstenga en la investidura del candidato Pedro Sánchez, que escuche a su alrededor, que recapacite”, le dijo Ábalos: “¿Cuántos Manuel Valls, Toni Roldán, Javier Nart y desmentidos de Macron hacen falta para que recapacite?”. “Los populismos, los extremismos y los movimientos rupturistas encuentran en el caos y en la falta de consensos su razón de ser y su oportunidad. No sea populista, no se convierta en un problema para su partido y para España”, sentenció el dirigente socialista. 

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